Acelerar la paridad, el remedio para una democracia ¡°en recesi¨®n¡±

La mayor parte de la regi¨®n de Am¨¦rica Latina y el Caribe vive ¡°una recesi¨®n democr¨¢tica¡±, seg¨²n el informe de Latinobar¨®metro de julio de este a?o. Esta recesi¨®n se expresa en ¡°el bajo apoyo que tiene la democracia, el aumento de la indiferencia al tipo de r¨¦gimen, preferencia y actitudes a favor del autoritarismo, el desplome del desempe?o de los gobiernos y de la imagen de los partidos pol¨ªticos¡±. Varios pa¨ªses de la regi¨®n tienen democracias ¡°en estado cr¨ªtico¡±, afirma el documento, mientras otros, simplemente, ya no la tienen. Al mismo tiempo, la regi¨®n transita un camino marcado por crisis ambientales y las consecuencias del cambio clim¨¢tico. En abril de este a?o recibimos una alerta: al ritmo actual, en Am¨¦rica Latina y el Caribe se alcanzar¨ªan solo un cuarto de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) previstas para 2030, seg¨²n la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal).

La semana pasada, gobernantes de todo el mundo coincidieron en la Asamblea General de Naciones Unidas precisamente para revisar la implementaci¨®n y ver c¨®mo acelerar los ODS. Se trata de la oportunidad perfecta para reafirmar, al m¨¢s alto nivel, ese compromiso con la sostenibilidad, la igualdad de g¨¦nero y el empoderamiento de todas las mujeres y ni?as como objetivo y eje transversal de toda la Agenda 2030.

El Secretario General de las Naciones Unidas, Ant¨®nio Guterres, ha se?alado en repetidas ocasiones: ¡°La igualdad de g¨¦nero es una cuesti¨®n de poder, poder que los hombres han guardado celosamente durante milenios¡±. Transformar y redistribuir ese poder lleva tiempo, y precisa del m¨¢s amplio compromiso pol¨ªtico y personal de toda la ciudadan¨ªa. Al ritmo actual, a nivel global llegar a la paridad en las jefaturas de Estado y de gobierno tomar¨¢ 130 a?os. Hoy, en Am¨¦rica Latina y el Caribe las mujeres representan apenas un 28,7% de los gabinetes ministeriales. En los legislativos nacionales, la participaci¨®n de las mujeres es un poco m¨¢s alentadora, aunque muy lejana a la paridad: representan el 35,8%, respecto a un 26,5% a nivel global. Y es preocupante en niveles subnacionales y locales, con apenas el 25,5% de los esca?os en los gobiernos locales y el 15,4% de las alcald¨ªas.

Solo nueve pa¨ªses en la regi¨®n han adoptado medidas legislativas para la representaci¨®n y participaci¨®n paritaria; y otros nueve tienen a¨²n medidas afirmativas temporales (las cuotas de g¨¦nero). Nuestro horizonte es que se instale la paridad como principio de representaci¨®n democr¨¢tica, y que ya no sean necesarias medidas afirmativas o cuotas para corregir esta exclusi¨®n hist¨®rica de las mujeres en el ejercicio del poder. Pero hay otro aspecto para que las mujeres puedan ejercer sus derechos de forma plena: sin autonom¨ªa econ¨®mica, sin corresponsabilidad de toda la sociedad ¡ªes decir, de los hombres, el Estado, el mercado y las comunidades¡ª en torno a sistemas nacionales de cuidados, sin acceso al financiamiento con transparencia y rendici¨®n de cuentas de los partidos pol¨ªticos, y sin una nueva cultura pol¨ªtica libre de violencia basada en g¨¦nero, las mujeres no podr¨¢n participar en igualdad de condiciones, aunque sus derechos est¨¦n reconocidos formalmente en todas nuestras Constituciones.

Este a?o, los parlamentos regionales de Am¨¦rica Latina y el Caribe, las ministras y altas autoridades de la Mujer del Mercosur, parlamentarias y parlamentarios a nivel global reunidos en el marco de la iniciativa Derechos Humanos 75, y las representantes del grupo FFP+ (+Pol¨ªtica Exterior Feminista), reafirmaron su compromiso con la paridad en la pol¨ªtica. Pero son tiempos dif¨ªciles para el avance de las instituciones democr¨¢ticas, la integraci¨®n regional y el multilateralismo. Por eso necesitamos una gobernanza que est¨¦ a la altura de los desaf¨ªos del siglo XXI, es decir, instituciones democr¨¢ticas robustas. Para que la igualdad de acceso y oportunidades de participaci¨®n y liderazgo dejen de ser un tema ¨²nicamente de mujeres y sean una prioridad p¨²blica para el avance de sociedades m¨¢s inclusivas, m¨¢s justas e igualitarias, que consoliden sus democracias, la paz y la seguridad, y erradiquen de la pobreza y la desigualdad.

Es hora de pisar el acelerador hacia la igualdad y la democracia paritaria.

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