Por qu¨¦ Botsuana amenaza con llenar Hyde Park de elefantes y enviar decenas de miles a Alemania
El Gobierno del pa¨ªs africano, donde vive la mayor poblaci¨®n de estos animales del mundo, critica las propuestas en Londres y Berl¨ªn que defienden la prohibici¨®n de importar trofeos de caza
En 2015, Frank Limbo, un agricultor de 69 a?os del municipio de Kasane, en el noreste de Botsuana, estuvo a punto de morir por culpa de unos elefantes. Acababa de instalarse con su familia en una granja, y estaba levantando postes para cercar el terreno. ¡°Poco despu¨¦s de empezar, vimos un grupo de elefantes a lo lejos. Segu¨ª con mi trabajo hasta que not¨¦ que se acercaban. Le dije a mi mujer y a mi hijo a que se pusieran a salvo en el coche, pero yo me qued¨¦¡±, explica. Encaramado a un hormiguero cercano, Limbo se vio rodeado por tres paquidermos que le atacaron. Cojeando, intent¨® refugiarse bajo un ¨¢rbol espinoso mientras los animales le cercaban. Acab¨® gravemente herido y pas¨® los dos meses siguientes en cuidados intensivos. Su calvario es un ejemplo de los conflictos entre humanos y fauna en un pa¨ªs con la mayor poblaci¨®n de elefantes del mundo.
Botsuana levant¨® en 2019 una prohibici¨®n de cazar paquidermos que duraba cinco a?os, afirmando que el elevado n¨²mero de ejemplares creaba problemas en los asentamientos humanos y destru¨ªa cultivos. Este mes de marzo, los legisladores brit¨¢nicos propusieron un proyecto de ley contra la importaci¨®n de trofeos de caza, una iniciativa que el presidente de Botsuana, Mokgweetsi Masisi, tach¨® de ¡°condescendiente¡± y de revivir la ¡°conquista colonial¡±. Su ministro de Medio Ambiente, Dumezweni Mthimkhulu, hizo incluso una oferta ¡°ret¨®rica¡± para llenar el famoso Hyde Park de Londres con 10.000 elefantes, una propuesta que repiti¨® el presidente africano este mes a Alemania, pa¨ªs en el que un representante del Ministerio de Medio Ambiente inst¨® en febrero a la prohibici¨®n de la importaci¨®n. En este caso, Botsuana amenaz¨® con mandar 20.000 ejemplares.
Seg¨²n el presidente y las comunidades de Botsuana, impedir la caza podr¨ªa provocar un crecimiento exponencial de la poblaci¨®n de elefantes, lo que romper¨ªa el equilibrio y repercutir¨ªa en los medios de subsistencia de las comunidades. Una de las razones principales que explican la gran poblaci¨®n de estos animales en el sur de ?frica es ¡°la beneficiosa relaci¨®n que mantienen las comunidades locales con los recursos de la fauna salvaje¡±, cuenta el secretario del Ministerio de Medio Ambiente y Turismo de Botsuana, Boatametse Modukanele. A estas comunidades se les conceden cupos de caza y tienen la oportunidad de vender derechos de esta actividad a empresas que trabajan con cazadores internacionales. ¡°Esto genera importantes ingresos, cruciales para fomentar la coexistencia entre las comunidades y los elefantes¡±, asegura. Una ley que restrinja la exportaci¨®n de productos de la caza ¡°podr¨ªa mermar los beneficios econ¨®micos derivados del aprovechamiento de la fauna salvaje¡±, opina.
El secretario Modukanele asegura a este diario que el Gobierno est¨¢ ¡°abordando activamente el acuciante asunto del conflicto entre los seres humanos y la fauna salvaje¡±, con la instalaci¨®n de vallas el¨¦ctricas y con la organizaci¨®n de patrullas para impedir la invasi¨®n de asentamientos humanos. ¡°Adem¨¢s, existen mecanismos de indemnizaci¨®n para los afectados¡±, a?ade.
Siyoka Simasiku, director ejecutivo del Consejo de Ngamiland, compuesto por un grupo de organizaciones no gubernamentales preocupadas por el desarrollo social y econ¨®mico sostenible, reconoce que ¡°el aumento de la presencia de elefantes en las regiones de Ngamiland y Okavango, en el norte de Botsuana, se ha hecho especialmente notorio¡± y cita los da?os causados a tuber¨ªas de agua en la zona.
