La batalla por los ¡®tesoros¡¯ marinos, un negocio turbio para el Sur global
Pa¨ªses de todo el mundo se preparan para la extracci¨®n de componentes valiosos para la tecnolog¨ªa y la transici¨®n verde en aguas internacionales, que podr¨ªa ser aprobada el a?o que viene. Pero quedan muchas inc¨®gnitas acerca de las consecuencias para las naciones en v¨ªas de desarrollo
En las oscuras profundidades de nuestros oc¨¦anos y dentro de salas de juntas a puertas cerradas se est¨¢ desarrollando un cap¨ªtulo lleno de controversias. La b¨²squeda de metales preciosos en el fondo de los oc¨¦anos, un territorio inexplorado, suscita preocupaciones entre cient¨ªficos y ambientalistas, como qued¨® claro recientemente, cuando Noruega se convirti¨® en el primer pa¨ªs del mundo en aprobar la exploraci¨®n de sus aguas profundas.
Hasta este momento, m¨¢s de 20 gobiernos han pedido una pausa de la miner¨ªa en aguas profundas internacionales, y m¨¢s de 800 cient¨ªficos y expertos marinos han firmado una petici¨®n alertando de riesgos ambientales, sociales y econ¨®micos. Los cr¨ªticos advierten de que la excavaci¨®n en aguas internacionales no solo pone en peligro ¨¢reas ambientales pr¨ªstinas y privatiza recursos que pertenecen a la humanidad, sino que tambi¨¦n explota a pa¨ªses econ¨®micamente vulnerables en el Sur global. ¡°Solo un grupo de inversores est¨¢ benefici¨¢ndose de esta privatizaci¨®n encubierta¡±, resume Andrew Whitmore, asesor financiero de la campa?a de miner¨ªa en el mar profundo de la ONG Ocean Foundation.
La miner¨ªa en aguas profundas busca principalmente n¨®dulos polimet¨¢licos: rocas del tama?o de una patata que se encuentran a m¨¢s de 4.000 metros de profundidad. Son conocidas como ¡°bater¨ªas en una roca¡± debido a que contienen altos porcentajes de componentes como cobre, cobalto, manganeso o n¨ªquel, utilizados en las bater¨ªas de tel¨¦fonos inteligentes y computadoras. La demanda de estas materias primas para la transici¨®n ecol¨®gica del planeta (bater¨ªas de coche el¨¦ctrico, turbinas e¨®licas, paneles solares...) se duplicar¨¢ para 2040, seg¨²n la Agencia Internacional de Energ¨ªa, y algunos expertos ya advierten de una crisis de oferta de estos metales verdes.
Quien posee las llaves de estos tesoros marinos del mundo es una instituci¨®n aut¨®noma peque?a y poco conocida que opera como brazo de la ONU en cuestiones de fondo marino internacional: la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA), con sede en Kingston, Jamaica. La instituci¨®n naci¨® hace casi 30 a?os con el prop¨®sito de ¡°administrar de manera sostenible y equitativa¡± los recursos encontrados en las profundidades del oc¨¦ano que van m¨¢s all¨¢ de la jurisdicci¨®n de cada pa¨ªs.
En los ¨²ltimos tres lustros, la ISA ha emitido m¨¢s de 30 contratos de exploraci¨®n. Estos contratos permiten a compa?¨ªas privadas y p¨²blicas realizar investigaciones ambientales y probar maquinaria con la extracci¨®n de ciertos minerales, que no se pueden comercializar. Se trata de un paso previo para conseguir un codiciado contrato comercial, que permita explotar los recursos del lecho marino en aguas internacionales. La ISA a¨²n no ha otorgado ninguna de estas licencias comerciales: el pasado julio, las negociaciones internas acabaron sin luz verde para la explotaci¨®n comercial, pese al apoyo de pa¨ªses como Noruega o M¨¦xico. Pero el voto final se producir¨¢ el a?o que viene. Y The Metals Company (TMC), una empresa emergente con sede en Canad¨¢, tiene papeletas para ser la primera en conseguir el primero de estos contratos comerciales, seguida del Gobierno de China, que hoy cuenta con cinco contratos de exploraci¨®n.
