El PP amenaza con sanciones a los ediles que apoyaron a alcaldes casquistas
Los ediles rebeldes del PP en Gij¨®n, Salas, Vald¨¦s, Cabrales y Amieva desoyeron la orden dictada por la c¨²pula del partido
El ex secretario general del PP y ex ministro Francisco ?lvarez-Cascos sigue causando destrozos en el PP de Asturias. La junta directiva regional del PP asturiano ha amenazado con la aplicaci¨®n de medidas disciplinarias a sus grupos municipales en cinco ayuntamientos (entre ello, el de Gij¨®n, el m¨¢s importante de Asturias), en los que los concejales populares dieron sus votos a los candidatos del novedoso partido casquista Foro Asturias Ciudadanos (FAC).
Los ediles rebeldes del PP en Gij¨®n, Salas, Vald¨¦s, Cabrales y Amieva desoyeron la orden dictada por la c¨²pula del partido y respaldaron a los candidatos casquistas para desalojar o impedir el acceso de la izquierda las alcald¨ªas. La orden de no respaldar al FAC parti¨® de la junta directiva regional -sobre la que el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, ejerce una influencia determinante- una vez que los casquistas dejaron solo a De Lorenzo y se negaron a apuntalar su exigua mayor¨ªa. De Lorenzo, el gran opositor a Cascos en los ¨²ltimos meses, fue reelegido con mayor¨ªa solo relativa (11 votos a favor de 27) y ahora se ve abocado a gobernar la capital sin capacidad de entendimiento con ninguna otra fuerza pol¨ªticas tras muchos a?os de desencuentros.
Cascos sigue as¨ª torci¨¦ndole el brazo al PP asturiano. Primero fue la fuga de militantes del PP al FAC; luego, el severo revolc¨®n que esta formaci¨®n le inflingi¨® a los populares el 22 de mayo arrebat¨¢ndoles la expectativa de gobernar en el Principado; y ahora, la aparici¨®n de graves fisuras en el acatamiento org¨¢nico de las directrices emanadas de la junta directiva regional del PP, su m¨¢ximo ¨®rgano entre congresos. Pero no parece que el pulso haya llegado a su fin. Todo apunta a que Cascos aspira a seguir creando desconcierto entre las filas populares para intentar laminar al PP en la comunidad y hacerse con su espacio pol¨ªtico en el Principado.
La previsible investidura de Cascos en unos d¨ªas como presidente del Principado en un situaci¨®n de debilidad parlamentaria -el FAC tiene 16 diputados y enfrente tendr¨¢ a los 29 esca?os del PSOE (15), PP (10) e IU (4)- va a ser la oportunidad suprema de los casquistas para, aun con las angustiosas limitaciones de un gobierno atenazada por la oposici¨®n, aplicar desde el poder el plan de arrinconamiento definitivo del PP como alternativa de la derecha. Y ahora no s¨®lo contar¨¢ para ello con la casi segura presidencia de Asturias, sino tambi¨¦n con la alcald¨ªa de la mayor ciudad de Asturias.
Tras la indisciplina del PP de Gij¨®n y otros cuatro grupos locales, la direcci¨®n regional de los populares, desairada por los suyos en esos cinco municipios, y menospreciada por el FAC en Oviedo, se enfrenta a un dilema infernal: si impone sanciones, abrir¨¢ nuevas fisuras y fracturas en su ya vapuleada estructura regional a sabiendas de que el FAC estar¨¢ al quite para engullir a los castigados y seguir achic¨¢ndole espacios al PP; pero si no toma medidas y opta por pasar p¨¢gina, la desautorizaci¨®n y la sensaci¨®n de extrema debilidad de la c¨²pula regional del PP ser¨¢ clamorosa.
El caso espec¨ªfico de Gij¨®n agrava la situaci¨®n. No es un bocado precisamente peque?o para la comisi¨®n de garant¨ªas. Se trata de la principal plaza asturiana por censo y pujanza econ¨®mica. Y la presidenta local, Pilar Fern¨¢ndez Pardo, que, con sus cuatro compa?eros en el ayuntamiento, le arrebataron la alcald¨ªa al PSOE por vez primera en 32 a?os pero no para s¨ª sino para entreg¨¢rsela al FAC, es diputada nacional y ha sido un referente del anticasquismo.
Y no tanto porque ella haya hecho ostentaci¨®n de ello (de hecho, fue uno de los dirigentes regionales del PP m¨¢s cauto en sus juicios contra Cascos durante el ¨²ltimo a?o y medio de ataques rec¨ªprocos), sino porque los casquistas jam¨¢s le perdonaron que les hubiese arrebatado el control de la junta local de Gij¨®n en 2003 y que en sucesivos congresos los fuese conduciendo al ostracismo y a la marginalidad. ?lvarez-Cascos arremeti¨® contra ella sucesivas veces y acab¨® trasladando su afiliaci¨®n al PP de Gij¨®n a Madrid en diciembre de 2004 como expresi¨®n suprema del rechazo al liderazgo de Fern¨¢ndez Pardo, a la que tach¨® de ¡°indigna¡±.
Por eso la decisi¨®n de Fern¨¢ndez Pardo de deso¨ªr las ¨®rdenes de su partido y facilitar la llegada al poder del FAC en Gij¨®n ha creado desolaci¨®n y un profundo enojo entre los dirigentes del PP. Algunos reprochan a Pardo que haya apoyado a los casquistas cuando fue su cabeza una de las que exig¨ªa supuestamente Cascos, raz¨®n por la cual se le habr¨ªa descartado como candidato del PP al Principado. De aquel veto naci¨® el FAC. Pero Pardo mantuvo la decisi¨®n, incluso despu¨¦s de que la candidata del PP al Principado, Isabel P¨¦rez-Espinosa, le hubiera advertido de las consecuencias a las que podr¨ªa enfrentarse si no acataba las resoluciones de la junta directiva nacional.
Pero, con s¨®lo 5 concejales, frente a los 9 del FAC, el PP gijon¨¦s entendi¨® que no ten¨ªa alternativa: acatar la orden de la c¨²pula regional y permitir al PSOE seguir en la alcald¨ªa con apenas 10 ediles para as¨ª cerrar el paso al FAC hubiese supuesto el divorcio definitivo del PP gijon¨¦s con la derecha social de la ciudad, que llevaba 32 a?os ansiando el fin del dominio de la izquierda. El PP gijon¨¦s vio en ello una traici¨®n a su base social y acaso la tumba definitiva del partido. Pero ahora los populares gijoneses se enfrentan a otro problema: el FAC, desde la alcald¨ªa, intentar¨¢ dejar sin espacio propio al PP y quedarse con todo el territorio de la derecha. As¨ª que el peligro que intentaron conjurar sigue latente.?
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