Llegar al doble de ni?os con desnutrici¨®n grave: el ¨¦xito de los agentes comunitarios
La OMS ha incluido en sus recomendaciones que estos voluntarios de la salud suministren tratamiento, como ya lo hacen para la malaria o infecciones respiratorias. Pero el camino para demostrar que su trabajo es efectivo ha sido largo y complicado
Las ¨²ltimas cifras publicadas por Naciones Unidas confirman que hasta 783 millones de personas, es decir, el 9,2% de la poblaci¨®n mundial, pasa hambre. Se trata de una cifra inasumible cuya cara m¨¢s dram¨¢tica son los 45 millones de ni?os y ni?as que padecen desnutrici¨®n aguda y, de ellos, los 13 millones que sufren su forma m¨¢s letal, la desnutrici¨®n aguda grave. Y, sin embargo, existe un tratamiento eficaz capaz de curar a m¨¢s del 90% de los que la sufren, aunque menos de un tercio de ellos tiene acceso a ¨¦l, lo que supone una injusticia sin paliativos.
Como m¨¦dica de Acci¨®n contra el Hambre y trabajadora humanitaria desde hace m¨¢s de 20 a?os, me resultaba insoportable tener que hacer la misma pregunta al final de cada a?o: ?cu¨¢ntos ni?os y ni?as han sufrido desnutrici¨®n aguda grave este a?o? ?A cu¨¢ntos hemos llegado a curar? Mi respuesta m¨¢s optimista no pasaba de la mitad. Y eso sabiendo que la desnutrici¨®n se relaciona con el 50% de las muertes de los menores de cinco a?os. Hijos e hijas a los que sus madres no pueden llevar a los centros de salud donde se administra el tratamiento contra la desnutrici¨®n porque viven en zonas rurales, a m¨¢s de cinco kil¨®metros del dispensario, al que tendr¨ªan que ir y volver caminando durante ocho semanas consecutivas para garantizar la curaci¨®n. No se trata ¨²nicamente de la distancia. Tambi¨¦n est¨¢ el coste que supone pagar un medio de transporte si la temperatura es insoportable, o si las condiciones de sus hijos no les permiten caminar tanto tiempo.
Algunas organizaciones humanitarias y ministerios de salud no estaban de acuerdo en que agentes de salud comunitarios, muchos sin formaci¨®n espec¨ªfica en enfermer¨ªa o medicina, y en su mayor¨ªa mujeres, pudieran curar a ni?os desnutridos
En el 2014, varias personas de la organizaci¨®n, convencidas de que la malnutrici¨®n se pod¨ªa tratar de otra manera, nos pusimos manos a la obra. La gesti¨®n comunitaria integrada de casos (iCCM, por sus siglas en ingl¨¦s) es una iniciativa apoyada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) y Unicef para tratar en la propia comunidad la diarrea, las infecciones respiratorias y la malaria en menores. Si esta iniciativa ya hab¨ªa permitido aumentar el alcance del tratamiento y salvar las vidas de muchos ni?os y ni?as que sufr¨ªan estas enfermedades, ?por qu¨¦ no intentarlo tambi¨¦n con la desnutrici¨®n aguda grave?
La idea era muy prometedora, pero el camino no iba a ser f¨¢cil. Algunas organizaciones humanitarias y ministerios de salud no estaban de acuerdo en que agentes de salud comunitarios, muchos sin formaci¨®n espec¨ªfica en enfermer¨ªa o medicina, y en su mayor¨ªa mujeres, pudieran curar a ni?os desnutridos. Pero no nos desanimamos. Empezamos a hablar con donantes, equipos de investigaci¨®n y directores de nutrici¨®n de los pa¨ªses donde trabajamos, para poder poner en marcha estudios de investigaci¨®n que nos permitieran respaldar lo que hoy es una evidencia demostrada: que el tratamiento de la desnutrici¨®n aguda severa a trav¨¦s de los agentes locales de salud es eficaz.
El doble de ni?os y ni?as atendidos
Estos trabajadores curan a la misma proporci¨®n de menores que los profesionales de enfermer¨ªa y permiten aumentar la cobertura del tratamiento, que llega a m¨¢s del doble de ni?os, manteniendo un coste reducido para los ministerios de Salud.
En Acci¨®n contra el Hambre lo hemos demostrado durante los ¨²ltimos nueve a?os en pa¨ªses como Mal¨ª, N¨ªger y Mauritania. Yo misma he podido verlo en lugares como Hasssi Nakhla, al sur de Mauritania, donde una mujer nos lo contaba emocionada y agradecida, tras salir corriendo a buscar a su hija, a quien el agente de salud comunitario hab¨ªa curado unas semanas antes. Ella nunca hubiera llegado al centro de salud, a m¨¢s de una hora caminando, justo en esos meses en los que ten¨ªa que trabajar en el campo. Tambi¨¦n recuerdo mi conversaci¨®n con Hawa Coulibaly, una agente de salud de Mal¨ª, mientras un ni?o y su madre llegaban a recibir tratamiento. El beb¨¦, de unos 16 meses, estaba casi curado. La madre nos explic¨® que, solo un mes antes, cuando se acerc¨® hasta la casa de Coulibaly, su hijo casi no ten¨ªa fuerzas ni para moverse.
Hace nueve a?os pensamos que una nueva forma de tratar la desnutrici¨®n aguda era posible. Hoy tenemos la confirmaci¨®n y el apoyo de la OMS
En todos estos a?os hemos ido avanzando firmes. En 2015, el Ministerio de Salud de Mal¨ª modific¨® su pol¨ªtica de Atenci¨®n Primaria de Salud para autorizar a los agentes de salud a tratar la desnutrici¨®n aguda grave en la comunidad. En 2020, cuando la pandemia de covid-19 cerr¨® los centros de salud y restringi¨® la movilidad de las personas, la OMS y el Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja propusieron el tratamiento con los agentes de salud como iniciativa para disminuir el impacto de la pandemia. En 2023, hace tan solo unas semanas, la OMS public¨® sus Nuevas gu¨ªas de prevenci¨®n y tratamiento de la desnutrici¨®n aguda. En ellas, de las seis recomendaciones recogidas, una es el tratamiento de la desnutrici¨®n aguda grave por los agentes de salud comunitarios. Esto supone el respaldo definitivo para que el iCCM+ pueda implementarse en todos los pa¨ªses que quieran hacerlo.
Hace nueve a?os pensamos que una nueva forma de tratar la desnutrici¨®n aguda era posible. Hoy tenemos la confirmaci¨®n y el apoyo de la OMS. Las personas que trabajamos en la ONG estamos convencidas de que, actuando junto con los agentes de salud comunitarios, vamos a tratar y curar a muchos m¨¢s peque?os. Llevamos a?os prepar¨¢ndonos y salvando las vidas de ni?os desnutridos. El reto todav¨ªa es may¨²sculo, pero experiencias como esta demuestran que es posible ganar la batalla al hambre.
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