?Habr¨ªa salido Otegi?

LA AUDIENCIA Nacional conden¨® ayer a Otegi a 10 a?os de prisi¨®n por considerarle ¡°miembro de ETA en grado de dirigente¡±. La l¨®gica penal no siempre coincide con la pol¨ªtica, pero si ETA hubiera anunciado su disoluci¨®n es casi seguro que Otegi estar¨ªa hoy en la calle; tambi¨¦n es probable que lo estuviera si la izquierda abertzale (o el propio Otegi y sus compa?eros de banquillo) hubiera exigido de manera cre¨ªble la desaparici¨®n de ETA y condenado su recurso a la estrategia terrorista.

La sentencia que les condena a tan fuertes penas de prisi¨®n constata que ¡°en las fechas de los hechos juzgados¡± era palmaria la ausencia en los procesados de cualquier actitud que denotara un real distanciamiento de las tesis de la banda. ?Significa esa referencia temporal que m¨¢s tarde s¨ª ha habido s¨ªntomas de distanciamiento que no han sido considerados? Podr¨ªa ser, porque en los tres documentos de la ex-Batasuna que analiza, redactados entre octubre de 2009 y febrero de 2010, se reconoce que hay una evoluci¨®n en esa direcci¨®n.

Sin embargo, hay algo que se mantiene en todos los textos y declaraciones: el rechazo a condenar la trayectoria de ETA y el papel central otorgado a la negociaci¨®n, que no es algo coyuntural sino una ¡°herramienta¡± a utilizar hasta alcanzar los objetivos finales, seg¨²n el primero de los tres textos analizados. Ambas cosas est¨¢n seguramente relacionadas. No condenan a ETA porque justifican el cambio de estrategia con el argumento de que la lucha armada ha impedido la consolidaci¨®n de la autonom¨ªa, lo que hace posible negociar hoy un cambio de marco pol¨ªtico a cambio de la retirada definitiva de la banda.

La sentencia es recurrible ante el Supremo, pero juega en contra de que prospere que sus argumentos para no legalizar a Bildu fueron similares a los que ahora emplea la Audiencia: que hay un dise?o de ETA tras el giro t¨¢ctico de la izquierda abertzale; y que el paso de la violencia a segundo plano no implica renuncia a utilizar la existencia de la banda como amenaza latente que condicione la negociaci¨®n.

A favor de una revisi¨®n de la condena jugar¨ªa que 10 son muchos a?os y que considerar sin m¨¢s que Otegi es y sigue siendo dirigente de ETA resulta bastante incre¨ªble e incluso contradictorio. Ha dicho y hecho cosas que no han podido agradar a ETA; aunque es verdad que sus compa?eros de partido han dejado de hacerlas y decirlas en cuanto se han visto legalizados y ocupando cargos institucionales.