Tradiciones de conservaci¨®n
La conservaci¨®n de la fauna salvaje en Botsuana es una cuesti¨®n hist¨®rica. L¨ªderes tradicionales, conocidos como los dikgosi, regulaban las pr¨¢cticas de caza de acuerdo con los ciclos naturales, cazando durante la estaci¨®n seca y priorizando la agricultura durante la estaci¨®n lluviosa, seg¨²n Kgosi Gokgathang Moalosi, mandatario en la aldea de Sankuyo, en el noroeste de Botsuana. Este planteamiento garantizaba que la caza se realizara de forma responsable, sin que ning¨²n individuo tuviera derecho a cazar a su antojo.
Entre 1996 y 2014, la aldea de Sankuyo se dedic¨® a la caza, atrayendo a turistas. Moalosi explica que los beneficios generados se reinvert¨ªan en la comunidad, fomentando proyectos de desarrollo. ¡°El terreno estaba dividido en dos partes, una para la caza y otra para el turismo fotogr¨¢fico, y gan¨¢bamos m¨¢s dinero con la caza¡±, asume este l¨ªder.
La prohibici¨®n de la caza en 2014 provoc¨® un crecimiento de las poblaciones de elefantes, lo que se tradujo en una mayor destrucci¨®n de cultivos y propiedades en la aldea de Sankuyo. La ausencia de beneficios econ¨®micos derivados de la caza intensific¨® las quejas entre la comunidad, lo que provoc¨® un cambio en la percepci¨®n de los elefantes, que pasaron de ser considerados un activo a ser vistos como una molestia.
Joseph Mbaiwa, profesor de Turismo e investigador del Instituto de Investigaci¨®n de Okavango y de la Universidad de Botsuana, opina que la escasez de tierras agrava los conflictos entre personas y fauna salvaje, sobre todo porque la poblaci¨®n de elefantes sigue aumentando. Explica que, por ejemplo, entre 1984 y 2010, en la regi¨®n de Kaza ¡ªla mayor zona transfronteriza protegida del mundo para ayudar a conservar la vida salvaje entre Angola, Botsuana, Namibia, Zambia y Zimbabue¡ª la poblaci¨®n de paquidermos aument¨® de 40.000 a 132.000, lo que result¨® en invasiones de tierras de cultivo, zonas ganaderas y residenciales. Este investigador ha desarrollado m¨¦todos mitigadores innovadores como las llamadas bombas de chile, con grandes cantidades de polvo picante, que alejan a los elefantes de los campos de cultivo. ¡°Pero decisiones como la ley brit¨¢nica, impulsadas por la emoci¨®n m¨¢s que por la ciencia, ponen en peligro tanto los esfuerzos de conservaci¨®n como los medios de vida locales¡±, asevera. Para evaluar las intervenciones y medir su ¨¦xito, Mbaiwa subraya la importancia de implicar a todas las partes interesadas, incluidos los ganaderos y los productores agropecuarios. ¡°Solo reduciendo la poblaci¨®n de elefantes se puede conseguir una mitigaci¨®n eficaz de la fauna salvaje¡±, asume.
Simasiku, del Consejo de Ngamiland, subraya la importancia de incorporar perspectivas cient¨ªficas a la elaboraci¨®n de pol¨ªticas de conservaci¨®n para garantizar que las medidas sean eficaces y sostenibles a largo plazo. ¡°El planteamiento adecuado no pasa por prohibiciones externas, sino por esfuerzos de colaboraci¨®n entre ONG, comunidades y responsables pol¨ªticos que equilibren la conservaci¨®n de la vida salvaje y el bienestar humano¡±, concluye.
Tras haber vivido en primera persona una experiencia cercana a la muerte por culpa de los elefantes, Limbo afirma que matar a estos animales no es un lujo. ¡°Controlar las poblaciones de animales salvajes para evitar m¨¢s v¨ªctimas humanas y garantizar la coexistencia pac¨ªfica entre los seres humanos y la fauna salvaje es una necesidad¡±, afirma.
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