Heidi para hablar de desarraigo y Mazinger Zeta para abordar la muerte
La peruana Mam¨¢ Otaku se inspira en personajes japoneses para tratar la violencia de g¨¦nero, los derechos humanos y la maternidad en un ¡®podcast¡¯
Hacer divulgaci¨®n sobre derechos humanos, feminismo, migraci¨®n, maternidad y crianza respetuosa a trav¨¦s de un podcast. Nada fuera de lo com¨²n, nada particularmente innovador. Si no fuera porque el podcast gira en torno al anime, el manga y la cultura pop. Desde el personaje de Heidi, que permite abordar el tema del desarraigo, pasando por el anime Fullmetal Alchemist (2001), para tocar temas tan profundos y relevantes como el concepto de genocidio, y llegando, este 25 de noviembre, a La Rosa de Versailles, para explicar las violencias sufridas por las mujeres y las adolescentes presentes en este relato.
Mam¨¢ Otaku es el nombre que la peruana Angela Valverde Ortiz (Sullana, Per¨², 42 a?os), comunicadora social con m¨¢s de dos d¨¦cadas de experiencia?en cooperaci¨®n internacional y amante de la cultura japonesa, ha dado a su proyecto. Mam¨¢ porque Valverde es madre de dos ni?as. Otaku ¡ªt¨¦rmino para designar a personas muy aficionadas al anime y el manga¡ª porque, como ella misma cuenta, ¡°me encanta el anime y el manga desde que tengo uso de raz¨®n¡±. G¨¦neros de animaci¨®n que planteaban la realidad de una manera distinta, en ocasiones m¨¢s cruda, con tem¨¢ticas dirigidas a un p¨²blico ya adolescente, pero que, como no dejaban de ser dibujos animados, se trasmit¨ªan junto a los otros programas infantiles en la televisi¨®n.
Las historias de personas de anime que ayudan a otras simplemente porque est¨¢n llamadas a hacerlo, porque les parece justo, porque pueden y porque esa es la responsabilidad del don, no est¨¢n tan distanciadas de la realidad de quienes abogan para un mundo m¨¢s justo
La precoz exposici¨®n de Valverde a ese mundo ¡°tan complejo y fascinante¡± le produjo emociones encontradas, como el miedo que sent¨ªa hacia el Pirata Espacial Capit¨¢n Harlock o hacia las reflexiones que realizaba sobre la muerte. ¡°Mi primer muerto en anime fue el profesor Morimori Hakase, de Mazinger Zeta. Recuerdo que llor¨¦ mucho porque hab¨ªa muerto un personaje bueno y a esa edad (seis a?os, en 1986) no te planteas que los buenos puedan morir, y menos en un dibujo animado¡±. El anime le hablaba de forma realista, sin filtros, sin infantilizar los conceptos y las informaciones, situ¨¢ndola frente a una realidad a veces muy dura. Si bien hoy, ella misma, como madre, reconoce que no hubiera debido tener acceso a este contenido a tan temprana edad, afirma que la experiencia le ha dejado una huella positiva, avivando su sentido cr¨ªtico y su capacidad de observaci¨®n.
¡°Adem¨¢s, el anime me estimulaba en la lectura, ya que en los episodios se planteaban algunos temas hist¨®ricos y yo quer¨ªa saber m¨¢s¡±, contin¨²a. Para ello, Valverde se alimentaba intelectualmente en la biblioteca municipal de Sullana, ciudad peruana en el departamento de Piura, en la que naci¨® y creci¨®, en el seno de una familia humilde. As¨ª fue como aprendi¨® sobre la revoluci¨®n francesa, a trav¨¦s de La rosa de Versalles (m¨¢s conocida como Lady Oscar), como lleg¨® a leer Mujercitas y Ana, la de Tejas Verdes, gracias a referencias presentes en el anime Candy Candy, y como conoci¨®, a trav¨¦s del c¨®mic hom¨®nimo, Las aventuras de Tom Sawyer.
Las ense?anzas del anime, sobre los valores morales de lealtad y amistad, han formado parte de la construcci¨®n intelectual de Valverde, que no ha dejado nunca de amar el universo ligado a la cultura japonesa. Y a pesar de que el podcast de Mam¨¢ Otaku ha visto la luz recientemente, a mediados de 2022, la conexi¨®n entre su labor humanitaria y el mundo anime siempre ha estado presente.
