Pagaza tilda de "broma" la demanda de impunidad de los presos de ETA
Vargas Llosa entrega el premio de la Fundaci¨®n V¨ªctimas del Terrorismo a una v¨ªctima del IRA La presidenta de la Fundaci¨®n exige el cumplimiento de la ley y el respeto a sus derechos
El Palacio de Zurbano, en Madrid, acog¨ªa hoy muchas ausencias. La de los familiares que han perdido, a manos de ETA y del IRA, la mayor¨ªa de los asistentes a la entrega del premio a la Defensa de los Derechos Humanos de la Fundaci¨®n de V¨ªctimas de Terrorismo (FVT). Su presidenta, Maite Pagazaurtundua, ha considerado una "broma sarc¨¢stica" la reclamaci¨®n de amnist¨ªa de los presos de ETA que se han adherido al Acuerdo de Gernika, y ha exigido el cumplimiento de la ley y el respeto a los derechos inalienables de las v¨ªctimas tras el acto en el que han premiado a la madre de un joven asesinado por el IRA en 1978. El premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa fue el encargado de entregar un grabado de Jos¨¦ Ibarrola en reconocimiento a la lucha de Margaret McKinney, que tard¨® 21 a?os en recuperar el cad¨¢ver de su hijo Brian.
Pagaza ha subrayado que no solo es importante el fin de la banda terrorista ETA, sino c¨®mo se produzca ese final. "Cuando los Estados no se someten a la ley, lo que queda es una cuadrilla de delincuentes", ha advertido la hermana de Joseba Pagazaurtundua, asesinado por ETA en 2003, parafraseando al Papa Benedicto XVI, que se refiri¨® as¨ª al ascenso del Tercer Reich ante el Parlamento alem¨¢n. "?C¨®mo puede este colectivo reclamar impunidad?", se ha preguntado, antes de avisar sobre el peligro de "premiar a los asesinos" que no se han arrepentido y se?alar que "hay muy pocos que se hayan acogido al carril del arrepentimiento y la reinserci¨®n".
Sobre las declaraciones del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que dijo que la adhesi¨®n de los presos a Gernika era "un paso significativo", Pagaza se ha limitado a aseverar, con un toque de sarcasmo, que "la palabra significativo es tremendamente polis¨¦mica". La legalizaci¨®n de Bildu, que le parece "fatal", est¨¢ "trufada de trampas", como demostrar¨¢ el lunes, seg¨²n ha anunciado, un observatorio contra la inmunidad creado por la Fundaci¨®n.
La presidenta de la FVT ha considerado irresponsable que se haya dado a conocer el proceso de conciliaci¨®n entre v¨ªctimas y etarras arrepentidos con la mediaci¨®n de Instituciones penitenciarias. "Es un proyecto absolutamente privado que no deber¨ªa salir a la luz p¨²blica", ha dicho, y ha aclarado que "lo que ayuda a las v¨ªctimas es que se cumpla la ley". Pagaza ha valorado como muy interesante que los presos que participan est¨¦n trabajando su propia asunci¨®n de responsabilidades no solo judiciales, sino tambi¨¦n personales, ¨ªntimas y espirituales.
Segunda edici¨®n del premio
El premio de la FVT, que se ha instaurado seg¨²n Pagaza "por defensa propia", se otorga en reconocimiento de "quienes luchan sin adocenarse por la defensa de los valores de la Carta de los Derechos Humanos", como ha explicado la presidenta.
Mario Vargas Llosa, que lo ha entregado, ha se?alado que el galard¨®n es "una exhortaci¨®n a la sociedad civil para que se comprometa en la lucha contra la barbarie". El ¨²ltimo premio Nobel de Literatura ha descrito el terrorismo como "una fuerza destructiva y feroz", que encarna al "enemigo declarado de la civilizaci¨®n". Al presentar a la premiada, el escritor se ha dirigido a ella en ingl¨¦s para decirle: "Te queremos, te admiramos y seguimos tu ejemplo. Y te deseamos lo mejor".
La madre de Brian, Margaret McKinney ha recibido el galard¨®n y el cari?o de todos con emoci¨®n. Pagaza no ha escatimado en besos y abrazos para McKinney, a la que ha incluido entre "los hombres y mujeres que deciden ser libres por dentro y por fuera".
"No recuerdo paz en Belfast"
Margaret McKinney tiene 80 a?os. Cuando repasa su ni?ez, llega a la conclusi¨®n de que "siempre ha habido fracci¨®n en Belfast". "Yo no recuerdo una paz real", dice, aunque ahora que ya no vive all¨ª (se mud¨® hace cinco a?os a Inglaterra, cuando muri¨® su esposo), cree que se est¨¢ fraguando finalmente.
Su mirada azul pero c¨¢lida esconde dos d¨¦cadas de tranquilizantes, varios infartos y batallas que transcurrieron entre 1978, cuando desapareci¨® su hijo Brian, de 21, a manos del IRA, hasta 1999, cuando por fin pudo enterrar el cadaver del joven. A¨²n hoy, 31 a?os despu¨¦s, no se explica qui¨¦n pudo matarle. "Debi¨® ser alguien que no le conoc¨ªa, porque Brian era un chico especial, con dificultades, y todo el que le conoc¨ªa le proteg¨ªa mucho", reflexiona, antes de considerar que su hijo estaba en el momento y lugar equivocados.
McKinney no se cans¨® nunca de reclamar al IRA que le dijese d¨®nde se encontraba el cuerpo de su hijo, desaparecido como otras v¨ªctimas. Decidi¨® seguir viviendo en un entorno hostil donde estaba generalizado el apoyo a los terroristas, a quienes muchos consideraban h¨¦roes, porque no renunciaba a esperar que alguien le diese noticias suyas. Le exigi¨® a Gerry Adams, el l¨ªder del Sinn Fein, que reconociese la autor¨ªa del asesinato de su hijo y le dijese d¨®nde estaba. E incluso acudi¨® al expresidente estadounidense Bill Clinton, cuyo apoyo contribuy¨® a presionar para localizar a los desaparecidos.
Por fin, en junio de 1999 Brian fue localizado bajo la tierra en la frontera de Irlanda del Norte. Solo entonces, asegura McKinney, pudo recuperar la paz interior. Sus peque?os ojos se alegran cuando describe lo reconfortante de tener en casa el ataud de su hijo, la gran cantidad de flores que recibi¨® y la cola de gente que acudi¨® a darle el p¨¦same. "Ahora siento que siempre est¨¢ conmigo", explica. Tambi¨¦n le acompa?a a donde quiera que ella va una medalla de oro con su retrato.
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