Defensa revisa los programas de armas para ahorrar 5.200 millones

?Necesita Espa?a 87 cazas de ataque Eurofighter, 235 carros de combate Leopardo, 45 helic¨®pteros de transporte NH-90? Y, sobre todo, ?puede pagarlos? Cualquiera que sea la respuesta a la primera pregunta, la respuesta a la segunda es: no.

Lo dej¨® claro el secretario de Estado de Defensa, Constantino M¨¦ndez, en su comparecencia parlamentaria del pasado 21 de septiembre. No solo por lo que dijo en p¨²blico, sino sobre todo por el contenido de los tres exhaustivos informes que ha remitido al Congreso y a los que ha tenido acceso EL PA?S.

En las conclusiones del primer volumen, titulado Informe de an¨¢lisis de la situaci¨®n financiero-presupuestaria y fechado en septiembre pasado, puede leerse: ¡°[Se] evidencia la insuficiencia de la capacidad financiera del Ministerio de Defensa para hacer frente en el presente y en el futuro a las obligaciones contratadas [...]; la carga de pagos comprometida es de tal envergadura que colapsa cualquier proyecci¨®n presupuestaria sensata a medio y largo plazo [...]; ser¨¢ pr¨¢cticamente imposible afrontar nuevas adquisiciones en los pr¨®ximos 20 a?os [...]; no ser¨¢ posible tampoco sufragar el coste de mantenimiento de los sistemas adquiridos en unos niveles operativos adecuados [...] de forma que, parad¨®jicamente, las adquisiciones relacionadas con el proceso de modernizaci¨®n de las Fuerzas Armadas pueden provocar la par¨¢lisis operativa de las Fuerzas Armadas¡±. El diagn¨®stico no puede ser m¨¢s sombr¨ªo.

El origen del problema est¨¢ claro. En las cuatro ¨²ltimas legislaturas, Defensa contrat¨® sistemas de armas por valor de 23.959 millones de euros ¡ªel 85% con Gobiernos del PP¡ª pero no aument¨® de manera proporcional sus presupuestos. Recurri¨® a una f¨®rmula imaginativa (¡°ilusi¨®n financiera¡±, la denomina el informe) consistente en financiar los programas con cr¨¦ditos sin inter¨¦s del Ministerio de Industria, de los que ya se han desembolsado 14.000 millones. Y ahora toca devolverlos.

El problema, adem¨¢s, se ha agravado por la desviaci¨®n al alza de los costes. Los 23.960 millones que sumaban los contratos de los llamados Programas Especiales de Armamento, 19 en total, ya se elevaban a 26.692 millones en diciembre de 2009, cuando el Ejecutivo aprob¨® la ¨²ltima revisi¨®n. Pero Defensa estima que su coste final oscilar¨¢ entre los 31.600 y los 36.800 millones. Es decir, una desviaci¨®n superior al 30% en el mejor escenario y al 50% en el peor.

Con independencia de otros factores, Defensa reconoce, en uno de sus informes, que parte del problema se debe a la ¡°notable situaci¨®n de debilidad de la propia Administraci¨®n en la gesti¨®n de los programas [de armamento], que propicia que los contratistas adquieran un excesivo poder¡±. Y a?ade: ¡°No se ejerce un control riguroso, siendo habituales los retrasos y los sobrecostes, sin que esa din¨¢mica implique exigencia de responsabilidad y depuraci¨®n de la misma¡±.

Para evitar que la situaci¨®n se agrave ¡ªlo que significa ahorrar al menos los 5.200 millones de diferencia entre el coste m¨¢ximo y el m¨ªnimo estimados¡ª, Defensa ha preparado una bater¨ªa de medidas agrupadas en tres apartados: la reprogramaci¨®n, la reordenaci¨®n y la compensaci¨®n. En el primero se incluye el alargamiento de los pagos hasta el a?o 2030, en vez del 2025 como estaba previsto hasta ahora. En el segundo, la revisi¨®n exhaustiva de los programas de armas, cancelando algunos y reduciendo otros, siempre que ello sea posible. En el tercero, la compensaci¨®n ¡ªun eufemismo para no hablar de condonaci¨®n¡ª de los 14.000 millones que las empresas tienen que devolver a Industria, pero solo cuando les pague Defensa.