Manual de c¨®mo ignorarse a s¨ª mismo
Piruetas administrativas del Supremo y del Poder Judicial anulan los efectos de una sentencia del alto tribunal
?Qu¨¦ poder¨ªo el del Supremo! Es capaz de dictar una sentencia que supone un revolc¨®n al Consejo General del Poder Judicial y, acto seguido, en una pirueta para ignorarse a s¨ª mismo, hacer todo lo posible para anular sus efectos. Hay que tener mucho sentido del humor para hacer eso, o quiz¨¢ desprecio por el propio trabajo. Mientras, el Consejo demuestra, d¨ªa a d¨ªa y acto a acto, la naturaleza pol¨ªtica de sus decisiones, el cambio de las reglas de juego cuando le conviene a alguno de sus miembros, y que hace tres a?os que esquiva la Constituci¨®n al no cubrir la vacante ocasionada por la jubilaci¨®n de Enrique Bacigalupo en la Sala de lo Penal del Supremo, reservada a juristas de reconocida competencia.
Hasta en cuatro ocasiones ha sacado la plaza a concurso y en todas ha quedado desierta, y no porque no haya candidatos cualificados, como el catedr¨¢tico Gonzalo Quintero Olivares o el fiscal Antonio del Moral. Lo que ocurre es que lo de los nombramientos de los cargos judiciales hace tiempo que se ha convertido en un mercadeo, un cambio de cromos y un tr¨¢fico de amiguismo. Lamentable y pat¨¦tico. Elijan ustedes el orden.
El 28 de enero de 2010, el vocal Jos¨¦ Manuel G¨®mez Ben¨ªtez denunci¨® que sus compa?eros Margarita Robles, de Jueces para la Democracia, y Manuel Almenar, de la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura, ideol¨®gicamente pr¨®ximos al PSOE y PP, respectivamente, pactaban entre ellos los nombramientos, siguiendo el criterio de hoy mi amigo, ma?ana el tuyo, al margen de la Comisi¨®n de Calificaci¨®n, que es la encargada de hacer el primer filtro de los candidatos y proponer al Pleno la terna de los mejores.
En aquella ocasi¨®n, el designado para un puesto en la Sala de lo Civil fue Rafael Gimeno-Bay¨®n, que ni siquiera cumpl¨ªa los requisitos para el cargo ¡ªya que ni es catedr¨¢tico, ni profesor titular, ni siquiera doctor y solo llevaba seis a?os y tres meses como abogado, en lugar de los 15 exigidos¡ª en perjuicio de tres catedr¨¢ticos de larga y fruct¨ªfera trayectoria y, al menos dos de ellos, Carlos Lasarte y Juan Roca, referencia en esa materia. Claro que ninguno de ellos hab¨ªa sido, como Gimeno-Bay¨®n, miembro de Jueces para la Democracia e integrante de la Secci¨®n 15 de la Audiencia Provincial de Barcelona, donde fue compa?ero y amigo de Robles. Seguramente esa circunstancia no tuvo nada que ver con el nombramiento, pero alguien deber¨ªa entonces explicar por qu¨¦ fue elegido un candidato con un curr¨ªculo tan inferior y sin cumplir los requisitos.
El caso es que poco m¨¢s de un a?o despu¨¦s, el pasado 13 de abril, los 36 magistrados de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, por abrumadora mayor¨ªa, anularon la decisi¨®n del Consejo, porque Gimeno-Bay¨®n no llevaba 15 a?os como abogado. Eso supon¨ªa que, al no cumplir los requisitos, no pod¨ªa ser nombrado de nuevo, como el Consejo ha hecho en ocasiones para eludir la decisi¨®n del Supremo, cuando la raz¨®n de la anulaci¨®n ha sido falta de motivaci¨®n en el nombramiento o alguna causa similar. La sentencia del alto tribunal, adem¨¢s, obligaba al Consejo a votar sobre la terna de catedr¨¢ticos propuesta por la Comisi¨®n de Calificaci¨®n.
?A que en ese momento parec¨ªa que el Supremo lo hab¨ªa previsto todo ¡ªGimeno-Bay¨®n a la calle y un catedr¨¢tico de civil de la terna, elegido¡ª y no dejaba otras opciones?
Pues no. En una pirueta que deber¨ªa ense?arse en la Facultad de Derecho, en la Escuela Judicial y en los MBA de negocios, el Pleno del Consejo ha ejecutado la sentencia, certificando que Gimeno-Bay¨®n no puede ser magistrado de la Sala Civil del Supremo. Al mismo tiempo, ha votado sobre los tres catedr¨¢ticos y, a pesar de su indudable categor¨ªa, prestigio y preparaci¨®n, no los ha encontrado adecuados y ha dejado la plaza desierta. Quiz¨¢ por a?os, hasta el siguiente cambio de cromos.
Mientras tanto, la Sala de Gobierno del Supremo, por unanimidad, ha propuesto al Consejo que como refuerzo de la Sala Civil se incorpore Gimeno-Bay¨®n en calidad de suplente, una categor¨ªa que en el alto tribunal no exist¨ªa, y el Pleno del Consejo lo ha aprobado, con lo cual, el candidato que no cumple los requisitos, se sucede, o mejor, se suple a s¨ª mismo. ?Prueba conseguida! ?No es genial?
Como dec¨ªa Henry Ford, el gran impulsor de los autom¨®viles en Estados Unidos: ¡°El cliente puede comprar un coche del color que desee, siempre y cuando sea negro¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.