Trabajo digno tambi¨¦n para los campesinos extranjeros
La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo estima que 12 millones de personas migrantes se dedican al trabajo agr¨ªcola. A pesar de haber sido considerados como empleados esenciales durante la pandemia, las condiciones laborares siguen siendo precarias
Cada vez m¨¢s, los medios de comunicaci¨®n se hacen eco de situaciones de abuso laboral de personas migrantes, tanto en Espa?a como en otros pa¨ªses del Norte Global. La reciente pandemia de la covid-19 ha visibilizado con mayor crudeza las condiciones de precarizaci¨®n a las que se ven sometidas y, en muchas ocasiones, se ha visto c¨®mo los lugares de explotaci¨®n, como los mataderos, han estado en el origen de determinados rebrotes de coronavirus.
Al mismo tiempo, la sociedad es cada vez m¨¢s consciente de que la agricultura y la ganader¨ªa industrial son causa de innumerables impactos medioambientales, que aceleran la emergencia clim¨¢tica. Sin embargo, vemos que a¨²n falta un proceso reflexivo social que permita precisar que la explotaci¨®n laboral a la que se somete a las personas migrantes y los impactos medioambientales de la actividad agraria y ganadera industrial forman parte de un mismo modelo.
Como parte de la puesta en valor de la soberan¨ªa alimentaria de los pueblos, el 17 de abril recordamos el D¨ªa Internacional de la Lucha Campesina, una fecha que en la que tambi¨¦n debemos destacar la lucha de los trabajadores migrantes en el campo y los mataderos. Con el fin de analizar las din¨¢micas de la explotaci¨®n laboral de estas personas, el pasado mes de marzo se public¨® el informe Alimentos industriales, trabajo precario, elaborado por Amigos de la Tierra, con especial atenci¨®n en las producciones de los campos de Huelva, Lleida, Murcia y en los mataderos industriales del Estado.
Trabajo precario y mano de obra migrante para la agricultura
Este modelo de agricultura y ganaderi?a industrial se sustentan en la comercializacio?n a escala global, fomentando una competicio?n entre enclaves productivos con el fin de obtener una produccio?n agroalimentaria a bajo coste. Esta competici¨®n ha encontrado la llave en el empleo de personas de origen extranjero. La creciente asimetri?a en oportunidades laborales, condiciones de vida y salarios entre el centro y la periferia mundiales han convertido a esta u?ltima en una masiva reserva global de personas dispuestas a migrar.
La Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) ha estimado en 169 millones el n¨²mero de trabajadores migrantes internacionales, de los que 12 millones trabajan en la agricultura. La proporci¨®n de este colectivo en el sector agr¨ªcola de la UE ha aumentado hasta 6,5%, tendencia impulsada por pa¨ªses como Espa?a, Italia y Dinamarca, donde la tasa es entre seis y nueve puntos superior que en el resto de sectores.
Debemos avanzar hacia una transici¨®n agroecol¨®gica que impulse la agricultura campesina y familiar, con una producci¨®n social y medioambientalmente sostenible, ligada a la creaci¨®n de empleo y acorde con los derechos humanos
Sin embargo, los datos oficiales son muy matizables. Existe una gran dificultad para obtener una fotograf¨ªa de la situaci¨®n, dado que las estad¨ªsticas no suelen considerar a los trabajadores en situaci¨®n irregular. La OIT calcula que alrededor del 61,2% de la mano de obra agr¨ªcola de la UE tendr¨ªa un empleo informal.
Al igual que en el resto de Estados del Norte Global, en Espan?a, la conversio?n de la agricultura y ganaderi?a al modelo industrial se tuvo que enfrentar al problema de falta de mano de obra. La soluci¨®n se encontr¨® en la contrataci¨®n de inmigrantes, que empez¨® en los noventa y experiment¨® un efecto multiplicador en la primera d¨¦cada del 2000: el n¨²mero de personas extranjeras que realizaban trabajo en el campo se multiplic¨® por 135.
La explotaci¨®n de las personas m¨¢s vulnerables
Seg¨²n datos del INE, en la actualidad en Espa?a hay unas 760.000 personas contratadas en la actividad agraria, de las cuales 185.000 son de origen extranjero. A esta cifra habr¨ªa que sumarle posiblemente unas 20.000 m¨¢s, seg¨²n las estimaciones de la fundaci¨®n porCausa, que podr¨ªan estar trabajando sin contrato laboral. En total, las personas de origen migrante representan el 27% de las personas trabajadoras en la actividad agraria, muy por encima del 11% que constituyen sobre el total de la poblaci¨®n residente en nuestro pa¨ªs.
La intermediaci¨®n de las Empresas de Trabajo Temporal en Murcia, al igual que los programas de contrataci¨®n temporal en origen en Huelva y Lleida, act¨²an como un sistema que garantiza la disponibilidad de una mano de obra barata y vulnerable. Esta misma l¨®gica opera en los mataderos industriales a trav¨¦s de las empresas multiservicios, que eximen a la industria c¨¢rnica de cumplir con unas adecuadas condiciones laborales. Todas estas situaciones siguen un patr¨®n com¨²n, que sistem¨¢ticamente vulnera los derechos de los campesinos y trabajadores agr¨ªcolas.
Durante el confinamiento decretado a ra¨ªz de la emergencia sanitaria de la covid-19, las actividades agr¨ªcolas fueron declarados ¡°cr¨ªticas¡± por la UE y sus empleados como ¡°esenciales¡± por el Gobierno espa?ol. Ello se debe a que realizan una labor fundamental: producir los alimentos que son el sost¨¦n de la sociedad espa?ola y europea. Sin embargo, este reconocimiento en palabras no ha tenido consecuencias a nivel sociolaboral.
Se requiere, por tanto, un cambio radical del modelo agroalimentario para que sea respetuoso con el medio ambiente y ofrezca condiciones de trabajo dignas. La nueva condicionalidad social impulsada por la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n (PAC) debe abrir esta v¨ªa. Debemos avanzar hacia una transici¨®n agroecol¨®gica que impulse la agricultura campesina y familiar, con una producci¨®n social y medioambientalmente sostenible, ligada a la creaci¨®n de empleo y acorde con los derechos humanos.
Por ello, es m¨¢s urgente que nunca la regularizaci¨®n del medio mill¨®n de personas que viven en situaci¨®n irregular en Espa?a. En estos momentos est¨¢ en marcha una Iniciativa Legislativa Popular que pretende trasladar esta propuesta al Congreso de los Diputados en los pr¨®ximos meses. Es el momento de apoyarla. En el camino hacia la soberan¨ªa alimentaria, los derechos de las personas migrantes, tanto en Espa?a como en los pa¨ªses del Sur Global, son de obligado cumplimiento.
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