¡°Si disparas te puedes equivocar, pero si no disparas te equivocas seguro¡±
El jefe de la unidad de Guerra Naval Especial de la Armada espa?ola relata la liberaci¨®n de la reh¨¦n francesa secuestrada por piratas somal¨ªes
?Qu¨¦ orden¨® a sus hombres cuando los piratas empezaron a disparar? ¡°En unidades como la nuestra se dan pocas ¨®rdenes. Cada uno sabe lo que tiene que hacer. Desde que orden¨¦ iniciar el abordaje hasta que ella estuvo a salvo no pude decirles ni una palabra. Solo pasaron 45 segundos¡±. Escuchando al capit¨¢n Rafael, madrile?o de 34 a?os, jefe del tercer equipo de la Fuerza de Guerra Naval Especial, se dir¨ªa que el hero¨ªsmo consiste en aplicar escrupulosamente los procedimientos. Pero ning¨²n ejercicio, por duro que sea, es comparable a la liberaci¨®n de la ciudadana francesa Evelyne Colombo, el pasado 10 de septiembre.
¡°Sab¨ªamos que un barco de recreo con un matrimonio franc¨¦s hab¨ªa sido secuestrado. Recabamos toda la informaci¨®n, pero nunca pensamos que pudi¨¦ramos vernos implicados¡±, explica Rafael desde el buque Galicia, destacado en el ?ndico para combatir la pirater¨ªa. ¡°Ese s¨¢bado se localiza un esquife y el Galicia recibe la orden de lanzar un helic¨®ptero en su b¨²squeda. Tras hora y media, da con ¨¦l. El comandante decide enviar a mi grupo en misi¨®n de reconocimiento. Parte de la proa va cubierta con un pl¨¢stico y no se puede ver lo que hay debajo. El helic¨®ptero hace disparos de advertencia, para que se detengan. Entonces, los piratas exhiben sus armas, levantan el pl¨¢stico y podemos ver a Evelyne. Tiene las manos en alto y le apuntan a la cabeza con un AK-47. Cuando informamos al Galicia, se nos ordena replegarnos. Cualquier acto que ellos pudieran interpretar como agresivo pod¨ªa costarle la vida a ella¡±.
Menos de dos horas despu¨¦s, tras consultar con los mandos de la Operaci¨®n Atalanta de la UE, el comandante del Galicia ordena el abordaje. El esquife se acerca a la costa somal¨ª y, si los piratas logran desembarcar, la suerte de la reh¨¦n estar¨¢ echada. Sus secuestradores han demostrado de lo que son capaces al asesinar a su marido.
Evelyne cay¨® al mar desde el esquife y cuando sub¨ªa al ¡®Galicia'
Para entonces, cae el sol y el estado de la mar empeora. La embarcaci¨®n sale a toda velocidad. M¨¢s que navegar, salta. El tirador del helic¨®ptero dispara contra partes no vitales del esquife, para obligarle a parar. Acierta en el motor fueraborda, pero los piratas lo arrancan de nuevo. Con la segunda r¨¢faga se detiene. La lancha con Rafael y sus hombres llega. ¡°Les digo que depongan las armas, levanten las manos y se alejen de Evelyne. Hacen como si no entendieran. Me parece raro. Luego comprendo que nos est¨¢n esperando¡±.
El capit¨¢n aplica el protocolo: hace tres disparos al aire y espera que los piratas reaccionen. Nada. Luego efect¨²a otros tres disparos al agua. ¡°Entonces empu?an las armas y abren fuego contra nosotros. Nos defendemos¡±.
Me lanc¨¦ al agua con todo el equipo de combate: casco, pistola, radio...
¡°Cuando empieza un tiroteo¡±, explica, ¡°lo primero es reducir silueta, aunque en una embarcaci¨®n as¨ª no hay d¨®nde esconderse. Disparan casi a bocajarro y tiran mucha munici¨®n, pero no apuntan. Dan en un flotador.Nuestro fuego es m¨¢s preciso. Comprenden que no tienen nada que hacer y se desplazan a un lado. Al hacerlo, el esquife se inclina. Y una ola entra de lleno, volc¨¢ndolo¡±.
¡°Hay dos piratas junto a Evelyne: uno la enca?ona y otro nos apunta. Pero no les dejamos hacer fuego. Un compa?ero dispara por encima de la cabeza del que le apunta a ella y le obliga a soltar el arma. Otro acierta en el fusil del que va a dispararnos. Ese es el momento clave. Si disparas, puedes equivocarte. Pero si no lo haces, te equivocas seguro¡±.
Durante la acci¨®n, Rafael no pierde de vista a Evelyne. ¡°Yo la miro y ella me mira. Mi objetivo es abordar la embarcaci¨®n e interponernos entre ella y los piratas. Le hago se?as para que se acerque a m¨ª. Ella me entiende e intenta hacerlo, pero cuando estamos ya pr¨¢cticamente toc¨¢ndonos las manos, cae al mar¡±.
Evelyne se aleja de los piratas a nado, pero est¨¢ muy d¨¦bil e intentan agarrarla. Rafael mira a su compa?ero, que se desprende del pesado equipo de combate para ir a rescatarla. ¡°Me doy cuenta de que no tenemos tiempo y salto con todo lo que llevo: casco, chaleco antibalas, pistola, radio¡ m¨¢s de 20 kilos. Soy buen nadador, pero pienso: ?esto pesa! Ella se abraza a m¨ª y consigo acercarme a mis compa?eros, que la suben a la embarcaci¨®n. Nos miramos unos a otros y vemos que estamos bien y nadie ha sido herido en el tiroteo¡±.
El capit¨¢n se dirige con la reci¨¦n liberada al Galicia, al que Evelyne sube, con extrema debilidad, por una escala. ¡°A mitad de la escala se desploma. La veo caer y me lanzo a por ella. Se agarra a m¨ª y no puedo nadar. Ya es de noche y temo no poder aguantar hasta que nos recojan¡±. Otro militar se lanz¨® en su auxilio y les ayud¨® a subir. Al d¨ªa siguiente, Rafael la visit¨® en la enfermer¨ªa del Galicia. ¡°Aunque no nos conoc¨ªamos, nos abrazamos. Se nos saltaron l¨¢grimas¡±.
El capit¨¢n asegura que la gratitud de Evelyne es la mejor recompensa. M¨¢s que la Gran Cruz al M¨¦rito Militar con distintivo rojo que se le ha concedido y subraya que el m¨¦rito no es suyo, sino de todo su equipo. ¡°Mi familia¡±, como ¨¦l lo llama.
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