La menstruaci¨®n, el asunto global que m¨¢s ha preocupado a los lectores de Planeta Futuro en 2022
El acceso a art¨ªculos de higiene femenina, los matrimonios infantiles, la venta de beb¨¦s y la violencia sexual en conflictos armados encabezan la lista de lo m¨¢s le¨ªdo de la secci¨®n de desarrollo sostenible en este a?o que termina con la guerra de Ucrania a¨²n marcando la actualidad
Con permiso de la guerra de Ucrania, los coletazos de la covid-19 y la convulsa agenda pol¨ªtica internacional (tambi¨¦n la espa?ola), otros temas han interesado especialmente a los lectores de Planeta Futuro este a?o. En t¨¦rminos generales, los derechos de las mujeres y ni?as, la infancia m¨¢s desfavorecida y la salud global han atraido especialmente la atenci¨®n en 2022, aunque hay una gran variedad de tem¨¢ticas en esta clasificaci¨®n de lo m¨¢s le¨ªdo en los ¨²ltimos doce meses. Por mucho que revisemos las audiencias peri¨®dicamente, este listado anual siempre trae sorpresas y nunca decepciona. Y la menstruaci¨®n ha sido el descubrimiento. No solo un reportaje sobre el manejo de la regla en un contexto complejo para la poblaci¨®n femenina como lo es Sud¨¢n del Sur encabeza la lista, sino que en este top 10 de lectura encontramos otro art¨ªculo sobre el tema, pero desde Kenia.
Aqu¨ª recopilamos lo m¨¢s le¨ªdo del a?o, para revisitar estas historias o descubrirlas por primera vez. ?Gracias por leernos y nos encontramos en 2023!
1. Lidiar con la menstruaci¨®n en Sud¨¢n del Sur: ¡°Falto a la escuela cuando tengo la regla porque no tengo nada con lo que recoger la sangre¡±
Para una mujer de un pa¨ªs occidental, no es dif¨ªcil encontrar compresas o tampones para la menstruaci¨®n. Sin embargo, en la ciudad de Bentiu, en Sud¨¢n del Sur, encontrar estos productos es una lucha, que se repite cada mes. Las mujeres y las ni?as no hablan, comentan ni comparten informaci¨®n sobre la regla, porque hay una cultura de verg¨¹enza y pudor en torno al tema. Las madres no explican a las hijas c¨®mo manejarla, pero ellas tampoco recibieron ninguna orientaci¨®n. Es un tab¨² tan fuerte que dificulta el acceso a productos de higiene ¨ªntima, lo que lastra la educaci¨®n de las ni?as y el empleo de las adultas en un contexto en el que no disponen ni de aseos dignos. No es un ejemplo aislado, sino que muestra un problema que ocurre en todo el mundo. Como cada a?o, este 2022, las mujeres y las ni?as que viven en la pobreza han tenido que lidiar cada mes con su menstruaci¨®n en circunstancias extremadamente dif¨ªciles y entre privaciones.
Lo cont¨®, este noviembre, Susan Mart¨ªnez. Con fotograf¨ªas de Peter Caton.
Que la menstruaci¨®n en Sud¨¢n del Sur sea el tema m¨¢s le¨ªdo de este a?o, nos sorprende, pero nos gusta. Creemos que hay que hablar de la regla, entre otras razones, porque la mitad de la poblaci¨®n mundial menstrua.
2. Bill Gates anuncia que donar¨¢ toda su fortuna a la fundaci¨®n filantr¨®pica que cre¨®: ¡°Saldr¨¦ de la lista de los m¨¢s ricos¡±
A mediados de julio de 2022, Bill Gates declar¨® que pretend¨ªa salir de la lista de las personas m¨¢s ricas del mundo donando toda su fortuna a la fundaci¨®n filantr¨®pica que preside con su exmujer Melinda French Gates. Est¨¢ claro que lo relacionado con el dinero interesa a todos, pues este ha sido el segundo tema m¨¢s le¨ªdo del a?o. Como medida inmediata, el fundador de Microsoft anunci¨® una inyecci¨®n extraordinaria de 20.000 millones de d¨®lares (aproximadamente 19.800 millones de euros). A su vez, la Fundaci¨®n Bill y Melinda Gates, una de las m¨¢s grandes del mundo, manifest¨® que, gracias a estos nuevos fondos, podr¨¢ incrementar su gasto anual en salud global, pobreza e igualdad en un 50% hasta el a?o 2026. Su objetivo: afrontar las ¡°crisis globales acumuladas¡± que sacuden al planeta.
