A Francia con pulsera
Los sofisticados artefactos de esta ¨¦poca no funcionan mejor que los inventos del profesor Bacterio
Todos los indicios revelan que el siglo XXI es el de la hipertecnolog¨ªa, pero en cuanto se rasca un poco resulta que los sofisticados artefactos de esta ¨¦poca no funcionan mucho mejor que aquellos inventos del profesor Bacterio que tantos dolores de cabeza dieron a los agentes Mortadelo y Filem¨®n. Para controlar a los presos a los que se permite salir de la c¨¢rcel, y evitar as¨ª que huyan, se les coloca actualmente una pulsera telem¨¢tica. Resulta sin embargo que, seg¨²n un informe de Instituciones Penitenciarias, ¡°el sujeto puede deshacerse del sistema cortando la pulsera o apagando el dispositivo GPS¡±. Ha sido la Brigada de Blanqueo de Capitales de la polic¨ªa la encargada de pronunciarse sobre la efectividad del artefacto a instancias del juez Antonio Pedreira, instructor del caso G¨¹rtel. Sus superiores de la Sala de lo Penal le ordenaron que quitase la fianza de 15 millones de euros que hab¨ªa solicitado a Francisco Correa, el cabecilla de la trama, para concederle la libertad provisional. Como alternativa le sugirieron que evaluase la posibilidad de que saliera de prisi¨®n con la pulsera telem¨¢tica incluida, y as¨ª estar¨ªa controlado.
Si Correa quiere escaparse, puede hacerlo con toda tranquilidad
Los informes de la polic¨ªa han sido hasta ahora rotundos: si Correa quiere escaparse, puede hacerlo con toda tranquilidad. Falta el informe de la Guardia Civil, que complementar¨ªa los ya facilitados por Instituciones Penitenciarias y la Delegaci¨®n del Gobierno para la Violencia de G¨¦nero. Al parecer, la fiabilidad de la pulsera depende del nivel de cobertura de sistemas de localizaci¨®n como el GPS y el GSM. No siempre funcionan y, como ya ha adelantado un mando de la Benem¨¦rita, no servir¨ªan para nada si Correa decide marcharse en helic¨®ptero: ¡°En una hora estar¨ªa en Francia¡±.
Al cabecilla de la trama G¨¹rtel no le gusta la c¨¢rcel, le produce claustrofobia. Y ha solicitado la libertad provisional hasta ocho veces. El juez Pedreira se la ha negado otras tantas, temiendo (con bastante raz¨®n) que pueda escaparse. Sus superiores le sugirieron que estudiara liberarlo con la pulsera telem¨¢tica. Pero se ha visto que el invento no sirve. ?Cu¨¢l ser¨¢ el nuevo paso? El instructor tendr¨¢ que estar atento: detr¨¢s de tantos mecanismos modernos puede asomar el arte del profesor Bacterio.
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