¡°Revisamos toda Lorca en 36 horas¡±
¡°Aquellos d¨ªas, m¨¢s que ingenieros parec¨ªamos psic¨®logos¡±
La tarde en que tembl¨® la tierra en Lorca, la primera gesti¨®n que hizo la entonces directora general de Transportes (ahora de relaciones con la UE) de Murcia, Carmen Sandoval, fue movilizar a las compa?¨ªas de camiones de toda la regi¨®n. La ciudad hab¨ªa quedado colapsada tras el se¨ªsmo de 5,1 grados del 11 de mayo que mat¨® a nueve personas e hiri¨® a otras 300, y hab¨ªa que dar de comer a las 20.000 que hab¨ªa dejado en la calle por los desperfectos en sus casas y el miedo a las r¨¦plicas. As¨ª que, esta ingeniera de caminos de 40 a?os se subi¨® en la cabina de uno de los tr¨¢ilers que acababa de reclutar y puso rumbo al desastre.
Pero en cuanto lleg¨® a Lorca, esa misma madrugada, el transporte dej¨® de ser su prioridad. ¡°En Emergencias estaban desbordados, as¨ª que, una vez all¨ª, me ofrec¨ª para lo que fuera¡±, recuerda. La Cruz Roja ya estaba desplegada, la Unidad Militar de Emergencias (UME), de camino. Pero quedaba una tarea importante que gestionar: revisar el estado de cada uno de los edificios del casco urbano para evitar nuevas desgracias y lograr que el m¨¢ximo n¨²mero de personas ¡ªmuchas de las cuales se alojaban en tiendas de campa?a por las plazas¡ª pudieran volver a sus hogares cuanto antes.
Fue as¨ª como Sandoval cambi¨® los camiones por la arquitectura y se convirti¨®, de golpe, en directora del Centro de Evaluaci¨®n y An¨¢lisis de Necesidades (Cedan) de Lorca. ¡°Lo instalamos en el edificio de la Concejal¨ªa de Urbanismo despu¨¦s de que sus t¨¦cnicos certificaran que su estructura no hab¨ªa resultado da?ada¡±. Una vez all¨ª, lo primero fue enviar un correo electr¨®nico al Colegio de Arquitectos de Murcia pidiendo voluntarios.
¡°Fue muy emocionante, al d¨ªa siguiente ten¨ªamos a 150 t¨¦cnicos de toda la regi¨®n dispuestos a trabajar gratis¡±. Y no dejaron de llegar. ¡°Tres d¨ªas despu¨¦s del terremoto ya hab¨ªa en la calle 250 arquitectos, aparejadores e ingenieros revisando pilares y encofrados¡±, recuerda. ¡°La solidaridad era tremenda. Llamaba a las constructoras y les dec¨ªa ¡®necesito un equipo completo con un encargado, un ingeniero, tres peones y un cami¨®n, pero si vienen, no van a cobrar¡¯. Daba igual, al d¨ªa siguiente los ten¨ªa all¨ª.
De Carmen Sandoval y sus hombres (y mujeres) fue la idea de crear un c¨®digo de colores que, dibujado con un espray en cada inmueble, indicara a sus moradores el estado en que hab¨ªa quedado. Rojo significaba da?os estructurales peligrosos que podr¨ªan causar el derrumbe, prohibido entrar. Amarillo, inmueble con da?os localizados que no podr¨¢ ser habitado hasta realizar ciertos trabajos de aseguramiento. Verde, sin da?os graves. Despu¨¦s dividieron el centro de la ciudad en 29 zonas a cada una de las cuales fue una cuadrilla de t¨¦cnicos. ¡°En 36 horas hab¨ªamos hecho un an¨¢lisis preliminar de los m¨¢s de 4.000 edificios del casco urbano y, al d¨ªa siguiente, ya est¨¢bamos apuntalando¡±, asegura la ingeniera.
El resultado final, 22.000 viviendas da?adas, de las que 700 tuvieron que ser demolidas (150 edificios en total), lo que acaba de empujar al alcalde, Francisco J¨®dar (PP) a pedir al Gobierno central un plan especial de reconstrucci¨®n.
?Lo m¨¢s duro? ¡°Ver a la gente a las puertas de sus casas que iban a ser derribadas sin que se les dejara entrar a recoger sus cosas. Se me encog¨ªa el coraz¨®n al ver que lo que pretend¨ªan rescatar era lo de mayor valor sentimental: la escritura de la casa, libros, joyas y fotos familiares...¡±, recuerda emocionada. ¡°La mayor¨ªa era gente humilde a la que hab¨ªa que explicarles que, a partir de ese momento, el trabajo era suyo. Que deber¨ªan reparar o reconstruir sus inmuebles a la espera de que las aseguradoras o el Estado se lo reembolsaran, y que ir¨ªa para largo... M¨¢s que ingenieros parec¨ªamos psic¨®logos¡±.
Pero, de esos d¨ªas tr¨¢gicos, tambi¨¦n retiene buenos momentos. ¡°La experiencia adquirida. La necesidad de tomar decisiones importantes sobre la marcha y el lujo de trabajar con cuerpos tan cualificados como la UME o los bomberos... Pero sobre todo, la alegr¨ªa de ver que paulatinamente, gracias al trabajo de todos, la vida en Lorca poco a poco se normalizaba¡±, se?ala. Para lo bueno y para lo malo, el terremoto fue, para Sandoval, el episodio m¨¢s intenso. ¡°Sin duda, la mejor experiencia de mi vida¡±.
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