Mujeres, campo, lucha: ?d¨®nde poner el foco al contar historias de trabajadoras migrantes?
El Festival Internacional de Cine Invisible de Bilbao analiza la situaci¨®n de las mujeres africanas en el campo andaluz a trav¨¦s de la selecci¨®n tres cortometrajes documentales que abordan la cuesti¨®n desde diferentes miradas
Desde hace 14 a?os el Festival Internacional de Cine Invisible de Bilbao Film Sozioalak tiene por objetivo acercar a la poblaci¨®n vasca algunas de las realidades m¨¢s desconocidas que apenas tienen sitio en los medios de comunicaci¨®n o en el cine comercial. El pasado 13 de octubre arranc¨® una nueva edici¨®n presencial con este esp¨ªritu.
El compromiso del certamen con la igualdad le lleva a privilegiar obras y tem¨¢ticas en las que las mujeres son protagonistas. Sin embargo en la selecci¨®n de este a?o llama la atenci¨®n que de las 10 pel¨ªculas elegidas para el premio de interculturalidad, tres de ellas pongan el foco en las problem¨¢ticas de las mujeres migrantes en los campos andaluces. ?Por qu¨¦?
Seg¨²n el director del festival Juan Carlos V¨¢zquez, lo interesante es mostrar la complejidad de esta situaci¨®n desde tres ¨¢ngulos diferentes: En una de las pel¨ªculas se trata de trabajadoras temporeras que negocian el contrato a distancia y a las que despu¨¦s se las devuelve a su pa¨ªs de origen; en otra se aborda la regularizaci¨®n de su situaci¨®n y el doble filo con el que juegan las administraciones, y en otra se muestra la hermandad que se forja en un mundo tan hostil y que tan necesaria es para la supervivencia.
Creados en diferentes marcos y con diferentes objetivos, las tres obras dialogan y se complementan visibilizando los conflictos que atraviesan las trabajadoras africanas en los campos espa?oles. Las tem¨¢ticas bordean la relaci¨®n de g¨¦nero, raza y clase social.
El padr¨®n, el m¨¢s esencial de los derechos
El documental Vecinas Vivas donde Vivas est¨¢ producido por la ONGD Alianza por la Solidaridad-ActionAid en Andaluc¨ªa en el marco de un proyecto de cooperaci¨®n al desarrollo. Financiado por la Junta de Andaluc¨ªa y dirigido por Luci?a Mun?oz Lucena, en 18 minutos el corto lleva al formato audiovisual los resultados de un estudio en el que se da a conocer la vulneraci¨®n del derecho al empadronamiento que sufren las mujeres migrantes que viven en los asentamientos chabolistas de Huelva y Almer¨ªa.
Las mujeres son m¨¢s vulnerables para la regularizaci¨®n administrativa, tienen m¨¢s problemas de acceso al empleo, est¨¢n m¨¢s expuestas al acosoAna G¨®mez Haro, Coordinadora de Alianza por la Solidaridad en Andaluc¨ªa
Ana G¨®mez Haro, coordinadora de Alianza por la Solidaridad en Andaluc¨ªa y supervisora del estudio, explica que la elecci¨®n de esta tem¨¢tica responde a la importancia del padr¨®n como garant¨ªa de derechos. ¡°Sin este documento no se puede acceder a servicios sociales comunitarios. Este es uno de los requisitos para solicitar la residencia por arraigo¡±, sostiene. Para ella, el documental busca visibilizar el chabolismo en Andaluc¨ªa, del que considera que existe ¡°negacionismo¡±. Esta producci¨®n refleja la ¡°violencia institucional¡± que sufren las personas migrantes cuando van a un Ayuntamiento a acceder a sus derechos: ¡°Les tratan mal, se les niega la traducci¨®n, no les dejan llevarse los papeles a la chabola para rellenarlos con alguien que sepa mejor castellano¡ Hay cabildos que se niegan incluso a recoger los papeles¡±, asegura.