¡°?reas reservadas¡± para la equidad
Por ahora, la Autoridad ha otorgado ocho contratos de exploraci¨®n a compa?¨ªas y pa¨ªses en desarrollo para explorar una de las ¨¢reas m¨¢s ricas del lecho marino, la Zona Clarion Clipperton (CCZ), en el oc¨¦ano Pac¨ªfico, entre Haw¨¢i y M¨¦xico, y que limita con las Zonas Econ¨®micas Exclusivas de las Islas Cook, Kiribati, Nauru y Tonga.
Solo entre las ¨¢reas de Nauru y Tonga en la Zona de Clarion-Clipperton, TMC estima que hay suficiente n¨ªquel, cobre, cobalto y manganeso para electrificar 280 millones de veh¨ªculos, equivalente a toda la flota de veh¨ªculos de pasajeros de EE UU
La CCZ es una fosa marina de aguas profundas aproximadamente del tama?o de la Uni¨®n Europea que contiene aproximadamente 21.000 millones de toneladas de n¨®dulos polimet¨¢licos. Solo entre las ¨¢reas de Nauru y Tonga en la Zona de Clarion-Clipperton, TMC estima que hay aproximadamente 1.600 millones de toneladas de n¨®dulos: suficiente n¨ªquel, cobre, cobalto y manganeso para electrificar 280 millones de veh¨ªculos, equivalente a toda la flota de veh¨ªculos de pasajeros de Estados Unidos. The Metals Company calcula que obtendr¨¢ m¨¢s de 30.000 millones de d¨®lares (unos 27.546 millones de euros) en ganancias durante el proyecto de extracci¨®n, que durar¨¢ tres d¨¦cadas.
Para acceder a algunos de los kil¨®metros cuadrados submarinos m¨¢s provechosos, las compa?¨ªas privadas est¨¢n sujetas a la Convenci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS), que establece un sistema, llamado de ¡°¨¢reas reservadas¡±, destinado a garantizar que los pa¨ªses en desarrollo tengan acceso a los recursos minerales del fondo marino profundo y a promover la equidad. Y es que las naciones que acogen estos minerales son a menudo vulnerables a los impactos del cambio clim¨¢tico, como el aumento del nivel del mar, la erosi¨®n costera y la sequ¨ªa, y tienen muy pocas oportunidades de diversificaci¨®n econ¨®mica. Dependen del exterior en cuanto a experiencia en este tipo de operaciones, para tecnolog¨ªa y para asistencia financiera. ¡°Es un sistema propenso a abusos¡±, afirma Pradeep Singh, experto en gobernanza del oc¨¦ano y pol¨ªtica clim¨¢tica y miembro del Instituto de Investigaci¨®n para la Sostenibilidad en Potsdam (Alemania).
El sistema de las llamadas ¡°¨¢reas reservadas¡± est¨¢ destinado a garantizar que los pa¨ªses en desarrollo tengan acceso a los recursos minerales del fondo marino profundo y promover la equidad
Para cumplir con este requisito, The Metals Company, por ejemplo, se ha asociado con tres peque?as naciones insulares del Pac¨ªfico, Kiribati (131.000 habitantes), Tonga (107.000) y Nauru (apenas 13.000), para explorar y potencialmente explotar los lechos marinos en busca de metales. ?C¨®mo beneficiar¨¢n estas futuras explotaciones mineras a peque?os pa¨ªses como estos? No est¨¢ nada claro: los detalles de estos acuerdos no son p¨²blicos y, por ahora, el reparto de beneficios entre naciones ricas y peque?as islas no ha estado en el centro de las discusiones en la ISA, seg¨²n varios expertos consultados en Kingston durante las ¨²ltimas reuniones de la Autoridad Internacional, el pasado mes de julio.
Las empresas privadas que planean explotar el fondo marino insisten en que cumplir¨¢n con las pautas de la Convenci¨®n de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, adem¨¢s, distribuyendo los ingresos con las naciones del Pac¨ªfico. Sin embargo, a¨²n no est¨¢ claro de qu¨¦ forma repercutir¨¢ esta nueva industria en los pa¨ªses de bajos ingresos: la ISA a¨²n no ha iniciado el debate sobre qu¨¦ hacer exactamente con las ganancias generadas por la explotaci¨®n minera.
