Omar cierra los ojos para seguir viendo a sus padres muertos en la guerra de Gaza
Un mill¨®n de ni?os necesitan apoyo psicol¨®gico tras ocho meses de guerra, en los que han fallecido unos 15.000 menores en ataques israel¨ªes, seg¨²n las autoridades de la Franja
Omar tiene nueve a?os. Su padre, su madre y su hermano gemelo murieron en un bombardeo israel¨ª y ahora vive con su t¨ªa en el sur de Gaza. ¡°El chico cerraba los ojos durante largos momentos cuando me contaba todo esto¡±, explica a este diario James Elder, portavoz de Unicef, que est¨¢ actualmente en la Franja. ¡°Pregunt¨¦ por qu¨¦ y su t¨ªa me dijo que a Omar le aterrorizaba que la imagen de sus padres y de su hermano desapareciera de su mente, como ha ocurrido en la vida real. Cerraba los ojos para seguir vi¨¦ndolos. El ni?o encaraba as¨ª su trauma, es el mecanismo que ha encontrado para sobrevivir a su infierno¡±, agrega.
Omar representa a decenas de miles de ni?os de Gaza, donde, seg¨²n trabajadores humanitarios y representantes de organizaciones internacionales, todos los peque?os, es decir, un mill¨®n, necesitan apoyo psicol¨®gico tras ocho meses de guerra en los que han perdido todo lo que les hac¨ªa sentirse seguros: familia, casa, escuelas, amigos...
Pensamientos suicidas, temblores incontrolables, p¨¦rdida de memoria, autolesiones, incapacidad de proyectarse en el futuro o incontinencia nocturna son algunos de los s¨ªntomas que muestran el grave deterioro de la salud mental de los ni?os. En una tienda de campa?a en Rafah, en el extremo sur de la Franja, Ghada Oudah, extrabajadora de una ONG internacional, cuida de sus tres sobrinos hu¨¦rfanos, de entre 3 y 13 a?os. Los cad¨¢veres de sus padres permanecen atrapados bajo los escombros en el norte. ¡°Desde su muerte, los ni?os tienen incontinencia nocturna, se les cae el pelo y experimentan dificultades para hablar¡±, explica la mujer.
El 40% de la poblaci¨®n de Gaza tiene menos de 14 a?os, seg¨²n fuentes oficiales palestinas. El ministerio de Salud en Gaza, donde gobierna el movimiento islamista Ham¨¢s, calcula que de los 37.000 palestinos que han muerto violentamente en esta guerra, unos 15.000 eran ni?os. La ONU ha identificado a casi 8.000 menores muertos y advierte de que hay m¨¢s de 10.000 v¨ªctimas sin identificar o bajo los escombros.
Seg¨²n Mustaf¨¢ Al Masri, psiquiatra gazat¨ª especializado en trauma, que ha trabajado como consultor para diversas organizaciones internacionales, ¡°los ni?os de Gaza, desde los cuatro o cinco a?os, viven en un estado permanente de miedo, se sienten abandonados por los adultos que ya no pueden protegerlos¡±. ¡°Ven el mundo como un lugar muy peligroso¡±, explica a este diario.
¡°Mis hijos ya no pueden concentrarse en tareas sencillas. Olvidan inmediatamente lo que les he dicho y tampoco recuerdan acontecimientos recientes. Est¨¢n psicol¨®gicamente destrozados, devastados¡±, explica Amal, una madre de cuatro hijos desde el centro de la Franja de Gaza, que prefiere no dar su nombre completo. ¡°Nuestros hijos ya han sufrido varias guerras, por lo que carecen de resiliencia. Est¨¢n llenos de miedo, ira y l¨¢grimas constantes, reflejando la angustia que sentimos nosotros, los adultos¡±, detalla Dalia, otra madre de familia desplazada en el centro de la Franja.
