¡°Los representantes no me tomaban en serio con 18 a?os¡±
Iv¨¢n M¨¦ndez ha convertido su festival en una cita de ¨¦xito en pleno declive de la industria

La crisis ha obligado a los promotores musicales a activar sus neuronas para que los recortes en subvenciones y la bajada del consumo no barran los festivales del calendario. Los bolsillos de los j¨®venes est¨¢n vac¨ªos y cuesta aligerar la billetera por un par de entradas. Sin embargo, hay una legi¨®n de irreductibles que permanece fiel a los espect¨¢culos en vivo: los ¡°camisetas negras¡±. As¨ª llaman en Viveiro (Lugo) a las 24.000 personas que re¨²ne Resurrection Fest.
Este festival de hardcore se gest¨® en plena recesi¨®n y lleva seis a?os aguantando el tipo. Todo comenz¨® con el atrevimiento de Iv¨¢n M¨¦ndez. Este gallego de 24 a?os aficionado a la m¨²sica contundente estaba en el instituto cuando le propuso al alcalde un broche de oro para las fiestas: estirar la gira de la banda neoyorquina Sick Of It All con una parada en Viveiro. Aquel alarde fan¨¢tico lo convirti¨® a los 18 a?os en director de uno de los mayores festivales punk de Europa: ¡°Me hubiera gustado ser un universitario sin preocupaciones, pero hago lo que me gusta y eso merece un sacrificio¡±, reconoce.
Este estudiante de Direcci¨®n y Administraci¨®n de Empresas ha conseguido montarse su propia compa?¨ªa (ONP Producciones) y contratar a su hermano David, que tiene tres a?os m¨¢s que ¨¦l y la misma titulaci¨®n bajo el brazo. ¡°Nuestros padres no confiaban en que esto nos diera de comer. No es un oficio ortodoxo, pero nos hemos hecho un sitio montando conciertos mientras la mayor¨ªa busca trabajo¡±, comenta M¨¦ndez.
El promotor admite sentir miedo cada a?o: ¡°Pero el que no arriesga no gana¡±
¡°La gente mayor alucinaba cuando empezamos¡±, recuerda divertido. ¡°Ahora, los due?os de hoteles y bares esperan el Resu durante todo el a?o¡±. El festival es un fil¨®n para el pueblo. Consigue triplicar su poblaci¨®n (15.000 habitantes) y convierte Viveiro en una mezcla arm¨®nica de ancianos al fresco y veintea?eros tatuados. Seg¨²n los datos de la subdelegaci¨®n de Gobierno en Lugo, se fletaron 17 autobuses en la ¨²ltima edici¨®n y un centenar de j¨®venes trabajaron durante los tres d¨ªas de fiesta.
¡°El pulpo es ley¡±, bromea cuando se le pregunta por el secreto de Resurrection Fest. ¡°No podemos competir con las ofertas de otros festivales, pero tenemos playas y buena cocina. Los m¨²sicos se lo toman como unas vacaciones¡±.
Lo que no cuenta Iv¨¢n es el quebradero de cabeza que supone cuadrar el medio mill¨®n de euros que tienen de presupuesto. El paquete de tres d¨ªas sale por 40 euros con acampada gratis, lo que significa que el p¨²blico paga menos de un euro por banda (por ejemplo el abono para Sonisphere, en Getafe, cuesta 82 euros). ¡°Intentamos no subcontratar nada para poder costearnos los gastos¡±, explica.
Actualmente, bandas como No Use For A Name o Gorilla Biscuits negocian con M¨¦ndez para pisar el escenario del campo del Celeiro, pero no siempre ha sido as¨ª: ¡°Los representantes no me tomaban en serio. Una banda que lleva 25 a?os tocando no trata con chavales¡±. El lucense recuerda con amargura un tropez¨®n en los comienzos: ¡°La primera vez que intentamos traer a Sick Of it All, uno se puso enfermo y cancelaron dos d¨ªas antes de tocar. Todos pensaron que ¨ªbamos de farol¡±.
El golpe le hizo trabajar duro y, desde entonces, el Resu no ha dejado de crecer. ¡°Nuestro caso no deber¨ªa ser excepcional. Este pa¨ªs est¨¢ repleto de ideas geniales, falta que se promuevan¡±, reclama. El joven reconoce que la coyuntura econ¨®mica ha complicado las cosas a su generaci¨®n, pero es optimista: ¡°Todos los a?os tienes miedo de que las cuentas no salgan, pero el que no arriesga, no gana¡±.
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