Condena de 377 a?os para el exjefe etarra Txeroki por 20 intentos de asesinato

La Audiencia Nacional ha condenado a 377 a?os de prisi¨®n al exjefe de ETA Garikoitz Aspiazu, alias Txeroki, por 20 delitos de asesinato en grado de tentativa (18 a?os por cada uno), entre ellos el de la ex teniente alcalde de Portugalete (Vizcaya) Esther Cabezudo en febrero de 2002, y por un delito de estragos terroristas. El tribunal, adem¨¢s, le proh¨ªbe acercarse a la localidad de Portugalete durante cinco a?os. Dentro de esa pena global se incluyen otros 17 a?os de prisi¨®n por estragos terroristas, el da?o causado en inmuebles durante esos atentados.

As¨ª lo ha acordado hoy la secci¨®n primera de la Sala de lo Penal de este tribunal despu¨¦s de que el mes pasado el etarra fuera juzgado por primera vez en Espa?a y absuelto por el intento de asesinato del vicepresidente del Grupo Correo -actualmente de Vocento- Enrique Ybarra, que recibi¨® un paquete-bomba en enero de 2002, informa Efe.

El tribunal considera como hechos probados que "en los primeros meses de 2002" el jefe militar de ETA formaba parte del comando Olaia de ETA, integrado tambi¨¦n por Idoia Mendiz¨¢bal y Asier Arzalluz. El nombre del comando, que dispon¨ªa de abundante material explosivo escondido en un garaje, era en recuerdo de una activista de la organizaci¨®n que hab¨ªa fallecido. El comando utilizaba como lugar de refugio un piso alquilado por Gorka Mart¨ªnez, cuyo testimonio prestado ante la Ertzaintza ha servido de prueba de cargo para la condena. El comando en ese momento ten¨ªa entre sus objetivos a representantes municipales de distinto signo pol¨ªtico, entre ellos a Cabezudo, que la consideraban "espa?olista".

Despu¨¦s de comprobar los trayectos que la v¨ªctima sol¨ªa realizar y tras intentarlo sin ¨¦xito los d¨ªas anteriores, el 28 de febrero de 2002, fecha en que sab¨ªan que la edil acudir¨ªa a un pleno municipal,? colocaron un artefacto de 20 kilos de titadyne en un carrito de la compra, en un lugar de paso obligado para acceder al ayuntamiento. No les importaba, seg¨²n el tribunal, qu¨¦ personas pudiera haber en ese momento en la calle, muy transitada, ni los important¨ªsimos da?os que el estallido pod¨ªa causar en inmuebles aleda?os.? La bomba la accionaron con mando a distancia "y no lleg¨® a alcanzarles de lleno porque aquella ma?ana, a diferencia de otros d¨ªas, la teniente alcalde y su escolta utilizaron la acera contraria". Seg¨²n la sentencia, el comando envi¨® tras el atentado una nota a la c¨²pula de la organizaci¨®n en Francia en la que, entre otras cosas, explicaban que el carrito con los explosivos estaba bien colocado, pero que "al no ser la caja de metal se movi¨® hacia atr¨¢s" sin conseguir el objetivo buscado, la muerte de la edil y su escolta. Este documento fue intervenido en diciembre de 2002 en Francia, en el marco de una actuaci¨®n policial contra miembros de ETA y estaba en poder de Juan Fern¨¢ndez Iradi, otro hist¨®rico de ETA apodado Susper. La carta intervenida estaba escrita en euskera y describ¨ªa los principales detalles del atentado. Ha sido una de las pruebas b¨¢sicas en el juicio. La edil sufri¨® graves lesiones, pero salv¨® la vida, al igual que su escolta, as¨ª como otros 18 viandantes, que tambi¨¦n sufrieron heridas de distinta consideraci¨®n.

Gorka Mart¨ªnez describi¨® ante la Ertzaintza a los tres miembros del comando y declar¨® haberles escuchado decir que "no era el lugar en el que hab¨ªa que colocarlo", en referencia al artefacto contra la teniente de alcalde. La Sala tambi¨¦n ha tenido en cuenta el citado documento incautado en Francia a? Susper.

Primera condena en Espa?a

Esta pena de 377 a?os de prisi¨®n es la primera dictada en Espa?a contra Txeroki despu¨¦s de que la Audiencia Nacional le absolviera el pasado 30 de junio al no hallar pruebas de que participase en el intento de asesinato en 2002 del presidente del Consejo de Administraci¨®n del Grupo Correo, Enrique Ybarra, informa Ep.

El fiscal Pedro Rubira defendi¨® como principales pruebas una pericial de inteligencia, que defend¨ªa que el atentado fue cometido por el comando K-Olaia, al que pertenec¨ªa el ex jefe militar en el momento de los hechos. Adem¨¢s, los restos biol¨®gicos del acusado fueron encontrados en la vivienda que ocupaban los integrantes de este grupo. Para el tribunal, sin embargo, "el ¨²nico resultado objetivo e inequ¨ªvoco" de estas diligencias fue la "estancia del acusado" en esa vivienda.