Las dos bi¨®logas camerunesas premiadas por investigar plantas medicinales para el alzh¨¦imer y la salud cardiaca

Las vidas de Sabine Fanta y Da?rou Hadidjatou discurren paralelas. Ambas nacieron en una zona rural de Camer¨²n. Mamaron desde peque?as el amor por la ciencia con vocaci¨®n de servicio. La primera es hija de enfermero; la segunda, de veterinario. En sus hogares encontraron un firme apoyo para perseguir sus sue?os. Las dos estudiaron biolog¨ªa en Ngaounder¨¦, la capital de Adamawa, una regi¨®n al norte del pa¨ªs centroafricano. All¨ª compartieron apuntes e inquietudes. Fueron forjando una voluntad com¨²n de dignificar los remedios naturales africanos. Sobre todo, aportando una mirada emp¨ªrica a supuestas propiedades de frutos o ra¨ªces, vistiendo a la sabidur¨ªa ancestral con pulcras batas de laboratorio.

Despu¨¦s de graduarse, Fanta y Hadidjatou acabaron, un poco por casualidad, compartiendo probetas y microscopios en el Instituto de Investigaciones M¨¦dicas y Estudios de Plantas Medicinales, ubicado en Yaund¨¦, la capital de Camer¨²n. Con treinta y pocos a?os, otra alineaci¨®n del destino las ha unido de nuevo: a finales de 2023 resultaron ganadoras (en categor¨ªas diferentes) de un galard¨®n que conceden la Unesco y la Fundaci¨®n L?Or¨¦al a j¨®venes cient¨ªficas de todo el mundo. ¡°Durante la entrega de premios, el jurado se sorprendi¨® de que fu¨¦ramos amigas y trabaj¨¢semos en el mismo organismo. ?No sab¨ªan nada!¡±, cuenta por videoconferencia Fanta mientras lanza sonrisas c¨®mplices a Hadidjatou, que se sienta a su lado.

Contin¨²a la creencia de que es mejor que nos dediquemos a las humanidades. Con frecuencia se da por hecho que las ciencias son demasiado dif¨ªciles para nosotras¡±

Los proyectos que les han valido sus respectivos premios tienen, claro, un denominador com¨²n: estudian potenciales beneficios para la salud de productos agr¨ªcolas ampliamente consumidos en Camer¨²n. El de Hadidjatou se centra en los efectos positivos de la garcinia kola (un fruto seco tambi¨¦n conocido como kola amarga u orob¨®) para prevenir o tratar enfermedades cardiovasculares. ¡°Parece que impide la acumulaci¨®n de grasa en las arterias, favoreciendo as¨ª la circulaci¨®n normal de la sangre¡±, subraya.

Fanta, por su parte, investiga hasta qu¨¦ punto la horchata ayuda a evitar la p¨¦rdida de memoria. ¡°Si entendemos mejor c¨®mo ralentiza los procesos de estr¨¦s oxidativo y neuroinflamaci¨®n que provocan la muerte de neuronas, podr¨ªa servir de excelente complemento alimenticio para pacientes con enfermedades como el alzh¨¦imer¡±, explica.

Seg¨²n la Unesco, a nivel global solo una de cada tres graduados en ciencia o tecnolog¨ªa son mujeres. Hadidjatou ha comprobado de primera mano los estereotipos de g¨¦nero que siguen ahuyentando a las mujeres camerunesas de las carreras cient¨ªficas. ¡°Contin¨²a la creencia de que es mejor que nos dediquemos a las humanidades. Con frecuencia se da por hecho que las ciencias son demasiado dif¨ªciles para nosotras. En secundaria ¨¦ramos un grupo de seis amigas. Yo fui la ¨²nica que sigui¨® estudios cient¨ªficos¡±, afirma. Por suerte, ella goz¨® del aliento de su familia, que siempre le dio amplios m¨¢rgenes de libertad para decidir su senda vital. ¡°Al decantarme por biolog¨ªa, mi padre me dijo que mi elecci¨®n ser¨ªa la suya. Solo a?adi¨® un consejo: que trabajara duro porque la buena ciencia requiere de mucho esfuerzo¡±.

Fanta cuenta que el contexto en que creci¨® fue decisivo a la hora de delimitar su foco de inter¨¦s predilecto: ¡°La inmensa mayor¨ªa de cameruneses utilizamos plantas medicinales para curarnos. Quer¨ªa contribuir a demostrar si, efectivamente, contienen esas propiedades que les atribuye la tradici¨®n u otras que vayamos encontrando por el camino¡±. En los ¨²ltimos tiempos, contin¨²a Fanta, proliferan estudios ¡ªen ?frica y en todo el mundo¡ª centrados en analizar los ¡°principios activos y mecanismos de acci¨®n¡± de los remedios caseros. Seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, el 80% de la poblaci¨®n africana recurre a ellos para abordar sus necesidades b¨¢sicas de salud.

¡°Se trata de aportar credibilidad al conocimiento que las distintas culturas han ido acumulando a lo largo de los siglos¡±, a?ade Hadidjatou. ¡°Antes¡±, contin¨²a, ¡°avanz¨¢bamos en la oscuridad, descubriendo poco a poco efectos terap¨¦uticos o t¨®xicos, sin saber mucho de dosis o formas de administraci¨®n. La investigaci¨®n cient¨ªfica arroja luz, permite ir m¨¢s lejos¡±.

Dotados con 15.000 euros (el de Fanta) y 10.000 euros (el de Hadidjatou), sendos premios han supuesto un acicate para que estas dos bi¨®logas profundicen en la disecci¨®n de la garcinia kola y la horchata. ¡°Estamos adquiriendo nuevo material, aprendiendo otras t¨¦cnicas¡­ Ha sido como un soplo de aire fresco¡±, destaca Fanta. Hadidjatou valora un extra asociado al galard¨®n: la mayor visibilidad como cient¨ªficas. ¡°Mucha m¨¢s gente nos conoce ahora, lo que nos abre enormemente la posibilidad de colaboraciones. Y la ciencia va, en gran medida, de eso: compartir conocimiento y trabajar juntos¡±.

En opini¨®n de ambas, la colaboraci¨®n es tambi¨¦n la clave para conciliar dos ¨¢mbitos que algunos entienden como antag¨®nicos. De un lado, las empresas farmac¨¦uticas y del otro, los cient¨ªficos que investigan si algunas dolencias quiz¨¢ no precisen de la ingesta de medicamentos, ya que la cura podr¨ªa estar en la naturaleza. ¡°Es un tema pol¨¦mico¡±, admite Fanta, quien ve, no obstante, m¨²ltiples v¨ªas de entendimiento.

Justamente, Fanta y Hadidjatou est¨¢n evaluando algunas propuestas para aunar esfuerzos ¡ªmediante proyectos conjuntos¡ª que les llegan desde distintos rincones de ?frica, como Nigeria o Sud¨¢frica. Gracias a su premio, les est¨¢n contactando colegas de profesi¨®n que admiran su trabajo y est¨¢n, como ellas, volcados en poner el foco en el acervo medicinal africano.

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