¡°Mi hijo no es tonto, es disl¨¦xico y es inteligente¡±
Al menos el 10% de la poblaci¨®n mundial tiene dislexia, es decir, dificultades para aprender a leer. En Tanzania, este trastorno del aprendizaje, que no se cura pero s¨ª mejora con un tratamiento adecuado, condiciona de por vida a quienes lo padecen
Jermaine Jesse (Arusha, Tanzania, 13 a?os), JJ para quienes lo conocen, es disl¨¦xico. A pesar de ser inteligente y de querer aprender, tiene dificultades para leer, porque confunde o altera el orden de letras, s¨ªlabas o palabras. Como ¨¦l, al menos el 10% de la poblaci¨®n mundial, seg¨²n la Asociaci¨®n Internacional de Dislexia (IAD, por sus siglas en ingl¨¦s), tiene dislexia, un trastorno del aprendizaje que no se cura, pero s¨ª mejora con un tratamiento adecuado. En Tanzania, sin embargo, condiciona de por vida a quienes la padecen, pues falta informaci¨®n. Para sus compa?eros, y para muchos adultos, JJ es est¨²pido, lento. Su madre, Doreen Isaac, les responde, con los ojos empa?ados de impotencia: ¡°Mi hijo no es tonto, es disl¨¦xico y es inteligente¡±.
Fue hace cuatro a?os cuando ¡°todo comenz¨®¡±, empieza Isaac. ¡°En segundo grado, su progreso escolar no era el esperado para un ni?o de su edad. Iba muy atrasado en lectura y escritura. Como la lectura le llevaba m¨¢s tiempo y concentraci¨®n, con frecuencia no captaba el significado de la palabra y no lograba comprender bien lo que le¨ªa. Cuando escrib¨ªa, las letras estaban escritas en orden inverso o no estaban bien formadas, especialmente las des min¨²sculas, que las escrib¨ªa como bes, y las pes, que las escrib¨ªa como nueves¡±, narra. Estos, asegura, ¡°son algunos de indicios que revelan que un ni?o tiene dislexia¡±.
Lloren? Andreu Barrachina, director del m¨¢ster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC, define la dislexia como una ¡°dificultad espec¨ªfica del aprendizaje con un origen neurobiol¨®gico¡±, que se caracteriza por ¡°dificultades en el reconocimiento preciso y fluido de palabras y, por problemas de ortograf¨ªa y descodificaci¨®n¡±. La dislexia, destaca Barrachina, no desaparece, pero las intervenciones y un m¨¦todo de ense?anza apropiado ayudan mucho a los ni?os que tienen dificultades para leer.
Que identifique su condici¨®n como un regalo
La madre de JJ empez¨® a investigar por su cuenta sobre la dislexia, y acab¨® convirti¨¦ndose, relata, en la ¡°profesora y terapeuta¡± de su hijo, con la ayuda de los materiales que pudo encontrar en Internet. Al cabo de un tiempo, celebra, se top¨® con una escuela de The Joshua Foundation, una misi¨®n cristiana con sede en Tanzania y maestros expertos en educaci¨®n especial. ¡°Lo inscribieron en un programa para ayudarlo con la lectura y la escritura, y le est¨¢ yendo muy bien. ?Ha pasado de sacar muy malas notas a ser un estudiante de B!¡±, celebra, orgullosa. Lo ¨²nico que quiere Isaac es que su hijo, del que sus compa?eros se burlaron en escuelas anteriores, recupere la confianza en s¨ª mismo. ¡°Que identifique su condici¨®n como un regalo y no como una discapacidad¡±.
En Tanzania, este colegio es el primero en tener un espacio de educaci¨®n especial para ni?os con dificultades de aprendizaje. John Simon Sembwa, director de la escuela, explica en qu¨¦ consiste el departamento de necesidades educativas especiales (SEN, por sus siglas en ingl¨¦s) que han establecido: ¡°El objetivo es apoyar a los alumnos con dificultades de aprendizaje. A los estudiantes disl¨¦xicos en concreto, que son cinco de un total de 230, los agrupamos por grupos de rendimiento y les ense?amos lentamente, porque necesitan m¨¢s tiempo que otros¡±. Adem¨¢s de m¨¢s tiempo y materiales de aprendizaje diferentes, sostiene Sembwa, ¡°precisan de mucho amor, y a alguien que pueda entenderlos, cuidarlos, e interesarse por ellos¡±.
