J¨¢uregui lucha contra la inercia
El ministro inicia la campa?a electoral en un territorio donde manda el PP
![El ministro de Presidencia, Ram¨®n J¨¢uregui.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/YGXPBZCJRSLNRNW7HKWGGEQBCQ.jpg?auth=314c9b9f17f43780ba0fb18350a05f5f2df2c41f7e0e91af864d2a3d1289ceed&width=414)
Los socialistas vascos resoplan cuando se les pregunta por el reto del 20-N. Son conscientes de que luchan contra la inercia del cabreo popular por los efectos de una interminable crisis, el efecto demoledor de las encuestas adversas y el ¨¢nimo alica¨ªdo tras el sopapo de las a¨²n recientes elecciones locales. En un similar contexto tan tormentoso se desenvolver¨¢ en los pr¨®ximos 40 d¨ªas Ram¨®n J¨¢uregui, ministro de la Presidencia y cabeza de lista, de nuevo, por el PSE-EE en ?lava.
J¨¢uregui llega a este nuevo examen con la lecci¨®n sabida, consecuencia inmediata de su vida pol¨ªtica tan curtida. Quiz¨¢ por eso ha ido, de entrada, al discurso en la distancia corta con el prop¨®sito de que fluya, en la medida que sea posible, el mensaje socialista y as¨ª contener el impacto del cicl¨®n popular que se prev¨¦. ¡°Nosotros hemos hecho un ejercicio de responsabilidad para el presente y el futuro de la sociedad que quiz¨¢ no lo hemos sabido explicar debidamente, pero que era imprescindible para evitar la intervenci¨®n que hubiera cortado nuestro desarrollo para los pr¨®ximos quince a?os¡±, dijo ayer en un encuentro informal con periodistas.
En ?lava, los socialistas est¨¢n acostumbrados a mirar hacia Madrid cuando se aproximan las elecciones porque est¨¢ comprobado que caminan abocados a la misma suerte. Hace cuatro a?os, la ola socialista alcanz¨® tal magnitud que les permiti¨® arrancar hasta tres diputados y el PP se content¨® con el esca?o de todo un exalcalde de Vitoria como Alfonso Alonso.
El ministro buscar¨¢ el cuerpo a cuerpo con el candidato popular, Alonso
Ahora, en un marco econ¨®mico que hace tambalear al gobierno que se precie y en una situaci¨®n pol¨ªtica como la vasca transmutada por la irrupci¨®n democr¨¢tica de la izquierda abertzale, el propio J¨¢uregui admite sin decirlo en su fuero interno que ¡°uno y gracias¡±. Las apuestas de entrada conceden un esca?o para cada una de las cuatro primeras fuerzas (PP, PP, PNV y Amaiur), pero un resultado al alza de los populares, en un territorio donde tienen en su mano las tres primeras instituciones p¨²blicas, puede poner de los nervios a uno de los partidos grandes. Para luchar contra esta inercia tan endiablada, J¨¢uregui buscar¨¢ el cuerpo a cuerpo en ?lava con Alonso, cartel popular, en materias tan sensibles como los derechos sociales, en base a la contraposici¨®n entre las pol¨ªticas aplicadas por los socialistas y los recortes que se advierten en autonom¨ªas del PP, y la mejora en el redistribuci¨®n fiscal.
Mientras se asiste a esos duelos dial¨¦cticos, el ministro sabe que deber¨¢ alimentar convenientemente su argumentario electoral para dar cumplida respuesta a los interrogantes que se le plantear¨¢n en torno al incipiente monotema del futuro de Euskadi en paz. J¨¢uregui, satisfecho como dem¨®crata por la apuesta pol¨ªtica de la izquierda abertzale ¡°despu¨¦s de ganar la batalla a los del hierro¡±, har¨¢ o¨ªdos sordos, en cambio, a los impactos medi¨¢ticos de la futura Conferencia de Paz y abundar¨¢, por tanto, en la idea de que la salida a este proceso ¡°debe ser, como hasta ahora, desde la unilateralidad¡± porque quienes tienen que decidirse son, precisamente, quienes a¨²n no lo han hecho. Desde luego que, a voluntad propia, no utilizar¨¢ en la campa?a esta esperanzadora situaci¨®n de ausencia de violencia, pero el ministro no dejar¨¢ de recordar que su Gobierno all¨ª y aqu¨ª ¡°han hecho lo que deb¨ªan para abocar a ETA a su final¡±.
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