?Son las criptomonedas verdaderas monedas?
El autor pone de relieve su aspecto pernicioso para el buen funcionamiento de la econom¨ªa
El ¨¦xito de bitcoin, puesto en marcha en 2008, cambi¨® fundamentalmente la opini¨®n p¨²blica sobre monedas paralelas. De ser medios de cambio marginales que usaban colectivos que quer¨ªan practicar alternativas, a convertirse en un instrumento ¡°¨²til¡± en las actividades econ¨®micas. ?Pero son realmente monedas esas herramientas denominadas ¡°criptomonedas¡±?
Me gustar¨ªa empezar por volver a las tres funciones b¨¢sicas del dinero:
- Unidad de cuenta. Un libro de 20 euros equivale a una cena de 20 euros.
- Medio de intercambio. Si tengo un billete de 20 euros, puedo comprarme un libro o cenar. Acabamos de ver dos medidas contrarias: en El Salvador, bitcoin se ha convertido en una de las monedas oficiales, hecho que he criticado ya en un art¨ªculo en este mismo blog. Por otro lado, China ha prohibido todas esas criptomonedas, expulsando su uso para fuera de su propio territorio.
- Dep¨®sito de valor. Si tengo un billete de 20 euros, puedo cenar en este restaurante cuando quiera (hoy, ma?ana, en una semana o en un a?o).
La tendencia popular de adorar las criptomonedas porque cada vez valen m¨¢s ignora, sin embargo, dos de estas tres funciones fundamentales: unidad de cuenta y dep¨®sito de valor. La primera funci¨®n se logra si, por ejemplo, el mismo tipo de cena vale 20 euros tanto en 2010 como en 2020, y para este fin tanto la inflaci¨®n como la deflaci¨®n es da?ina. Sabemos bien lo que es la inflaci¨®n, porque la unidad monetaria tiene cada vez menos valor, pero olvidamos que la deflaci¨®n tambi¨¦n es da?ina, especialmente porque tiende a retrasar compras no urgentes. Por ejemplo, si un nuevo coche vale ahora 30.000 euros, pero sabes que se rebaja a 25.000 euros en seis meses, preferir¨¢s esperar, lo que ralentiza las actividades econ¨®micas. Quiz¨¢ sea una situaci¨®n id¨®nea para los partidarios del decrecimiento, pero ser¨ªa a la vez fatal para los comerciantes.
No es recomendable pedir pr¨¦stamos en bitcoin porque el crecimiento insostenible de la deuda puede convertir en insolvente al que pide el cr¨¦dito
Lo m¨¢s grave sucede cuando sube bitcoin porque se deval¨²an otros productos, lo que imposibilita la devoluci¨®n. Por ejemplo, Enrique toma 30 bitcoins prestados cuando un bitcoin vale 10.000 euros para comprarse un piso de 300.000 euros (descartemos para este caso las tasas de inter¨¦s para simplificar el argumento). Su deuda aumenta a 600.000 euros si el bitcoin sube de 10.000 euros a 20.000 euros, lo que le convierte pr¨¢cticamente en un insolvente. Si se mantiene la tendencia actual de la subida de criptomonedas, no es recomendable pedir pr¨¦stamos en ese medio de intercambio porque te asfixiar¨ªa el crecimiento insostenible de tu deuda.
Yo soy reacio a reconocer algo como moneda si por su propia ¨ªndole no es apropiado para financiar nuevas actividades econ¨®micas, pues esta funci¨®n es imprescindible para que evolucione nuestra econom¨ªa a medida que evolucionen otros aspectos de nuestra sociedad.
Pero el mayor defecto, a mi juicio, de esos instrumentos es la preferencia popular de usarlos m¨¢s como dep¨®sito de valor que como medio de intercambio, o sea la expectativa de comprarlos a precio bajo y venderlos a precio alto. De hecho, son dos funciones contrarias de la moneda: no puedes ahorrar si gastas todo el dinero que has ganado, y viceversa. Y hasta ahora se ha mantenido esta tendencia de la subida gracias a que hay m¨¢s personas interesadas en comprarlos que en venderlos. Sin embargo, la falta de respaldo podr¨ªa desencadenar una gran crisis cuando se desplomen los precios de estas criptomonedas por cualquier motivo, como hemos visto con su prohibici¨®n en China.
Personalmente no estoy en contra del propio blockchain, soporte tecnol¨®gico fundamental para estas monedas, pero me parece imprescindible que estas cuenten con un mecanismo para estabilizar su propio valor si la gente quiere que se conviertan en un verdadero elemento para nuestra econom¨ªa, libre tanto de la inflaci¨®n, que genera la desconfianza, como libre de la deflaci¨®n, que arruinar¨ªa a los deudores.
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