Continuidad o cambio
Los dos aspirantes se afanan por difuminar su pasado para disputarse las urnas
Vota cambio, vota UCD. Fue el lema de Adolfo Su¨¢rez en 1977. Por el cambio se promocion¨® el PSOE de Felipe Gonz¨¢lez en 1982. Y ahora el duelo para el 20-N entre Rubalcaba y Rajoy ser¨¢ as¨ª de simple: continuidad o cambio. El problema es que ninguno de los dos es nuevo en pol¨ªtica. Ambos llevan 30 a?os muy bien instalados en el poder, con periplos similares en su escalada por los cargos m¨¢s relevantes de sus partidos y de sus Gobiernos. Labor para sus estrategas. Sus equipos ya est¨¢n en el af¨¢n de que, en esta campa?a que acaba de comenzar, sus candidatos renieguen sin que se note de su largo y complejo pasado y se presenten con su perfil m¨¢s amable, moderado y modulado, sin las aristas m¨¢s feas.
"No me veo haciendo otra cosa. Har¨¦ la campa?a que hay que hacer en estos momentos y en este contexto. No es solo cuesti¨®n de estrategia, es que no es mi estilo salir ahora por Espa?a dando m¨ªtines, insultando y gritando consignas", comenta el candidato socialista en su entorno cuando le preguntan qu¨¦ tipo de actos se plantea hacer en estos casi cuatro meses.
No es una cuesti¨®n ret¨®rica. Sus intenciones han quedado bastante claras desde el minuto uno. Su discurso profesoral de presentaci¨®n fue el gran ejemplo. Las siguientes intervenciones, lo mismo. Escuchar y explicarse. Es lo que pretende. No meterse ni con el PP ni con Rajoy.
Pero, claro, Rubalcaba tiene un pasado. Y una oratoria brillante y punzante que le precede. Son muchos los contrincantes del PP que han probado su ¨¢cida medicina, aunque no Rajoy. Ese debate especial queda ahora para los cara a cara, que naturalmente el candidato socialista quiere mantener sin ninguna duda. Para amortiguar ese perfil a veces displicente y sobrado que le sale en determinadas situaciones, Rubalcaba ha dado un giro. Otro regate a s¨ª mismo. No es que haya cambiado. Su personalidad poli¨¦drica le permite distintos enfoques. Ahora toca el Rubalcaba m¨¢s did¨¢ctico, pr¨®ximo a la gente, a los indignados del 15-M y hasta a los votantes m¨¢s de izquierdas desencantados con estos a?os finales de crudo realismo zapaterista. Esos m¨¢s de dos millones de votantes socialistas desmovilizados.
Ahora la marca que vende m¨¢s es la suya: Alfredo o Alfredo P.
En esa l¨ªnea, el candidato lleva semanas desmarc¨¢ndose no solo del Gobierno que vicepresidi¨® hasta hace nada y del que fue portavoz, tambi¨¦n de la marca PSOE. Y no porque reniegue de su partido o del socialismo. No. Porque ahora la marca electoral que vende m¨¢s es la suya: Alfredo o como mucho Alfredo P. Es decir, el Rubalcaba de 2011.
Lo que se aprecia en el ¨²ltimo bar¨®metro pol¨ªtico del CIS, pero tambi¨¦n en la mayor¨ªa de los sondeos privados, es que Rubalcaba es considerado mejor candidato a la Presidencia del Gobierno y con mejores cualidades profesionales y pol¨ªticas que Mariano Rajoy. Y eso lo pueden llegar a admitir en el equipo de Rajoy. Pero como dice el principal asesor del l¨ªder del PP en esta materia: "Esos luego no le van a votar. Ahora dicen que es muy bueno y muy guapo, pero luego la mayor¨ªa se ir¨¢n a votar a IU, Esquerra, el PNV u otros partidos, pero no volver¨¢n al PSOE".
