El arte mauritano contempor¨¢neo trae a Espa?a el aire y las dunas del gran desierto del S¨¢hara
¡®Memorias en movimiento. Arte contempor¨¢neo de Mauritania¡¯ es una exposici¨®n colectiva en Casa ?rabe de Madrid, de creadores reci¨¦n llegados de Nuakchot, que podr¨¢ verse este a?o tambi¨¦n en C¨®rdoba y Las Palmas de Gran Canaria

En el pa¨ªs de las dunas, donde todo estuvo en movimiento durante siglos, en el cual la gente ha vivido con distintos paisajes a cada instante, porque los vientos no dejan de cambiar la profundidad del desierto, un d¨ªa se asentaron los atriles y las lentes para fijar una imagen y exhibirla en un museo. As¨ª, en Mauritania hay un arte contempor¨¢neo que, para integrarse en los calendarios de Occidente, se cuenta en apenas dos generaciones: la primera datar¨ªa de una exposici¨®n colectiva de artistas contempor¨¢neos, en 1979, en el Museo Nacional (creado en 1972). En tanto, los part¨ªcipes de la segunda generaci¨®n son los creadores que nacieron a partir de los a?os setenta, algunos de los cuales muestran sus obras m¨¢s recientes, englobadas en la exposici¨®n Memorias en movimiento. Arte contempor¨¢neo de Mauritania, en Casa ?rabe de Madrid, hasta el pr¨®ximo 15 de mayo.
Comisariada por Aicha Janeiro, la muestra ¨Duna iniciativa conjunta de Casa ?rabe y Casa ?frica, que durante 2022 podr¨¢ verse tambi¨¦n en C¨®rdoba y en Las Palmas de Gran Canaria¨D se compone de obras de 11 artistas: Mamadou Anne, Oumar Ball, Zeinab Chiaa, Daouda Corera, Malika Diagana, B¨¦chir Malum, Saleh Lo, El Motr Sidi Mohamed Mokhis, Amy Sow, Mohamed Sidi y Moussa Abdallah Sissako.
El animal es algo que est¨¢ presente en la vida cotidiana. Yo crec¨ª en el mundo rural, donde las actividades pastorales integran nuestra existencia. Hay poes¨ªa en esa vidaOumar Ball, artista mauritano
Ellos y ellas nombran ese territorio n¨®mada y de pastoreo, trazado sobre el gran desierto del Sahara, en el que ganar algo de verde y nutritivo significa, adem¨¢s de esfuerzo, una alianza consciente con todo lo viviente, con el sol, con la arena y hasta con los objetos inertes, como explica Oumar Ball en la presentaci¨®n de la exposici¨®n de Madrid. Sus esculturas y sus pinturas expresionistas son, quiz¨¢, las piezas m¨¢s elocuentes de esta relaci¨®n del ser humano con su entorno: ¡°El animal es algo que est¨¢ presente en la vida cotidiana. Yo crec¨ª en el mundo rural, donde las actividades pastorales integran nuestra existencia. Hay poes¨ªa en esa vida¡±, se?ala el artista, nacido en Babab¨¦, en 1985, y ganador del primer premio de la ¨²ltima Bienal de escultura de Ouagadougou (Burkina Faso), con una pieza sorprendente hecha de material reciclado, perteneciente a la misma serie que este Marab¨² que se exhibe en la muestra en Espa?a.
La obra de Ball presente en la Casa ?rabe vale la exposici¨®n. El artista, que trabaja con cemento, hierros y latas, y que tambi¨¦n pinta con acr¨ªlico unas ideas certeras, se recrea en el v¨ªnculo de las personas con los objetos o dramatiza la relaci¨®n entre animales y ¨¢rboles, con trazos netos, porque, seg¨²n dice, la forma es muy importante en su trabajo.