Una cadena de personas se beneficia de un recurso que, por su propia naturaleza, deber¨ªa considerarse un bien com¨²n global. Sin embargo, lo que han hecho es crear un sistema que efectivamente lo respalda o privatizaAndrew Whitmore, asesor financiero de la Campa?a de Miner¨ªa en el Mar Profundo
La TMC, por su parte, asegura que planea contribuir a las econom¨ªas locales en los Estados que patrocinan sus operaciones, como Nauru, con regal¨ªas por tonelada de n¨®dulos y con distintas inversiones. Los expertos consultados matizan, por su parte, que es dif¨ªcil conocer detalles concretos, puesto que los contratos entre las empresas y los Estados patrocinados no son p¨²blicos. Consultado sobre la f¨®rmula exacta de distribuci¨®n o el porcentaje de los beneficios que ir¨¢ a las naciones del Pac¨ªfico, Rory Usher, portavoz de TMC, subraya que la compa?¨ªa a¨²n no tiene la cifra porque no han comenzado el trabajo en la zona. ¡°Esperamos ser probablemente el mayor contribuyente a la econom¨ªa de Nauru una vez que comencemos la primera producci¨®n¡±, afirma.
La privatizaci¨®n del fondo marino
En total, m¨¢s del 60% de los contratos actualmente disponibles entre agentes privados y Estados en desarrollo en la CCZ se han reservado para dos compa?¨ªas privadas occidentales, con acuerdos fuera del ¨¢mbito p¨²blico con pa¨ªses en desarrollo.
Seg¨²n varios expertos consultados, este sistema resulta en una privatizaci¨®n de facto de porciones significativas del lecho marino hecha a trav¨¦s de artificios: esencialmente, ciertos gobiernos pueden otorgar acceso a ¨¢reas espec¨ªficas del lecho marino internacional para la miner¨ªa, con la condici¨®n de que los beneficios se distribuyan a la sociedad en su conjunto. ¡°[Este] es esencialmente un eslab¨®n en una cadena de personas que se benefician de un recurso que, por su propia naturaleza, deber¨ªa considerarse un bien com¨²n global. Sin embargo, lo que han hecho es crear un sistema que efectivamente lo respalda o privatiza¡±, afirma Andrew Whitmore, de la ONG Ocean Foundation.
Varios gobiernos y m¨¢s de 760 cient¨ªficos y expertos marinos de todo el mundo han firmado una petici¨®n pidiendo una pausa o incluso la prohibici¨®n de la miner¨ªa en aguas profundas
La Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, el organismo dependiente de la ONU, tiene varias tareas pendientes, como decidir cu¨¢nto de los ingresos deben usar los contratistas como compensaci¨®n a las naciones mineras que experimenten p¨¦rdidas debido a las actividades de miner¨ªa en aguas profundas que afecten sus operaciones mineras terrestres. O decidir cu¨¢ntas operaciones autoriza. La ISA no respondi¨® a los correos electr¨®nicos de este diario.
¡°Para que la ISA sea financieramente viable, podr¨ªa necesitar aprobar un n¨²mero sustancial de actividades mineras. Sin embargo, aprobar un gran n¨²mero de solicitudes de miner¨ªa podr¨ªa dar lugar a una situaci¨®n no deseada en la que la capacidad del oc¨¦ano para soportar tales actividades se vea superada¡±, explica Pradeep Singh. ¡°Si la miner¨ªa en aguas profundas no tiene sentido desde una perspectiva de distribuci¨®n de beneficios, entonces no tiene sentido permitirla en absoluto¡±, afirma Singh, quien lleva siete a?os centrado en la investigaci¨®n de pol¨ªticas de miner¨ªa en aguas profundas y que tambi¨¦n particip¨® como observador en la ¨²ltima reuni¨®n de la ISA. ¡°La gente necesita entender que el mandato de la ISA es hacer que la miner¨ªa en el lecho marino suceda¡±, declar¨® uno de los delegados en la cumbre de julio.
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