Genera problemas a nivel escolar, puesto que inicialmente el objetivo es aprender a leer, pero, despu¨¦s, se aprende leyendoLloren? Andreu Barrachina, director del m¨¢ster universitario de Dificultades del Aprendizaje y Trastornos del Lenguaje de la UOC
Barrachina, el experto de la UOC, alerta sobre las consecuencias de una dificultad del aprendizaje como la dislexia: ¡°Genera problemas a nivel escolar, puesto que inicialmente el objetivo es aprender a leer, pero, despu¨¦s, se aprende leyendo. Como la lectura es la herramienta fundamental para el aprendizaje, muchos ni?os presentan fracaso escolar, lo que determina tambi¨¦n su futuro laboral¡±. A?ade que la dislexia puede acarrear problemas emocionales como baja autoestima, ansiedad e incluso depresi¨®n infantil.
Los curr¨ªculums educativos de los pa¨ªses africanos no tienen en cuenta a todos los ni?os
Tambi¨¦n en Arusha, Caudence Ayoti es madre de Delbert, un ni?o disl¨¦xico de siete a?os y medio. Ella y la madre de JJ, Doreen Isaac, no se conocen personalmente, pero hablan por tel¨¦fono, para intercambiar experiencias e ideas. Ayoti ten¨ªa muy claro, desde que su hijo cumpli¨® un a?o, que al peque?o le pasaba algo. ¡°Tard¨® mucho en hablar, y luego le cost¨® mucho aprender a escribir¡±, describe. Sin embargo, solo le puso nombre a ese ¡°algo¡± cuando Delbert ya hab¨ªa cumplido los siete.
¡°Hab¨ªa ido de un especialista a otro, tratando de descubrir qu¨¦ era, y solo me dec¨ªan, cobr¨¢ndome mucho dinero, que ten¨ªa un retraso en el habla. Hasta que una clienta me dijo que lo que ten¨ªa mi hijo se llamaba dislexia¡±, relata Ayoti. ¡°?Dislexia era, claramente, lo que ten¨ªa Delbert!¡±, exclama. Ponerle nombre a lo que ten¨ªa su hijo fue un paso importante que, sin embargo, evidenci¨® el muro de desconocimiento e incomprensi¨®n que rodea, en Tanzania, a este trastorno. ¡°Nadie sab¨ªa nada, ni siquiera los maestros¡±.
Desde entonces, la lucha de esta madre es, adem¨¢s de encontrar una escuela que ayude a su hijo ¡°de verdad¡±, la de visibilizar la dificultad de Delbert. No se cansa de compartir la historia de su hijo con toda persona con la que se cruza. ¡°Ponerle nombre a ese algo que ten¨ªa Delbert, a m¨ª me cambi¨® la vida. No quiero que m¨¢s mam¨¢s pasen por lo que yo pas¨¦ para descubrir la condici¨®n de mi hijo porque simplemente desconocen que existe la dislexia¡±, concluye.
Una vez da?ada su autoestima, es muy dif¨ªcil que la recuperenRosalin Abigail Kyere-Nartey, fundadora y directora ejecutiva de Africa Dyslexia Organisation
A Rosalin Abigail Kyere-Nartey, fundadora y directora ejecutiva de Africa Dyslexia Organisation, la historia de Delbert le es muy familiar. Ella empez¨® a leer y escribir con 17 a?os, por lo que todo el mundo pensaba que era ¡°est¨²pida, vaga¡±. No fue diagnosticada con dislexia hasta hace seis, al cumplir los 30. Fue entonces cuando empez¨® a informarse sobre su dificultad. All¨ª se dio cuenta de que la informaci¨®n disponible era muy poca. ¡°La dislexia no es algo conocido en ?frica¡±, asegura.
Por eso, Kyere-Nartey estableci¨® su organizaci¨®n, basada en Accra, Ghana, que brinda ayuda a las personas disl¨¦xicas. ¡°El problema es que los curr¨ªculums educativos de los pa¨ªses africanos no han sido creados para fomentar la inclusi¨®n, para tener en cuenta a todos los ni?os¡±, dice. A todos los padres, a todos los profesores, les recomienda que no les hablen mal a sus hijos, que no les llamen est¨²pidos, vagos. ¡°Una vez da?ada su autoestima, es muy dif¨ªcil que la recuperen¡±, termina.
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