Quiz¨¢ porque en el mundo arabo-musulm¨¢n, lo rupturista no fue la abstracci¨®n, que ah¨ª estuvo desde siempre, la figuraci¨®n ocupa un lugar destacado en esta selecci¨®n de trabajos actuales de pintura, v¨ªdeo, fotograf¨ªa y escultura. En este marco se inscribe el d¨ªptico de retratos de Saleh Lo (Nuakchot, 1984), que asimila el mestizaje a una cierta idea de lo inacabado. Entretanto, en la tradici¨®n del arte del occidente musulm¨¢n (Al ?ndalus, Marruecos y Argelia), con la abstracci¨®n geom¨¦trica acompa?ando la caligraf¨ªa ¨¢rabe, destacan dos luminosas pinturas ¨CLa primera sonrisa de la primavera y La primavera de C¨®rdoba¨C de Zeinab Chiaa, una joven artista tambi¨¦n nacida en la capital mauritana.
Entre los registros fotogr¨¢ficos, resultan muy relevantes las series sobre la vida cotidiana mauritana de Daouda Correra; las im¨¢genes trabajadas en blanco y negro de cuerpos puestos en escena por Malika Diagana ¨Cartista formada en Senegal que trabaja a menudo sobre la cultura peul y los espacios de frontera¨C y la reflexi¨®n sobre el v¨ªnculo indisoluble entre las mujeres y el agua de Ami Sow. En una performance reciente, Sow quiso indagar, precisamente, en el valor del agua, su escasez, y la vida en el oasis, as¨ª como en el peso que no disminuye, siempre sobre los hombros de las mujeres, seg¨²n pasan los a?os: ¡°En el siglo XXI, son a¨²n las mujeres las que tienen que ir a buscar el agua y cargarla¡±.
En el siglo XXI, son a¨²n las mujeres las que tienen que ir a buscar el agua y cargarlaAmi Sow, artista senegalesa
Asimismo, Sow ¨Cintegrante destacada del colectivo de artistas M¡¯art¨C ocupa buena parte de su tiempo en labores comunitarias, a trav¨¦s de un espacio de creaci¨®n y liderando una caravana de m¨²sicos, vide¨®grafos y artistas pl¨¢sticos que visitan el interior del pa¨ªs, intentando que las poblaciones menos escuchadas se expresen con sus propias manos y sus propias voces. Este colectivo quiere dar, en especial, herramientas a las mujeres del ¨¢mbito rural, para que puedan elaborar sus autorretratos, mientras intentan responder por qu¨¦ las ni?as deben casarse en lugar de ir al colegio, o someterse a mutilaciones por el honor de los dem¨¢s. Precisamente, para mencionar el doloroso asunto de la escisi¨®n, en la presentaci¨®n, Ami muestra una fotograf¨ªa suya en la que se ve a una mujer con la lengua afuera, y unas tijeras a punto de seccion¨¢rsela, para demostrar que lo que se extirpa es un ¨®rgano necesario.
Por su parte, B¨¦chir Malum, de padre mauritano y madre liberiana, comenta en la presentaci¨®n que, aunque durante 15 a?os se dedic¨® a la fotograf¨ªa, no quiere imaginar que las fotos dominen el panorama visual o sustituyan al acr¨ªlico o al ¨®leo. De hecho, a veces pinta sobre fotos. Cabe destacar que sus cuadros El ¨¦xodo rural y Migraciones, ambos pintados en 2021, se cuentan entre las piezas m¨¢s valiosas de la muestra. Sus acr¨ªlicos son evocaciones hipn¨®ticas del pa¨ªs de los tuaregs, en esa tierra que, como Malum explicita, est¨¢ poblada de s¨ªmbolos que aluden al cruce del mundo ¨¢rabe con ?frica.
En la exposici¨®n vale la pena detenerse, por ¨²ltimo, en la pieza audiovisual Palabras de un algarrobo del cantante, poeta y director de escena Moussa Abdallah Sissako, dedicada al desierto, o, m¨¢s bien, a la convivencia del hombre con el desierto; un hombre que se hace preguntas de actualidad, entre espejismos urbanos y el deseo del reencuentro con ¡°los que se fueron¡±.
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