¡°Al mirar hacia el futuro, mi plan es donar toda mi riqueza a la fundaci¨®n, dejando aparte de lo que gaste en m¨ª y en mi familia¡±, explic¨® Bill Gates en su blog. ¡°Hago donaciones e inversiones en cuestiones de sanidad en Estados Unidos, incluyendo el alzh¨¦imer, fuera de la fundaci¨®n. A trav¨¦s de Breakthrough Energy [algo as¨ª como Energ¨ªa rompedora o transformadora], seguir¨¦ invirtiendo y donando fondos para combatir el cambio clim¨¢tico. Espero que el trabajo en estas ¨¢reas produzca dinero que pueda ir asimismo a la fundaci¨®n¡±, detall¨®. ¡°Donar dinero no es para m¨ª un sacrificio. Me siento privilegiado por poder implicarme en enfrentar estos retos, disfruto el trabajo y creo que tengo la obligaci¨®n de devolver mis recursos a la sociedad, de la forma en la que tengan el mayor impacto posible en la reducci¨®n del sufrimiento y en la mejora de vidas¡±.
3. Vender a una ni?a por comida: ¡°Se presentaron varios pretendientes e intent¨¦ escoger al m¨¢s joven¡±
La foto de Afasana, una ni?a afgana de ocho a?os vendida para contraer matrimonio con un hombre casi 15 a?os mayor que ella, indign¨® a un buen n¨²mero de personas. Fue tomada en julio de 2022 por ?ngel Sastre en Afganist¨¢n, donde el n¨²mero de matrimonios infantiles y de venta de beb¨¦s aument¨® con la pandemia y la pobreza, seg¨²n datos de la ONU. Afasana se muestra pensativa, cabizbaja; esboza una sonrisa leve, forzada. Sab¨ªa que en 20 d¨ªas se casar¨ªa con un desconocido. Su padre le cont¨® la historia como un cuento de princesas, hizo los arreglos y eligi¨® al mejor postor, quien se llev¨® la mano de su hija por unos 2.300 euros. Sus respuestas, cuenta Sastre, suelen ser escuetas. ?Est¨¢s contenta con tu futuro marido, feliz de tu futura vida? ¡°Al menos podr¨¦ comer dos veces al d¨ªa¡±, le dijo.
¡°Su padre, Yasee, tampoco levanta la mirada; parece avergonzado¡±, escrib¨ªa Sastre. ¡°Claro que no quer¨ªa hacer esto, pero tras la llegada de los talibanes perd¨ª mi trabajo como barrendero. Tuvimos que venir de Kabul a esta aldea remota de la provincia de Kandahar, donde viv¨ªa un t¨ªo m¨ªo con su familia. En teor¨ªa, iba a obtener un empleo en las plantaciones de amapolas para procesar el opio, pero el r¨¦gimen ha decretado que esta sea la ¨²ltima cosecha, y apenas necesitan jornaleros. Sin dinero, no ten¨ªamos otra opci¨®n¡±, justificaba. ¡°Se presentaron varios pretendientes e intent¨¦ escoger al m¨¢s joven. Tiene unos 25 a?os, parece de buena familia y dice que permitir¨¢ a la ni?a ir a la escuela. Estamos todos tristes; Afasana llora por las noches. Todo ir¨¢ bien, inshallah (si Dios quiere)¡±, agreg¨®. Viven en un pa¨ªs con una situaci¨®n desesperada, agudizada por la pandemia de la covid y la crisis alimentaria, que no da tregua a nadie, pero sobre todo las mujeres, a quienes recientemente les han prohibido estudiar y trabajar.
