Un futuro incierto para las agricultoras de Mal¨ª
El sector rural supone uno de los pilares esenciales de la econom¨ªa maliense. Pero la resistencia de la agricultura de secano y las dificultades al acceso de la tierra ponen en serio peligro su sostenibilidad
Hawa es una mujer agricultora. Ella y su familia viven en Fatola, a unos 20 kil¨®metros de Kayes (Mal¨ª), y obtienen sus recursos principalmente de la agricultura de secano, hoy en d¨ªa poco productiva y fuertemente vinculada a los riesgos clim¨¢ticos. Hawa hered¨® de sus padres esta cultura ancestral, pero este a?o la producci¨®n agr¨ªcola en la regi¨®n de Kayes se est¨¢ viendo seriamente afectada por la escasez de lluvias.
En los ¨²ltimos 30 a?os, Mal¨ª ha experimentado, adem¨¢s de periodos irregulares, una significativa disminuci¨®n de la pluviometr¨ªa y una progresiva desertizaci¨®n, que avanza imparable hacia el sur del pa¨ªs. Esta situaci¨®n ha hecho que las poblaciones rurales del norte sean extremadamente vulnerables a la escasez de alimentos y, por tanto, que haya aumentado de forma alarmante la hambruna y la desnutrici¨®n infantil.
El escaso uso de las aguas superficiales en esta regi¨®n fronteriza con Senegal y Mauritania relega a estas mujeres del acceso al aumento de los ingresos derivados de la producci¨®n agr¨ªcola, fundamentales para reducir su situaci¨®n de pobreza y de vulnerabilidad. En este contexto, la implementaci¨®n de la agricultura de regad¨ªo supondr¨ªa, por un lado, poner en valor el enorme potencial de los recursos h¨ªdricos con los que cuenta Mal¨ª. Su territorio concentra las cuencas de tres r¨ªos y sus afluentes (el r¨ªo N¨ªger, el r¨ªo Senegal y el r¨ªo Volta a trav¨¦s del r¨ªo Sourou), adem¨¢s de important¨ªsimas aguas subterr¨¢neas (acu¨ªferos generalizados, superficiales y fisurados) que cubren todo el territorio nacional. Estos representan la principal fuente de suministro de agua potable para la poblaci¨®n, y un importante revulsivo para las agricultoras y sus familias, dado que promover¨ªa la diversificaci¨®n de la producci¨®n y su emancipaci¨®n econ¨®mica y social.
En este sentido, la agricultura de regad¨ªo desempe?a un papel central en la consecuci¨®n de los principales Objetivos de Desarrollo Sostenible referidos a la reducci¨®n de la pobreza, la seguridad alimentaria y nutricional y la creaci¨®n de empleo. Pero Hawa no tiene previsto realizar cambios en su per¨ªmetro hort¨ªcola. Es m¨¢s, ella y su familia desean continuar perpetuando sus medios de vida tradicionales, por lo que ser¨ªa necesario revertir esta tendencia mediante el tr¨¢nsito hacia la promoci¨®n de una agricultura resistente al cambio clim¨¢tico, respetuosa con el medio ambiente, y que utilice los recursos h¨ªdricos de forma eficiente.
En Diongaga, la vida de Kadiatou tampoco resulta sencilla. Hace m¨¢s de 10 a?os que cultiva la tierra que anteriormente labraba su familia, pero seg¨²n la legislaci¨®n vigente, el Estado es el propietario y los aldeanos solo obtienen el usufructo. Sin embargo, la gesti¨®n sigue estando en manos de las instituciones tradicionales, en detrimento de las autoridades locales.
El acceso a la tierra representa el principal problema en la regi¨®n. La paz y la estabilidad social en este territorio, donde se concentra una gran parte de la poblaci¨®n rural del pa¨ªs, dependen de c¨®mo se resuelvan los asuntos relacionados con la tenencia de la tierra. Por ejemplo, si un agricultor arrienda sus terrenos este a?o, no tiene la seguridad que podr¨¢ conservarlos, una vez cultivados, el a?o siguiente.
Kadiatou no podr¨¢ nunca ¨Csolo por el hecho de ser mujer¨C poseer la titularidad de la tierra que trabaja
La ausencia de un marco legislativo y reglamentario sobre la propiedad presume uno de los debates centrales en el ¨¢mbito de la gobernanza local, cuyo principio fundamental se basa en la participaci¨®n efectiva de mujeres y hombres en la toma de decisiones. Sin embargo, en este caso el papel de las mujeres agricultoras en la gesti¨®n tradicional de las tierras no es visible porque se basa esencialmente en un sistema patriarcal. Las mujeres y los hombres no gozan de las mismas posibilidades y oportunidades en el acceso y ejercicio a la propiedad, y por ello Kadiatou nunca podr¨¢ poseer la titularidad de la tierra que trabaja, solo por el hecho de ser mujer.
Las mujeres agricultoras, como Hawa y Kadiatou, se enfrentan hoy en d¨ªa a grandes retos para consolidar el desarrollo sostenible de la agricultura en Mal¨ª. Desde un enfoque hol¨ªstico, estos desaf¨ªos est¨¢n relacionados con el control del agua para reducir la dependencia de las precipitaciones mediante el desarrollo hidroagr¨ªcola y las t¨¦cnicas de conservaci¨®n del agua y del suelo. Tambi¨¦n con el desarrollo de nuevas variedades de semillas adaptadas al cambio clim¨¢tico, la gesti¨®n de riesgos en el sector agr¨ªcola para asegurar y aumentar los ingresos de las mujeres productoras, y la seguridad en la tenencia de la tierra que estimule la inversi¨®n de las mujeres agricultoras.
El dise?o de unas pol¨ªticas agr¨ªcolas de desarrollo modernas y enfocadas en los derechos humanos servir¨¢n, sin duda, para el alivio de la pobreza y traer¨¢n consigo la prosperidad necesaria que prevenga los movimientos migratorios y aten¨²e los problemas sociales existentes en esta regi¨®n.
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