Un d¨ªa con el fisioterapeuta de los superviventes de la ¨²lcera de Buruli de Costa de Marfil
Edmond Bruno Akassou Gbamon era m¨²sico pero acab¨®, casi por azar, form¨¢ndose como especialista en el tratamiento de las secuelas de una enfermedad tropical desatendida. Una bacteria causa esta dolencia, que devora los tejidos blandos de los afectados, causando discapacidad
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
Edmond Bruno Akassou Gbamo tiene un trabajo dif¨ªcil que adereza con sentido del humor para no derrumbarse cada d¨ªa. Este hombre de 47 a?os es el fisioterapeuta para pacientes con ¨²lcera de Buruli en el hospital de Saint Michel de Zoukougbeu, en Costa de Marfil. Por sus manos pasan los pacientes de esta enfermedad tropical desatendida a los que una bacteria les devora literalmente la piel, los m¨²sculos y tendones hasta dejar el hueso a la vista. Aunque el avance de la infecci¨®n puede frenarse con antibi¨®ticos, las secuelas que haya causado permanecer¨¢n. El trabajo de Akassou es que la discapacidad sea la menor posible.
¡°Como no hay una norma sobre cu¨¢ndo comenzar la rehabilitaci¨®n, me encargo tambi¨¦n de realizar curas de heridas muy extendidas para valorar cu¨¢ndo empezar¡±, explica despu¨¦s de retirar la venda a una paciente, limpiar la lesi¨®n, rociarla con yodo, y cubrirla con vaselina y un vendaje limpio. ¡°Cuando veo que hay que conseguir movilidad articular porque el da?o afecta a tendones, nervios y el hueso, les coloco una ¨®rtesis [pr¨®tesis externa]¡±, a?ade.
Las ¨®rtesis, que ayudan a los pacientes a mantener sus extremidades en una determinada posici¨®n, son caras. Por eso, Akassou las fabrica ¨¦l mismo, tal como le ense?¨® el fisioterapeuta Fabrizio Bonifacio hace casi dos d¨¦cadas. ¡°Compro los materiales en Abiy¨¢n. Una barra de aluminio cuesta unos 20.000 FCA (30,5 euros) y con la guerra [de Ucrania] se ha encarecido, por lo que reciclo m¨¢s que antes¡±, detalla.

Sentado en un taburete con ruedas, Akassou se desplaza por la sala de rehabilitaci¨®n del hospital de Zoukougbeu, buscando aqu¨ª y all¨¢ los materiales necesarios para que el paciente que atiende, un ni?o de unos 10 a?os, lleve el brazo y la mano apoyados en un soporte fijo, pero con los dedos doblados. El objetivo, dice el especialista con calma mientras el peque?o chilla y dos enormes l¨¢grimas recorren sus mejillas, es que no pierda la movilidad de las falanges. La bacteria alcanz¨® los tendones en la mu?eca y aunque ya no est¨¢ presente en su organismo, toca minimizar el da?o que le ha inferido.
¡°Siento sufrimiento porque es lo que veo, su sufrimiento¡±, reconoce Akassou, que ya cuenta hacia atr¨¢s los a?os que le quedan para jubilarse. ¡°13 para retirarme a los 60¡å. Hace 17 que realiza esta labor, desde que se dio cuenta de que su oficio de m¨²sico no era suficiente para sobrevivir; ya no era tan joven y quer¨ªa formar una familia, precisa. Por eso, este vecino de Zoukougbeu se acerc¨® al hospital a probar suerte y solicitar un empleo ¡°de lo que fuera¡±. Inicialmente fue rechazado, pero pronto se abri¨® la oportunidad. El centro, apoyado por la Fundaci¨®n Anesvad, necesitaba formar a un fisioterapeuta especializado en pacientes con ¨²lcera de Buruli y, aunque ¨¦l carec¨ªa de conocimientos previos en la materia, le llamaron.

¡°No hay ni 200 fisios en Costa de Marfil¡±, sigue contando, sin desatender a sus pacientes. ?l no es titulado, pero el adiestramiento de Bonifacio y la experiencia le han convertido en uno de los mayores expertos en el tratamiento de afectados por ¨²lcera de Buruli. As¨ª lo acredita que sea el responsable de la unidad de fisioterapia del centro de referencia para esta dolencia en Costa de Marfil. Y hoy, ¨¦l forma a otros en su especialidad.
¡°Antes no ten¨ªa ayuda¡±, dice, se?alando con un gesto de la barbilla a su compa?ero desde hace apenas unos meses, destinado aqu¨ª por el Ministerio de Salud. ¡°Sab¨ªa que existen las enfermedades tropicales desatendidas, pero no en mi pa¨ªs¡±, reconoce el joven de 29 a?os, que antes viv¨ªa en Abiy¨¢n. ¡°Me emocion¨¦ cuando vi las heridas por primera vez¡±.
Siento sufrimiento porque es lo que veo, su sufrimiento
La habitaci¨®n donde Akassou ha trabajado los ¨²ltimos 17 a?os se parece m¨¢s a una sala de tortura que de curaci¨®n. La camilla, de una altura que requiere un escal¨®n para subir, est¨¢ delimitada por unas rejas de las que cuelgan pesos y otros utensilios que el especialista emplea para que las articulaciones de sus pacientes cedan, se tonifiquen y recuperen la movilidad. El proceso es muy doloroso, a juzgar por los rostros afligidos, los lamentos y las l¨¢grimas de los pacientes. Los canturreos, las bromas, las sonrisas y gestos tranquilizadores de Akassou pretenden actuar como analg¨¦sico, tambi¨¦n para s¨ª mismo.
En una ocasi¨®n, recuerda Akassou, una ni?a a la que estaba tratando le pregunt¨®: ¡°?Le dices a tu mujer que vienes a hacer da?o a la gente?¡± Traga saliva y contin¨²a haciendo bromas suaves a sus pacientes para que sigan sus instrucciones por dolorosas que sean. ¡°La de ni?os que habr¨ªa con discapacidad si yo no hiciera este trabajo¡±, se anima cuando el sufrimiento que le rodea amenaza con apoderarse de su juicio. La m¨²sica tambi¨¦n le ayuda a desestresarse, confiesa. Y llorar; pero en casa y en la intimidad. ¡°Aqu¨ª r¨ªo para que los pacientes se relajen¡±. La sala se queda vac¨ªa despu¨¦s de un par de horas y, solo entonces, Akassou tambi¨¦n se relaja.
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