Las migraciones pueden reducir la pobreza de los pa¨ªses de origen. ?Por qu¨¦ lo ignora el gobierno?
La reforma migratoria presentada por el Gobierno podr¨ªa traer prosperidad y desarrollo a los pa¨ªses de origen. Para que eso ocurra, va a ser necesario que las agencias p¨²blicas de cooperaci¨®n participen en su debate
Ha llegado al final de la legislatura y por sorpresa, pero ya tenemos la propuesta que reforma parcialmente la gesti¨®n de la inmigraci¨®n laboral en Espa?a. Los documentos presentados por el Ministerio de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, que pilota Jos¨¦ Luis Escriv¨¢ ¨Cmedidas legales y memoria justificativa¨C contienen luces y sombras que deben ser debatidas a fondo en las pr¨®ximas semanas. Pero suponen, en conjunto, una mirada l¨²cida y constructiva sobre lo mucho que necesita cambiar este modelo migratorio roto. Cuando lo peor que se puede decir de una reforma es que se queda corta, sabemos al menos que va en la direcci¨®n correcta.
Hay, sin embargo, una omisi¨®n que me ha parecido clamorosa, y es la que tiene que ver con el desarrollo. Lo crean o no, 51 p¨¢ginas de memoria justificativa no han permitido incluir ni una sola menci¨®n al impacto de estas medidas sobre la estrategia global de lucha contra la pobreza y la responsabilidad de Espa?a en ella. Tampoco han considerado necesario a?adir a las agencias p¨²blicas de cooperaci¨®n en la poblada relaci¨®n de instituciones cuyo dictamen es necesario.
La omisi¨®n es relevante por dos razones principales. La primera es que una buena pol¨ªtica de migraci¨®n laboral constituye una poderos¨ªsima arma de lucha contra la pobreza y la desigualdad. Este beneficio comienza por los propios migrantes y sus familias, que pueden ver sus ingresos reales multiplicados por tres, cinco y hasta 14 veces, dependiendo del lugar del que procedan y de lo que puedan ofrecer. El mero desplazamiento de un lugar de bajas oportunidades a uno en el que desarrollar tus capacidades supone una v¨ªa r¨¢pida y eficaz de desarrollo, como ha demostrado la literatura econ¨®mica de manera repetida. Muy especialmente cuando este proceso se produce de forma segura y regular, que es exactamente a lo que dice aspirar la nueva norma.
Una buena pol¨ªtica de migraci¨®n laboral constituye una poderos¨ªsima arma de lucha contra la pobreza y la desigualdad
Adem¨¢s de los individuos que migran, el conjunto de sus sociedades de origen gana con las transferencias financieras y democr¨¢ticas que estos remiten, con los incentivos a una mejor formaci¨®n en origen o con el fortalecimiento de las instituciones involucradas en el proceso. Y lo hacen contra viento y marea: en el a?o 2020, en plena debacle econ¨®mica internacional, los trabajadores y trabajadoras migrantes lograron sostener el nivel de sus remesas en 651.000 millones de d¨®lares (608.000 millones de euros), una cantidad que multiplica por cuatro toda la ayuda oficial al desarrollo de los pa¨ªses OCDE.
La segunda raz¨®n es incluso m¨¢s importante para el ¨¦xito de la reforma propuesta por el gobierno. En un proceso migratorio, las agencias de la cooperaci¨®n pueden ser claves para lograr que los beneficios sean compartidos por todos, que no se produzca un abuso flagrante de una parte y que los cambios sean aceptados por quienes tienen la capacidad de bloquearlos.
Tomen el ejemplo de las contrataciones en origen, una de las propuestas estrella de esta reforma. El nuevo modelo introduce medidas que facilitan este proceso, premian el compromiso de las partes con ¨¦l y favorecen la migraci¨®n circular. Aunque deja fuera a muchos trabajadores no temporales y perpet¨²a vicios del modelo anterior que deben ser corregidos ¨Ccomo la dependencia de un solo empleador, que dispara los riesgos de explotaci¨®n¨C, la experiencia demuestra que es posible hacer bien este tipo de operaciones. Y eso significa garantizar empleos remunerativos, ajustados al derecho laboral y los convenios, y capaces de satisfacer las demandas de la econom¨ªa espa?ola. Hasta ahora, ¨²nicamente el tercero de esos objetivos se ha cumplido con el programa GECCO (Gesti¨®n Colectiva de las Contrataciones en Origen).
Pues bien, el modo en que estos flujos impacten en el desarrollo va a depender de una serie de condiciones en las que las agencias de cooperaci¨®n tienen mucho que decir. ?C¨®mo?
? Ayudando a definir los pa¨ªses de origen m¨¢s adecuados para estos procesos de migraci¨®n circular o definitiva. Un programa ambicioso de contrataci¨®n en ?frica occidental, por ejemplo, puede tener un impacto relativo sobre la pobreza mayor que el que se haga en el cono Sur americano.
? Actuando como intermediario necesario entre las autoridades espa?olas y las locales, sobre la base de la experiencia acumulada por otros pa¨ªses y garantizando los derechos fundamentales de las personas involucradas en el proceso.
? Contribuyendo a la formaci¨®n en origen de los trabajadores y trabajadoras que podr¨ªan desplazarse a Espa?a.
? Anulando o compensando los potenciales da?os colaterales de las medidas, como el desabastecimiento de capacidades esenciales en los pa¨ªses de origen (la mal llamada ¡°fuga de cerebros¡±).
El verdadero drama de la visi¨®n espa?ola sobre migraciones y desarrollo es, en fin, que esta no existe
Esta aspiraci¨®n no es una quimera. En una pieza escrita para este blog hace justo dos a?os, propon¨ªa aprovechar la pandemia para replicar en el modelo espa?ol algunas de las ideas que mejor hab¨ªan funcionado en otros lugares. Una de ellas son los llamados Partenariados Globales de Capacidades, que definen programas de movilidad sobre la base de los intereses compartidos: responder a las necesidades del mercado de trabajo en destino, multiplicar las oportunidades de una emigraci¨®n segura y rentable, y asegurar el impacto en el desarrollo de los pa¨ªses de origen. El prestigioso Center for Global Development ha documentado experiencias exitosas entre Australia y las islas de Pac¨ªfico (varios sectores, desde la agricultura a la salud o el turismo); Alemania y Kosovo (en construcci¨®n, ingenier¨ªa y manufacturas); o B¨¦lgica y ?frica (en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la comunicaci¨®n). En cada uno de estos casos, las agencias de cooperaci¨®n han actuado como impulsores o facilitadores: han testado los programas piloto, identificado a los potenciales participantes o establecido la arquitectura legal de los acuerdos. Las posibilidades son infinitas, como muestra su mapa de caminos migratorios.
El verdadero drama de la visi¨®n espa?ola sobre migraciones y desarrollo es, en fin, que esta no existe. Nuestras agencias de cooperaci¨®n han sido incapaces de transformar realmente la visi¨®n securitaria y reduccionista del Ministerio del Interior. Pero tampoco nuestras instituciones laborales, como hemos visto, parecen ser conscientes de que los trabajadores y trabajadoras migrantes no nacen de los ¨¢rboles. Por no hablar de las ONG y de demasiados acad¨¦micos, que siguen reduciendo este asunto a un desaf¨ªo humanitario. Ya es hora de que esto cambie. El debate sobre la reforma que se ha puesto sobre la mesa ofrece una oportunidad inmejorable para lograrlo.
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