En el cortometraje se intercalan testimonios de expertas como la abogada activista Pastora Filigrana y la directora general de Pol¨ªticas Migratorias de la Junta de Andaluc¨ªa, Mar¨ªa del Mar Ahumada S¨¢nchez, con la historia personal de la lideresa marroqu¨ª Nora El Hadramy. ¡°Se eligieron los asentamiento de Atochares y Palos de la frontera, en Huelva y Almer¨ªa, porque en ambos ten¨ªamos contactos directos para apoyar en la traducci¨®n, pues las mujeres se comunican, sobre todo, en ¨¢rabe¡±, explica G¨®mez Haro
No hay alternativa habitacional. Se est¨¢ realizando una violaci¨®n sistem¨¢tica de derechos humanos de las personas que est¨¢n trabajando en nuestros camposAna G¨®mez Haro, Coordinadora de Alianza por la Solidaridad en Andaluc¨ªa
Si bien los hombres tienen los mismos problemas para acceder al padr¨®n en infravivienda, el documental incide en la situaci¨®n de las mujeres porque son m¨¢s vulnerables para la regularizaci¨®n administrativa, tienen m¨¢s problemas de acceso al empleo, est¨¢n m¨¢s expuestas al acoso, seg¨²n describe la t¨¦cnica de la ONG. ¡°Adem¨¢s, si no est¨¢n empadronadas, no tienen derecho al servicio de guarder¨ªa lo que impacta directamente en sus vidas ya que no pueden dedicarse a la familia y al trabajo, o no tienen acceso a la cobertura sanitaria completa¡±. Como se ve en el documental, algunas de las personas migrantes acceden al padr¨®n compr¨¢ndolo. ¡°En estos casos tambi¨¦n las mujeres suelen tardar m¨¢s en ahorrar el dinero porque en ellas recae el peso de sostener a su familia¡±, puntualiza G¨®mez Haro.
Pese a la gravedad de la situaci¨®n expuesta, desde la ONG se muestran optimistas, recordando que la presi¨®n de las organizaciones a veces logra resultados exitosos, como el caso de la entidad ASNUCI, que consigui¨® el empadronamiento para los habitantes de los asentamientos en Lepe, tras haber negado ese derecho a numerosas solicitantes. ¡°Se ha conseguido poner este tema de nuevo en la agenda. Actualmente hay un grupo activo de organizaciones que acompa?amos a los afectados a presentar solicitudes, convocamos a los medios de comunicaci¨®n para dar visibilidad y realizamos el seguimiento de los expedientes. El objetivo es visibilizar que no hay alternativa habitacional y que se est¨¢ realizando una violaci¨®n sistem¨¢tica de derechos humanos de las personas que est¨¢n trabajando en nuestros campos¡±, sentencia la coordinadora.
En el marco del Festival de Bilbao, la protagonista, Nora El Hadramy y la activistas de derechos humanos Nadia Azougagh, ambas vinculadas a la asociaci¨®n La Resistencia, en Almer¨ªa, participar¨¢n en dos foros en las Universidades de Pa¨ªs Vasco y Deusto en Bilbao los d¨ªas 18 y 19 de octubre para intercambiar sus experiencias con alumnos y profesores de ambas instituciones.
La resistencia en lo cotidiano
Nora y Margarita residen en el asentamiento chabolista de Atochares (Almer¨ªa). Alrededor de 500 personas en situaci¨®n irregular procedentes de diferentes pa¨ªses de ?frica viven ah¨ª, sin agua corriente, con la luz pinchada y compartiendo casas de madera y pl¨¢stico, a pesar de que la pandemia contin¨²a activa, a finales de 2020. Cerca de una d¨¦cima parte son mujeres que, a todo lo anterior, deben sumarle la inseguridad y el miedo que padecen tras haberse producido varios ataques a algunas de sus vecinas.
Las mujeres africanas est¨¢n invisibilizadas o juzgadas de manera sumar¨ªsima como madre coraje o madre negligente si vienen embarazadas o con un beb¨¦Lucia Asu¨¦ Mbomio, realizadora del documental Nora y Margarita
La periodista y activista antirracista Lucia Asu¨¦ Mbomio firma este corto documental, llamado como sus protagonistas: Nora y Margarita. La producci¨®n tambi¨¦n se presenta esta semana en Bilbao. ¡°En el ejercicio de mi trabajo me he ido dando cuenta de que hay muchas historias que se quedan sin contar en los medios por falta de tiempo o inter¨¦s. As¨ª que en mi tiempo libre me dedico a recogerlas para compartirlas en mis redes sociales, en la web o en canal de Youtube Nadie nos ha dado vela en este entierro, explica desde Estados Unidos, donde se encuentra presentando su libro Hija del Camino.