4. Los hombres violados en la guerra de Colombia rompen el silencio
En marzo de 2022, el periodista Javier Sul¨¦ Ortega revel¨® que, aunque las mujeres fueron en una magnitud inimaginable las principales v¨ªctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado colombiano, en menor medida, los hombres tambi¨¦n lo fueron. El 5,81% de los registrados por el Registro ?nico de V¨ªctimas (RUV) son varones, esto es 2.140. Un grupo de 81 de ellos decidi¨® visibilizarse con la entrega de un informe a la Jurisdicci¨®n Especial para la Paz (JEP) en el que relataban los horrores que sufrieron por esta pr¨¢ctica criminal que tanto da?o hizo. Nelson Toscano es uno de ellos y durante a?os ocult¨® lo que le pas¨®. Fue violado dos veces. La primera por paramilitares cuando ten¨ªa nueve a?os. La segunda a los 17 por la guerrilla del Ej¨¦rcito Nacional de Liberaci¨®n (ELN). Germ¨¢n Mosquera (nombre cambiado) es otro de ellos. Un d¨ªa del a?o 2004 guerrilleros de las FARC llegaron a su casa. Mataron a su hijo mayor delante de ¨¦l, luego vio como violaban a su esposa y ella vio como lo violaban a ¨¦l.
Romper el silencio no ha sido f¨¢cil para estos hombres y es fruto de un largo proceso en el que ?ngela Mar¨ªa Escobar se fue ganando su confianza. Ella es coordinadora de la Red de Mujeres V¨ªctimas y Profesionales y miembro de la Junta del SEMA, la red global de v¨ªctimas y sobrevivientes de violencia sexual que impulso el ginec¨®logo congol¨¦s Denis Mukwege, Premio Nobel de la Paz en 2018. Escobar ha logrado entender las razones por las que estos hombres decidieron visibilizarse. ¡°Ellos quieren demostrarle a este pa¨ªs y al mundo que a ellos tambi¨¦n los violan, que la violaci¨®n fue como una forma de castigo para que ellos sintieran que por mucho que lo fueran ya no ten¨ªan ese poder de hombre. Quieren romper ese estigma de tener que pasar la verg¨¹enza de que les digan que si les violaron se volvieron homosexuales¡±.
5. Bisila Bokoko: ¡°Cuando fui por primera vez a ?frica me di cuenta de que yo era como los dem¨¢s¡±
Interes¨® mucho la entrevista que le hizo en noviembre Irene Vega Medina a Bisila Bokoko (Valencia, 48 a?os), la fundadora del African Literacy Project, que quiere ofrecer m¨¢s acceso a libros en ?frica, bajo la premisa de la importancia de la solidaridad.
Entre otras cuestiones, Bokoko reconoci¨® que crecer en Valencia en los a?os ochenta, hija de padres ecuatoguineanos, fue ¡°un camino de rosas con espinas¡±. ¡°En realidad ten¨ªa much¨ªsimos problemas de identidad. En aquella ¨¦poca no hab¨ªa diversidad, no hab¨ªa negros. Siempre era la ¨²nica ni?a negra en todos los colegios. Los ni?os se re¨ªan de mi nombre, en ocasiones no se quer¨ªan sentar conmigo. Los profesores no estaban preparados para todo eso, no sab¨ªan c¨®mo gestionar este tipo de circunstancias. Pero tuve unos padres que me transmitieron ese orgullo por qui¨¦n era. La infancia fue complicada y dif¨ªcil. Y la adolescencia no fue mucho m¨¢s f¨¢cil. En ese momento quieres contar con la aprobaci¨®n externa y yo no la ten¨ªa¡±, relataba.
