Debemos prepararnos ahora para hacer frente a las pr¨®ximas emergencias sanitarias

La pandemia de covid-19 puso al descubierto las debilidades y la falta de preparaci¨®n a nivel mundial de los sistemas de salud. Cuando el virus estuvo en su apogeo, muchos pa¨ªses de ingresos bajos y medios lucharon por salvar vidas al mismo tiempo que debieron mantener los servicios m¨¦dicos esenciales en funcionamiento, tales como la atenci¨®n de la salud materna, la vacunaci¨®n infantil sistem¨¢tica y el tratamiento de enfermedades no transmisibles.

Despu¨¦s de ese per¨ªodo traum¨¢tico, es tentador mantener vivas las esperanzas sobre que lo peor ya hubiese quedado atr¨¢s. Desafortunadamente, es probable que el futuro traiga crisis de salud p¨²blica m¨¢s frecuentes debido al cambio clim¨¢tico, la urbanizaci¨®n, la deforestaci¨®n, la escasez de agua, los cambios en el uso de la tierra, la transmisi¨®n de pat¨®genos de animales a humanos y la fragilidad inducida por los conflictos.

Para limitar el impacto que tendr¨¢n las crisis que se avecinan en las vidas y los medios de subsistencia, los gobiernos deben tomar medidas urgentes para aumentar la resiliencia de sus sistemas de salud. Seg¨²n un reciente informe del Banco Mundial, un sistema de salud con resiliencia es un sistema integrado que permite identificar m¨¢s r¨¢pidamente las amenazas y los factores de riesgo; es un sistema ¨¢gil, y, por lo tanto, capaz de responder r¨¢pidamente a la evoluci¨®n de las necesidades; es absorbente, con el fin de contener los choques; y se adapta, para minimizar las perturbaciones que afectan a los servicios de salud.

La protecci¨®n frente a las crisis sanitarias tambi¨¦n implica impulsar la capacidad de investigaci¨®n y adoptar innovaciones

El Banco Mundial ha estado trabajando junto con pa¨ªses de ingresos bajos y medios en esta agenda de resiliencia. Nuestra cartera mundial de salud, que cuenta con 34.000 millones de d¨®lares (32.102 millones de euros), incluye m¨¢s de 240 proyectos que ayudan a los pa¨ªses a adoptar un enfoque integral para mejorar los resultados, en especial a favor de las personas pobres y vulnerables, mediante el fortalecimiento de la atenci¨®n primaria y las funciones clave de salud p¨²blica. Por ejemplo, en junio de 2022, el Banco Mundial aprob¨® 258 millones de d¨®lares estadounidenses para el Programa Nacional de Apoyo a la Salud de Pakist¨¢n, cuyo objetivo es fortalecer al personal de salud y equipar a los centros de salud comunitarios para que puedan responder mejor a las emergencias y puedan brindar servicios de calidad, en especial a las comunidades m¨¢s vulnerables.

El recientemente creado Fondo para Pandemias es una herramienta adicional para llenar vac¨ªos de cr¨ªtica importancia, ya que ayuda en la canalizaci¨®n del apoyo financiero que tanto necesitan los pa¨ªses en desarrollo a medida que refuerzan sus medidas de prevenci¨®n y respuesta, y mejoran su preparaci¨®n antes de que sobrevenga la pr¨®xima crisis sanitaria. Establecido con el apoyo del G20, el Fondo est¨¢ dirigido por una junta directiva inclusiva formada por representantes de donantes soberanos, Gobiernos de pa¨ªses receptores, fundaciones filantr¨®picas y organizaciones de la sociedad civil. El Fondo para Pandemias ya ha conseguido que se realicen compromisos de contribuciones por un valor de 1.600 millones de d¨®lares, y se acaba de anunciar la primera ronda de financiamiento.

Estos recursos adicionales a largo plazo ayudar¨¢n a que los pa¨ªses refuercen sus sistemas de salud p¨²blica, aumenten su toma de conciencia sobre riesgos, mejoren sus funciones de alerta temprana y ampl¨ªen el n¨²mero de trabajadores sanitarios comunitarios. Contar con s¨®lidos sistemas de comunicaci¨®n de riesgos y con una activa participaci¨®n comunitaria puede aumentar la confianza y puede construir alianzas fuertes que sostengan respuestas r¨¢pidas y eficientes ante crisis.