El PSOE no lo entiende as¨ª. La c¨²pula del partido maneja desde hace unos d¨ªas sus propias encuestas internas. Y en sus datos se refleja que s¨ª se ha producido un efecto Rubalcaba. Esos tres puntos de recorte que marc¨® el ¨²ltimo CIS, dejando la distancia a favor del PP en siete puntos, en el PSOE mantienen que ya son m¨¢s. Por eso el candidato se program¨® ayer otro miniacto m¨¢s en Madrid y apenas se tomar¨¢ unos d¨ªas de relajo en Asturias mientras su rival andaba ya por los arenales de Sanxenxo (Pontevedra), su lugar de veraneo. Esa es otra. El equipo de campa?a socialista lo tiene grabado a sangre en su prontuario de lemas b¨¢sicos: su candidato trabaja sin descanso, el del PP, no. No es cierto, claro, pero en algunos aspectos funciona la imagen del puro, la hamaca y el As. Rajoy descansar¨¢ en Galicia, pero menos que otros a?os y se programar¨¢ m¨¢s actos a su medida.
"No le van a votar. No volver¨¢n al PP", afirman los populares
Los equipos del PSOE y el PP tambi¨¦n trabajar¨¢n m¨¢s. El de Rubalcaba exponiendo al candidato y su programa por Espa?a, sin entrar todav¨ªa en la contienda directa. El del PP, dise?ando un calendario de actos internos para septiembre y octubre en los que concretar algunas de sus propuestas (las m¨¢s suaves y amables) y rescatando para sus ya famosos argumentarios el cat¨¢logo de ataques, declaraciones y posiciones m¨¢s complicadas del pasado reciente de Rubalcaba, por ejemplo, en el ¨²ltimo a?o, desde que en octubre pasado adquiri¨® la posici¨®n de vicepresidente, ministro y portavoz del Gobierno.
Las encuestas patri¨®ticas
"Las encuestas patri¨®ticas son los sondeos que los partidos pol¨ªticos encargan en algunos momentos casi a la carta para echar una mano a la causa", resume uno de los estrategas de cabecera de uno de los dos grandes candidatos en liza. No son fiables. Todos los partidos las hacen, y se filtran para dar ¨¢nimos en momentos de baj¨®n, y para movilizar al electorado propio. El PSOE tiene una estos d¨ªas que deja a Rubalcaba a una distancia posible de recortar con Rajoy, mejor incluso que los siete puntos de diferencia que marc¨® el CIS de esta semana y que muchos han criticado por la cuchara de su cocina. Habr¨¢ m¨¢s. En el PP tambi¨¦n las usan. La m¨¢s reciente de los populares les vaticina que nada se ha movido. Que no ha habido ni efecto Rubalbaca, ni efecto rebote. M¨¢s de 14 puntos, un abismo.
"Nadie duda ahora mismo en Espa?a que el PP va a ganar las pr¨®ximas elecciones y que esa distancia, a d¨ªa de hoy, es inabordable", sostienen cerca de Mariano Rajoy. "Lo del empate t¨¦cnico es un embuste".
Pero en el PP tambi¨¦n son conscientes, porque lo han vivido y sufrido en sus carnes, del principio de incertidumbre que se vive ante cualquier elecci¨®n. Lo que no creen los asesores de Rajoy es que el electorado ya haya pasado factura y descontado en las elecciones del 22 de mayo el cabreo y malestar con la gesti¨®n de Zapatero de estos ¨²ltimos a?os. Al contrario: "El 22-N habr¨¢ m¨¢s votos para el PSOE pero en un porcentaje similar porque s¨ª habr¨¢ m¨¢s participaci¨®n. Pero los dioses confuden a los que quieren perder. El 22-M fue solo el desayuno, el cabreo gordo viene ahora en las legislativas, y Rubalcaba no es el candidato de las izquierdas, es el candidato del PSOE y un factor m¨¢s que clave en sus ¨²ltimos Gobiernos".
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