ETA presenta su interlocutor

ETA ha dejado hablar a sus presos convictos para acotar el escenario que siempre anhel¨® cuando imaginaba una salida digna a sus d¨¦cadas de terror: que el futuro del proceso pase por las c¨¢rceles. Convencida de su inanici¨®n, la banda terrorista, despojada ya del m¨ªnimo respaldo radical, asume, principalmente, que ya jam¨¢s tendr¨¢ una silla cuando se busque una salida al manido conflicto vasco. Sin embargo, no por ello renunciar¨¢ a la tutela del proceso final que, cada vez con m¨¢s sutileza, parece encarrilarse. Es aqu¨ª donde el colectivo de presos que reconoce ETA coge el testigo para situarse como interlocutor en el epicentro del debate, y eclipsando de paso con su irrupci¨®n al grupo de disidentes que hace tiempo decidieron proclamar sin miedo su condena a la violencia.

Adem¨¢s, con su adhesi¨®n al acuerdo de Gernika, los etarras apuntalan sobremanera la apuesta pol¨ªtica de la izquierda abertzale precisamente en puertas de que el Tribunal Constitucional decida por fin sobre Sortu y de que el 20-N despeje la duda sobre qui¨¦n es la fuerza mayoritaria en el Pa¨ªs Vasco. Y, de paso, elevan la presi¨®n sobre el PNV, inmerso en un debate interno que le ha llevado incluso a cuestionarse si es m¨¢s conveniente llamarse nacionalista o nacional, posiblemente con un ojo puesto en el granero electoral que le acota Bildu.

Con todo, mientras el entorno abertzale depura, cada vez con m¨¢s convencimiento, su estrategia hacia una negociaci¨®n pol¨ªtica que haga posible la dif¨ªcil conciliaci¨®n social, los presos no deber¨ªan olvidarse de que si quieren que la sociedad tienda la mano sigue faltando el ¨²ltimo comunicado que diga: ¡°ETA ha apagado la luz¡±.