¡°Ninguna familia nos ha pedido nunca la escolarizaci¨®n en castellano¡±

Los ni?os de sexto de primaria del colegio p¨²blico Verd de Girona leer¨¢n en clase de lengua castellana Manolito Gafotas, la serie infantil de Elvira Lindo. Pero antes de que comience la primera clase del curso, toca contar algo sobre las vacaciones. Los ni?os acaban hablando de pulpos. ¡°Yo iba en barco con mis tres primos en Port de la Selva y vimos un pulpo¡±, dice un ni?o con gafas rojas. ¡°Mi padre un d¨ªa pesc¨® tres pulpos y un mero¡±, dice con chuler¨ªa su compa?ero de pupitre. Lo explican en catal¨¢n, la lengua materna de la mayor¨ªa de los ni?os que estudian en este colegio del centro de Girona.

El C.E.I.P. Verd es un colegio hist¨®rico del centro de la ciudad. La mayor parte de los alumnos provienen de familias de clase media y sus padres han ido a la universidad. Hasta hace poco ajena a la inmigraci¨®n, muy presente en otros barrios de la ciudad, la escuela ha empezado a recibir alumnos extranjeros en los ¨²ltimos a?os. Aunque en algunos cursos m¨¢s bajos los inmigrantes rozan el 20% de los ni?os, su presencia en el resto es testimonial. La inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica es un hecho que no cuestionan ni padres ni profesores. ¡°Ninguna familia nos ha pedido nunca la escolarizaci¨®n en castellano¡±, explica la directora, Montse Font.

En casa de Clara y Joan, dos hermanos de cinco y nueve a?os, solo se habla catal¨¢n, al igual que en su entorno familiar amplio. Los hermanos no hablar¨¢n tampoco castellano con sus compa?eros en el patio, como sucede en otros centros de Catalu?a con un perfil de alumnos m¨¢s diverso. La escuela Verd sigue la normativa de la Generalitat y, en sexto de primaria, los chicos tienen tres horas de castellano a la semana. ¡°Suficientes¡±, dice Maria del Vil¨¤ Valls, jefa de Estudios. Se basa en la evidencia: las notas en los ex¨¢menes de catal¨¢n y castellano que hacen los alumnos al acabar ese curso son similares. Y se sit¨²an por encima de la media de los centros catalanes. ¡°Algunos a?os incluso ha sido superior la nota de castellano que la de catal¨¢n¡±, dice Valls.

?C¨®mo aprenden? ¡°Con la tele¡±, responde la madre de Clara y Joan, que les acompa?a en su primer d¨ªa de clase. ¡°No necesitan m¨¢s horas de castellano, que es la segunda lengua m¨¢s hablada del mundo¡±, afirma. ¡°Es un problema absurdo¡±, dice en referencia a la recurrente pol¨¦mica sobre el sistema de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica catal¨¢n, atizada por la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) que reconoce el derecho de tres familias a escolarizar a sus hijos en castellano.

"Los ni?os aprenden castellano incluso antes de tenerlo como asignatura¡±, opina Llu¨ªs, padre de dos alumnas de la Escuela Verd

¡°Yo tengo la sensaci¨®n de que los ni?os aprenden castellano incluso antes de tenerlo como asignatura¡±, opina Llu¨ªs, padre de dos alumnas de la Escuela Verd. ¡°Aunque no lo utilicen habitualmente¡±. En el colegio est¨¢n seguros de que el sistema funciona. ¡°Las dos lenguas tienen una estructura com¨²n lo que facilita el aprendizaje de ambas¡±, dice la directora. ¡°Los que dicen lo contrario no saben de qu¨¦ hablan¡±.

El sistema de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica es la ¨²ltima preocupaci¨®n de los docentes de esta escuela, volcados en luchar porque los alumnos inmigrantes que han llegado en los ¨²ltimos a?os no se queden atr¨¢s. ¡°Su rendimiento es menor que el del resto¡±, explica la directora, que cree que no es un problema de idioma, sino del entorno poco favorecedor en el que crecen los ni?os.

Luis, de cinco a?os, espera con su madre a que abran la puerta del colegio. Est¨¢ impaciente por ver a sus amigos. Va conjuntado con el color de la escuela, con bambas y camiseta verde. Aunque ¨¦l ha nacido en Espa?a, sus padres son de Honduras. ¡°Estamos muy contentos de que hable catal¨¢n¡±, dice su madre, Silvia Noem¨ª Flores. ¡°Disfrutar¨¢ de oportunidades que nosotros no hemos tenido por no hablar el idioma¡±, opina. ¡°Ahora aprendemos catal¨¢n hablando con ¨¦l¡±.