Ser guerrera de Atenea no era una opci¨®n
¡°Hubo un momento muy espec¨ªfico, por el a?o 2000, cuando yo estaba haciendo una consultor¨ªa para una agencia de Naciones Unidas en una respuesta humanitaria compleja. Nos encontr¨¢bamos en la frontera, atendiendo a personas en situaci¨®n de vulnerabilidad, y durante un momento de relax del equipo, comenzamos a hablar de por qu¨¦ hab¨ªamos decidido dedicarnos a ese trabajo¡±, recuerda Valverde. En el momento que le toc¨® hablar, contest¨®: ¡°Porque ser guerrera de Atenea no era una opci¨®n¡±. Respondi¨® r¨¢pidamente y sin pensar, haciendo referencia al anime Saint Seiya, conocido en el mundo hispanoparlante como Los Caballeros del Zodiaco. Su supervisora de la ¨¦poca, hoy amiga y pr¨®xima invitada del podcast, no qued¨® tan sorprendida como ella se esperaba, sino que confirm¨® que esa labor (la de profesional de la ayuda humanitaria), era una buena alternativa, ya que coincid¨ªa con la misi¨®n de ayudar a los dem¨¢s.
En aquel instante, estuvo muy claro para Valverde que ¡°las historias de personas de anime que ayudan a otras simplemente porque est¨¢n llamadas a hacerlo, porque les parece justo, porque pueden y porque esa es la responsabilidad del don, no est¨¢n tan distanciadas de la realidad de quienes abogan para un mundo m¨¢s justo¡±. Una vinculaci¨®n muy obvia, a pesar de que en el mundo real no hay h¨¦roes de comics, sino personas que intentan, desde sus espacios de acci¨®n, hacer lo correcto y dejar su granito de arena.
Si durante tantos a?os el anime ha formado parte de la cotidianidad y del trabajo de Valverde, fue a partir de enero 2022 cuando Mama Otaku cobr¨® vida, al principio como p¨¢gina Facebook y luego, desde julio, como podcast. ¡°Al comienzo ten¨ªa miedo de expresar tan abiertamente mis opiniones y sab¨ªa que el tema pod¨ªa generar mucha discusi¨®n¡± confiesa, ¡°pero cre¨ª en esta pasi¨®n y di el primer paso. Mi idea inicial era la de llegar a madres como yo para analizar sucesos de actualidad, el activismo social y la crianza respetuosa¡±. Despu¨¦s de lanzar Mam¨¢ Otaku tambi¨¦n en formato audio, se sumaron al equipo la abogada Judith C¨®rdova Alva y la psic¨®loga Irene Serrano Neira, y juntas dieron vida a la serie de episodios Brujas, gatos y anim¨¦, en los que, siempre a trav¨¦s del anime, se profundiza m¨¢s en los derechos humanos, el feminismo y la violencia de g¨¦nero.
Hoy, Mam¨¢ Otaku es un espacio que se dirige a un p¨²blico plural y mayoritariamente femenino. En ¨¦l, se desmitifican estereotipos de g¨¦nero, se hace divulgaci¨®n y sensibilizaci¨®n sobre derechos humanos, se promueve el an¨¢lisis cr¨ªtico de la cultura pop, contrastando la demonizaci¨®n del manga y el anime, y se denuncia, a trav¨¦s del an¨¢lisis de sus contenidos, la normalizaci¨®n de la violencia. Si mira atr¨¢s, a los tiempos de su infancia en Per¨², a su lucha para estudiar y formarse, a las discriminaciones clasistas y de g¨¦nero sufridas, y a su vida como migrante con pocos recursos econ¨®micos en Europa, Valverde tiene claro que todav¨ªa queda mucho por hacer. ¡°He vivido experiencias que me han marcado profundamente y, en lo cotidiano, vivo profesional y personalmente los retos y las oportunidades de la diversidad. Mi esposo es italiano y tambi¨¦n trabaja en cooperaci¨®n internacional, mi hija Ana naci¨® en Ecuador hace nueve a?os y Milena hace cuatro en Per¨²¡±.
Su sabidur¨ªa vivencial, los estudios, la sororidad ¡ªsolidaridad entre mujeres¡ª y los ejemplos de muchas ¡°maestras¡± encontradas en los caminos de la cooperaci¨®n internacional, ¡°implacables como profesionales, duras como mujeres, capaces, inteligentes y muy conscientes de la protecci¨®n que merece su equipo¡±, define Valverde, son parte del esp¨ªritu de Mam¨¢ Otaku.
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