Mi padre me dec¨ªa: ¡®Eres negra y mujer, y siempre tendr¨¢s que lidiar con eso. Tu vida no va a ser f¨¢cil, pero rendirse nunca es una opci¨®n¡¯Bisila Bokoko, fundadora del African Literacy Project
Sus padres, recordaba en esta entrevista, siempre le dec¨ªan: ¡°Eres negra y mujer, y siempre tendr¨¢s que lidiar con eso. Tu vida no va a ser f¨¢cil, pero rendirse nunca es una opci¨®n¡±.
6. La vacuna que cambiar¨¢ a todas las dem¨¢s vacunas
A principios de a?o, en febrero, Gonzalo Fanjul escrib¨ªa, en calidad de experto, una tribuna sobre la ¡°monumental¡± paradoja de la pandemia de covid-19: el fracaso en distribuir la vacuna de forma equitativa se ha producido en paralelo con el proceso de inmunizaci¨®n m¨¢s r¨¢pido, extendido y exitoso de la historia de la humanidad. Un proceso cuyas lecciones, dice, deber¨ªan trasladarse cuanto antes a otras enfermedades de la pobreza, y que abre oportunidades insospechadas para la salud global.
Una opini¨®n que respald¨® con los resultados de un estudio llevado a cabo por el think-tank estadounidense Center for Global Development (CGD). Amanda Glassman, investigadora senior del centro y una de las autoras del informe, se?alaba en su nota de presentaci¨®n: ¡°La velocidad de desarrollo y distribuci¨®n de la vacuna covid-19 fue revolucionaria. Esto no es solo el resultado del esfuerzo de iniciativas como la de Covax y la de la Uni¨®n Africana, sino tambi¨¦n una buena noticia para el futuro de la preparaci¨®n y respuesta ante una pandemia¡±.
Dicho de otro modo, asegura Fanjul, la incapacidad o la negligencia de la comunidad internacional para hacer llegar un n¨²mero aceptable de dosis a los pa¨ªses m¨¢s pobres debe ser una raz¨®n para hacer mejor las cosas, no para ignorar la consecuci¨®n hist¨®rica de este proceso en el resto del mundo.
7. Un arquitecto que naci¨® en una aldea sin electricidad gana el mayor premio de su sector
El 27 de mayo de 2022, Di¨¦b¨¦do Francis K¨¦r¨¦ recibi¨® el premio Pritzker 2022, el mayor galard¨®n internacional de arquitectura. Original de Burkina Faso, su trayectoria comienza en Gando, donde naci¨®, una aldea remota sin electricidad ni agua corriente. En esta entrevista con Joost Bastmeijer, explicaba su origen tradicional, su amor por la naturaleza y su persistente voluntad de cambiar la vida de sus compatriotas burkineses con su trabajo. Y de ?frica entera...
Entre otras muchas frases interesantes, esta nos pareci¨® acertad¨ªsima: ¡°Los j¨®venes suelen decir: ¡®Somos pobres, necesitamos ayuda de los dem¨¢s¡¯. Y eso es lo que m¨¢s odio. Si le dices a un hombre o una mujer joven que ?frica es pobre y Europa es rica, te creer¨¢n y querr¨¢n emigrar. Debemos cambiar el paradigma. Con el reconocimiento que tengo ahora me siento lo suficientemente seguro para decir: ¡®Deja ya de culpar a los dem¨¢s¡¯. Por supuesto, todos sufrimos por el pasado. ?Pero qu¨¦ pasa con el presente?¡±.
8. Pat Garc¨ªa-Gonz¨¢lez: ¡°Las nuevas medicinas para el c¨¢ncer que salen no van a llegar nunca a la mayor¨ªa de los pa¨ªses¡±
Parece que el acceso a la salud como derecho humano interesa. Se ley¨® mucho una entrevista que le hizo Luc¨ªa Foraster Garriga a Pat Garc¨ªa-Gonz¨¢lez. Es cofundadora y directora ejecutiva de The Max Foundation, organizaci¨®n que ha pasado los ¨²ltimos 25 a?os facilitando el acceso al tratamiento del c¨¢ncer en pa¨ªses de ingresos bajos y medios, donde se produce el 70% de las muertes en el mundo por esta dolencia.