¡°La narrativa de los asentamientos y de la migraci¨®n en general est¨¢ muy masculinizada. Las mujeres africanas est¨¢n invisibilizadas o juzgadas de manera sumar¨ªsima como madre coraje o madre negligente si vienen embarazadas o con un beb¨¦. Me pareci¨® interesante mostrarlas desde otro prisma, no solo desde la denuncia, sino tambi¨¦n desde sus fortalezas: c¨®mo se unen para ir al medico, para cuidarse¡ Me pareci¨® fundamental¡±, comenta Mbomio.
Las protagonistas de su corto ¨CNora El Haimer, 25 a?os, procedente de Marruecos, y Margarita, de 24 a?os llegada de Guinea¨C, se muestran sorprendidas por las condiciones de vida en las que se ven envueltas. ¡°Nunca hab¨ªa pensado que hab¨ªa gente que podr¨ªa vivir as¨ª¡±, comenta una de ellas en el documental. ¡°Pagar tan poco es un maltrato f¨ªsico¡±, afirma en alusi¨®n al salario de entre 29 y 32 euros al d¨ªa por una jornada de m¨¢s ocho horas.
Mbomio, que realiz¨® este trabajo en colaboraci¨®n con el movimiento Alcemos la voz, africanos afirma que prioriza temas en funci¨®n de las agendas de las entidades que trabajan en terreno, ya que son las que conocen las problem¨¢ticas. ¡°Intento no irrumpir en los sitios y preguntar a diestro y siniestro, sino partir de personas que tienen confianza con ellas, ir con tiempo para compartir antes de empezar a grabar, poner a estas personas en el centro. Tambi¨¦n grabo con el m¨®vil, porque creo que es menos avasallador, y siempre evito incidir en la porno miseria: no quiero ver c¨®mo es tu casa sino que me cuentes lo que sientes y lo que te pasa. Quiero que ellas me utilicen a mi para amplificar su mensaje y no al rev¨¦s¡±, argumenta.
El sistema en estado puro
Oro rojo es una pieza h¨ªbrida entre documental y animaci¨®n que cuenta, desde una perspectiva feminista y cr¨ªtica, la situaci¨®n de las temporeras marroqu¨ªes en los campos de fresa de Huelva. Su directora es Carme Gomila, quien, a trav¨¦s de los dibujos de Alba Feito, va construyendo un relato polif¨®nico para explicar cu¨¢les son las causas de la explotaci¨®n de las mujeres del Sur en nuestras tierras.
Empieza cont¨¢ndolo Laura Guiteras, joven realizadora que graba a las mujeres que trabajan el oro rojo, nombre con el que denominan a la fresa. Explica c¨®mo los ¡°hombres con traje¡± convierten estas frutas en oro, necesitando para ello muchas manos, que describen como ¡°cuidadosas, delicadas, que cobren poco y que no se queden¡±. El perfil supuesto de las trabajadoras marroqu¨ªes. Con frases cortas y punzantes, relaciona la complicidad de estos empresarios con los gobiernos del norte, y la de estos con los gobiernos del sur. Guiteras recuerda que cuando te comes una fresa ¨Cde las que afirma llegan unas 300.000 toneladas a nuestros supermercados¨C, ¡°te estas comiendo sistema en estado puro¡±.
El corto de Gomila nos hace reflexionar sobre la complejidad del conflicto de la fresa, pero tambi¨¦n de su representaci¨®n
El relato se interrumpe al intentar narrar las luchas de las temporeras tras los abusos sexuales que se cometieron en los campos en 2018. Mariam Boussettaoui, de 33 a?os, soci¨®loga y activista antirracista marroqu¨ª, residente desde los tres a?os en Barcelona, lo corta. ¡°No vamos a hacer hincapi¨¦ en los abusos sexuales, sino en la complicidad de las mujeres blancas con el sistema¡±, advierte.
?Qui¨¦n cuenta? ?En d¨®nde se pone el foco? ?De qui¨¦n se habla?. El corto de Gomila nos hace reflexionar sobre la complejidad del conflicto de la fresa, pero tambi¨¦n de su representaci¨®n. La tercera voz es la de Fatima Chahbar, de 43 a?os, residente en Agadir, profesora y activista medioambiental, que vincula estas luchas y este sistema desigual con la situaci¨®n colonial en ?frica, y sus repercusiones en la vida de las personas del Sur global.
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