Los ni?os de Gaza, desde los cuatro o cinco a?os, viven en un estado permanente de miedo, se sienten abandonados por los adultos que ya no pueden protegerlos.Mustaf¨¢ Al Masri, psiquiatra palestino
Los menores que sobreviven a los ataques israel¨ªes est¨¢n hacinados en campos de desplazados o en albergues de la ONU, han tenido que cambiar de refugio en varias ocasiones, est¨¢n desnutridos y apenas tienen agua limpia para beber o lavarse, lo que les expone a numerosas enfermedades. Desde que comenz¨® la guerra en octubre, han presenciado escenas horribles y la muerte, la suya y de la de sus seres queridos, es una posibilidad real cada d¨ªa.
¡°Los ni?os han sido testigos de todo y no podemos protegerlos. Por ejemplo, mi hijo sabe identificar por el sonido el tipo de explosivo que ha ca¨ªdo cerca del lugar en el que vivimos. No es normal¡±, afirma Waseem, desplazado con su familia en el centro de Gaza.
Capas y capas de trauma
¡°Muchos de los ni?os que he conocido recientemente en Gaza son inexpresivos, a menudo tienen la mirada perdida. Est¨¢n sentados en el servicio de urgencias, observando en silencio, mientras las escenas de horror se suceden frente a ellos¡±, explica la pediatra de M¨¦dicos Sin Fronteras (MSF), Tanya Haj-Hasan, en un informe reciente de la ONG. ¡°Todos los mecanismos de protecci¨®n de la infancia han quedado destruidos¡±, agrega esta experta. Y a eso se une, seg¨²n la doctora, que muchos tienen que aprender a vivir con una discapacidad o un miembro amputado. ¡°Son varios c¨ªrculos de p¨¦rdida y de dolor y es, sinceramente, un dolor insoportable. A muchos ni?os les va a afectar toda su vida¡±, agrega.
Un estudio publicado por la ONG Save The Children en enero calculaba que una media de 10 ni?os al d¨ªa perd¨ªan en aquel momento una extremidad en Gaza. Desde entonces, la situaci¨®n humanitaria se ha deteriorado, pero es muy complicado seguir haciendo estad¨ªsticas en una Franja en ruinas pero bombardeada de manera incesante.
Un reciente reportaje de la cadena de televisi¨®n catar¨ª Al Jazeera, uno de los pocos medios internacionales que tiene periodistas dentro de la Franja, mostraba a un ni?o convaleciente tras la reciente amputaci¨®n de un brazo. ¡°Me pregunta si el brazo va a volver a crecer, porque necesita tener los dos para seguir jugando al bal¨®n. Y no s¨¦ qu¨¦ responderle¡±, dec¨ªa, llorosa, su madre.
Un estudio publicado por la ONG Save The Children en enero calculaba que una media de 10 ni?os al d¨ªa perd¨ªan en aquel momento una extremidad en Gaza
¡°Ahora mismo, Gaza no es un lugar para ni?os. Es un espacio de muerte, destrucci¨®n y enfermedad. Y desde luego no es un sitio donde los ni?os puedan empezar a recuperarse de sus inmensas cicatrices mentales¡±, opina Elder, portavoz de Unicef.
El bloqueo israel¨ª sobre la Franja, en vigor desde 2007, las sucesivas guerras entre Israel y los movimientos armados de la Franja y la asfixia que se siente al vivir en este peque?o territorio, donde antes del 7 de octubre de 2023 hab¨ªa poqu¨ªsimas posibilidades de empleo o de ocio, han multiplicado desde hace tiempo los problemas mentales de sus habitantes, sobre todo de los m¨¢s j¨®venes, que son la mayor¨ªa de la poblaci¨®n y solo han conocido una Gaza aislada y miserable. ¡°Los ni?os se enfrentan a capas y capas y capas de trauma. Y ya estaban traumatizados antes de octubre¡±, recalca Audrey McMahon, psiquiatra de MSF.
Un estudio de 2020 publicado en la revista m¨¦dica The Lancet conclu¨ªa que el 53,5% de los ni?os de Gaza sufr¨ªa s¨ªndrome de estr¨¦s postraum¨¢tico en aquel momento. Dos a?os despu¨¦s, una investigaci¨®n de Save The Children mostr¨® el impacto negativo del bloqueo y la violencia omnipresente en la salud mental de los menores de Gaza.