Tenemos que entender que el c¨¢ncer es un problema globalPat Garc¨ªa-Gonz¨¢lez. Es cofundadora y directora ejecutiva de ¡®The Max Foundation¡¯
Garc¨ªa-Gonz¨¢lez considera que hay en cambiar la mentalidad de la gente que desarrolla estos f¨¢rmacos, y es lo que ella intenta. ¡°Siempre les pregunto a los investigadores: ¡®Cuando piensan en el paciente que necesita el medicamento, ?qui¨¦n es? ?C¨®mo es? ?D¨®nde est¨¢?¡±. Porque, asegura, ¡°tenemos que entender que el c¨¢ncer es un problema global¡±.
9. El relato de tres inmigrantes africanos: ¡°En Qatar la gente literalmente trabaja hasta la muerte¡±
Este diciembre, mientras el Mundial de Qatar segu¨ªa su curso y la afici¨®n global vibraba de emoci¨®n con las semifinales a las puertas, Joost Bastmeijer entrevist¨® en Nairobi, Kenia, a tres trabajadores que viajaron desde ?frica para trabajar en el peque?o pa¨ªs del golfo P¨¦rsico. Su testimonio evidencia los abusos a los que han sido sometidos los migrantes, gracias a cuya mano de obra este Mundial ha sido, en buena medida, posible.
Han levantado estadios, trabajado como guardias de seguridad y t¨¦cnicos de mantenimiento, entre otras ocupaciones. Lo han hecho a menudo en condiciones abusivas y de explotaci¨®n laboral y miles de ellos incluso han muerto en el tajo, seg¨²n denuncian desde hace a?os numerosas organizaciones de derechos humanos. El Parlamento Europeo ha pedido compensaciones para las familias de las v¨ªctimas. Las autoridades catar¨ªes reconocen entre 400 y 500 fallecidos, pero acusan a la prensa de querer enturbiar el ¨¦xito del Mundial poniendo el ¨¦nfasis en las violaciones de derechos humanos. Otras investigaciones elevan la cifra a al menos 6.500.
Adem¨¢s de la frase que este art¨ªculo llevaba por titular, Malcolm Bidali, que trabaj¨® all¨ª como guardia de seguridad, declaraba: ¡°Hay sangre en los estadios que se ven en televisi¨®n¡±. Aunque los abusos a los que han sido sometidos los trabajadores eran de sobras conocidos, esta pieza llam¨® mucho la atenci¨®n, quiz¨¢s por la contradicci¨®n y la ambig¨¹edad que nos ha rodeado durante este campeonato.
10. Las kenianas dicen ¡®no¡¯ a las compresas y tampones cutres
Cerramos esta clasificaci¨®n igual que la abrimos: con la menstruaci¨®n. En Kenia, contaba a mediados de julio de 2022 Rahab Gakuru, conseguir productos de higiene menstrual decentes es un dolor peor que el de la propia regla. Como en Sud¨¢n del Sur.
Pero cada vez hay m¨¢s mujeres emprendedoras que lanzan al mercado productos menstruales en el continente. Como la actriz, modelo y empresaria Ebby Weyime, que ha creado una plataforma en la que las mujeres pueden hablar abiertamente de la angustia que sufren a causa de la menstruaci¨®n sin avergonzarse. Weyime siempre tuvo problemas con las compresas y los tampones. Eran caros, el flujo se escapaba, ten¨ªan un olor muy desagradable y la dejaban h¨²meda e inc¨®moda. Necesitaba una soluci¨®n, un producto que resolviera el problema, ahorrara dinero y fuera respetuoso con el medio ambiente. ¡°Descubr¨ª la copa menstrual. La regla cambi¨® para siempre¡±, cuenta. The Grace Cup, que lanz¨® al mercado en julio de 2017, es la primera y ¨²nica marca de copas menstruales de Kenia. Tambi¨¦n vende compresas de tela.
Repetimos: creemos que hay que hablar de la regla, entre otras razones, porque la mitad de la poblaci¨®n mundial menstrua.
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