A medida que los pa¨ªses avanzan hacia su recuperaci¨®n posterior a la pandemia, enfrentan desaf¨ªos adicionales como por ejemplo la inflaci¨®n, la sostenibilidad de la deuda, el cambio clim¨¢tico, el envejecimiento de su poblaci¨®n, una alta carga de enfermedades cr¨®nicas y desaf¨ªos que pueden obstaculizar los esfuerzos a favor de la igualdad socioecon¨®mica y de g¨¦nero. Los sistemas de salud con resiliencia pueden mitigar el impacto de estos desaf¨ªos al mejorar la preparaci¨®n de los servicios para prevenir y gestionar otras crisis sanitarias y al fortalecer funciones esenciales.

Las necesidades y los enfoques variar¨¢n seg¨²n los pa¨ªses y las regiones. Por ejemplo, Camboya, ubicada en un punto cr¨ªtico con respecto a las enfermedades infecciosas emergentes, planea mejorar la colaboraci¨®n multisectorial a fin de incorporar la salud humana, animal y ambiental. Kenia trata de reforzar su capacidad de vigilancia y de laboratorio con relaci¨®n al control de infecciones. Y Bangladesh tiene como objetivo aumentar la capacidad de sus instalaciones sanitarias, aumentar su fuerza laboral y laboratorios de microbiolog¨ªa para hacer frente a futuras pandemias.

En todo el mundo, una gobernanza sanitaria s¨®lida y unas instituciones sanitarias fuertes, respaldadas por marcos jur¨ªdicos y regulatorios estables, ser¨¢n de crucial importancia para garantizar que la toma de decisiones y la planificaci¨®n frente a crisis se fundamenten en hechos comprobados. Los pa¨ªses tambi¨¦n deber¨¢n crear espacios fiscales, as¨ª como tambi¨¦n atraer y utilizar recursos externos de manera inteligente, ya que deben tener en mente que la inversi¨®n en sistemas integrados y con resiliencia generar¨¢ mayor impacto. Las inversiones que son m¨¢s rentables son las que fortalecen las funciones de la salud p¨²blica, la promoci¨®n de la salud, la prevenci¨®n de las enfermedades y los servicios de atenci¨®n primaria de la salud, debido a que de esta manera se minimizan las interrupciones cuando se enfrentan conmociones. Al evitar los mucho m¨¢s altos costos que se asocian con las emergencias de salud p¨²blica, tales inversiones desembolsadas producen beneficios a largo plazo.

Un sistema de salud con resiliencia es un sistema integrado que permite identificar m¨¢s r¨¢pidamente las amenazas y los factores de riesgo

La construcci¨®n de resiliencia requiere de alianzas dentro y fuera del sector de la salud, as¨ª como la participaci¨®n de la sociedad civil y el sector privado, los cuales desempe?aron un papel importante en la respuesta a la pandemia COVID-19. La protecci¨®n frente a las crisis sanitarias tambi¨¦n implica impulsar la capacidad de investigaci¨®n y adoptar innovaciones mediante la aceleraci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas m¨¦dicas o la expansi¨®n de las tecnolog¨ªas digitales aplicadas a la prestaci¨®n de servicios de atenci¨®n de la salud. La tarea es inmensa, pero las crisis del pasado ofrecen lecciones valiosas y muestran lo que se puede lograr. Por ejemplo, el brote de ?bola del per¨ªodo 2014-16, que mat¨® a m¨¢s de 11.000 personas en ?frica occidental, aceler¨® el establecimiento de los Centros para el Control y la Prevenci¨®n de Enfermedades de ?frica en todo el continente, consiguientemente se mejoraron las capacidades de vigilancia y seguimiento de la regi¨®n.

En el momento actual, a medida que la pandemia de coronavirus va disminuyendo, no debemos quedarnos dormidos sobre nuestros laureles. Todos hemos sido testigos de los efectos devastadores de la pandemia. La Organizaci¨®n Mundial de la Salud estim¨® que en los a?os 2020 y 2021 casi 15 millones de muertes adicionales en todo el mundo podr¨ªan atribuirse a la pandemia, la cual tambi¨¦n ha menoscabado los logros obtenidos con tanto esfuerzo en los ¨¢mbitos de reducci¨®n de la pobreza, de la educaci¨®n, la salud y la igualdad de g¨¦nero.

Para mejorar la resiliencia y la preparaci¨®n se requiere de acciones decididas. Con seguridad en el futuro se presentar¨¢n m¨¢s crisis, los pa¨ªses que tomen ahora decisiones pol¨ªticas adecuadas con respecto a la aplicaci¨®n de medidas duraderas y sostenibles estar¨¢n en una mejor posici¨®n a momento de proteger la salud de sus poblaciones y de sus econom¨ªas.

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