¡°Antes del 7 de octubre de 2023, nacer en Gaza ya era nacer sin futuro. La vida era una especie de loter¨ªa porque hab¨ªa que enfrentarse a muchos l¨ªmites y condicionantes que escapaban al control de la gente¡±, opina Vicente Raimundo, director de Cooperaci¨®n Internacional y Ayuda Humanitaria de esta ONG.
Con la guerra, la situaci¨®n ha ca¨ªdo en picado. Hay ni?os que comienzan a experimentar alucinaciones y entablan conversaciones con seres queridos fallecidos; otros se autolesionan para manifestar su angustia y muchos tienen comportamientos que despiertan la zozobra de sus padres, enumera el psiquiatra gazat¨ª Al Masri. ¡°Hace unos d¨ªas, mi marido vio desde la calle a mi hijo Qusai, de cinco a?os, subido al tejado de un edificio cercano y mirando al vac¨ªo. Nos asustamos mucho. Tengo miedo de perderlo. Est¨¢ muy extra?o, solo habla de las bombas y vive aterrorizado por el ruido de los aviones¡±, explica su madre, desde el centro de Gaza. Su otra hija, de siete a?os, tiene pesadillas muchas noches y sue?a que est¨¢ atrapada en los escombros de la casa y muere. ¡°Grita, se despierta y corre desesperadamente por la casa¡±, describe la mujer.
Payasos contra la tristeza
¡°Frente a esta situaci¨®n, nuestro apoyo psicosocial a ni?os es insignificante y poco eficaz. Es imposible programar cualquier tipo de actividad con los chavales debido a las condiciones de acceso y de seguridad y a que las familias se desplazan continuamente. Y adem¨¢s, por encima de todo, nuestro trabajo principal ahora en Gaza es salvar vidas¡±, admite Raimundo.
¡°Muchos de los ni?os que he conocido recientemente en Gaza son inexpresivos, a menudo tienen la mirada perdida. Est¨¢n sentados en el servicio de urgencias, observando en silencio, mientras las escenas de horror se suceden frente a ellos¡±Tanya Haj-Hasan, MSF
Este experto recuerda que uno de los mejores ejemplos que describen la situaci¨®n dram¨¢tica de los ni?os en Gaza es la invenci¨®n de las siglas WCNSF (Wounded child, no surviving family), ni?o herido sin familia sobreviviente, en espa?ol, acu?ado desde pr¨¢cticamente el inicio de la guerra en octubre. ¡°Este t¨¦rmino revela qu¨¦ estamos viviendo. Hemos tenido que crear una categor¨ªa espec¨ªfica porque no se encuentra ning¨²n familiar vivo de un ni?o. Esto es algo rar¨ªsimo en un conflicto. Clanes enteros de Gaza han desaparecido, han sido erradicados en una noche de bombardeos¡±, lamenta.
En un campo de desplazados del sur de la Franja, una veintena de ni?os contemplan absortos a dos payasos mal maquillados y vestidos con cuatro trapos coloridos que hacen malabarismos con una fingida torpeza. Los peque?os, sucios, despeinados y casi todos descalzos, lanzan una carcajada al un¨ªsono. La luz anaranjada del atardecer embellece esta escena que, sin embargo, est¨¢ rodeada de ruinas, basura, tiendas de campa?a, muerte y tristeza.
Mohammed Khader fund¨® en 2018 el Free Gaza Circus, convencido de sus beneficios para el bienestar mental de los ni?os, en medio de la abrumadora desesperaci¨®n que impregnaba Gaza. Sus modestas instalaciones han sido destruidas por las bombas, pero estos payasos voluntarios han intentado seguir organizando espect¨¢culos en los campos de desplazados y refugios, en medio de grandes riesgos y dificultades. ¡°En las circunstancias actuales, el peso de la depresi¨®n puede llegar a ser insoportable. El circo ofrece un rayo de esperanza, una raz¨®n para que los ni?os sonr¨ªan, aunque solo sea unos minutos¡±, explica Khader.
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