Los aspirantes se reprochan recortes
El socialista, m¨¢s agresivo, cuestiona el programa del PP y le achaca intenciones ocultas El popular se centra con cifras en la cr¨ªtica de la gesti¨®n de Zapatero
Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, al ataque, se lanz¨® a convertir el programa del PP en el centro del debate. Y Mariano Rajoy, arropado por las cifras, especialmente la del paro, jug¨® a que el cara a cara fuera el balance de la gesti¨®n del Gobierno de Zapatero, con el que identific¨® a su oponente.
El candidato socialista arriesg¨® al tratar a su adversario como si ya fuera el presidente del Gobierno y ¨¦l ejerciera de l¨ªder de la oposici¨®n. Sali¨® a hacer una especie de entrevista a su oponente y se empe?¨® en hacer ver que el PP tiene un programa oculto para dar dinero p¨²blico a los bancos, reformar el seguro de desempleo y recortar prestaciones. Y el candidato del PP, leyendo continuamente y sin arriesgar, respondi¨® culpando al Gobierno socialista de la p¨¦sima situaci¨®n econ¨®mica ¡°por sus continuas rectificaciones¡±, identificando a su oponente con Zapatero y achac¨¢ndole los cinco millones de parados. Incluso, Rajoy repiti¨® el recurso del supuesto error de llamarle ¡°Rodr¨ªguez Rubalcaba¡±, para vincularle a¨²n m¨¢s con el actual presidente.
¡°Acl¨¢reme un p¨¢rrafo de la p¨¢gina 116 de su programa¡±, le dec¨ªa Rubalcaba a su oponente a modo de dura entrevista, y Rajoy le contestaba ¡°usted no entiende lo que yo le digo¡±, y repet¨ªa una y otra vez la palabra del debate: insidias. Desde el inicio, Rajoy sac¨® a relucir el paro y la ¡°situaci¨®n insoportable¡± por la ¡°incapacidad del Gobierno para enderezar las circunstancias. Ahora se decide si vamos por la misma senda o se cambia de rumbo, no se prolonga esta situaci¨®n y no se cometen los mismos errores¡±. Rubalcaba acept¨® el envite admitiendo la gravedad de la situaci¨®n y ¡°una reca¨ªda este verano que ha afectado a los datos de empleo y que exige nuevas medidas: un acuerdo para el empleo, reorientar nuestra econom¨ªa con equilibrio entre control del gasto e incentivos, y garantizar educaci¨®n, sanidad y protecci¨®n al desempleo¡±. Su tesis es que hace falta incentivar la inversi¨®n porque ¡°al enfermo le hemos aplicado una dieta de adelgazamiento, nos hemos pasado y hacen falta vitaminas¡±, aunque hay que recortar gasto, por ejemplo del Ej¨¦rcito. Para eso, habl¨® de retrasar dos a?os el ajuste del d¨¦ficit, pedir al BCE que baje los tipos, al Banco Europeo de Inversiones que haga un Plan Marshall para Europa y al ICO m¨¢s potencia para abrir el cr¨¦dito y bonificaciones de Seguridad Social durante dos a?os para los que crean empleo.
Rajoy respondi¨® recurriendo a cifras para demostrar que el paro es mucho m¨¢s alto en Espa?a que en otros pa¨ªses, que se han destruido tres millones de empleos en esta legislatura y que ¡°si lo hubieran hecho bien no nos hubiera afectado igual¡±. En su balance se refiri¨® a los 41 planes que se han votado en esta legislatura.
Insidias¡±, repiti¨® el candidato popular para responder a las cr¨ªticas
El l¨ªder del PP neg¨® que vaya a dar dinero p¨²blico a la banca, dijo que eso s¨ª lo ha hecho Zapatero y cort¨® de ra¨ªz a su oponente al sacar a relucir una carta de un redactor de un peri¨®dico argentino para negar que ¨¦l hubiera dicho que vaya a cambiar el seguro de desempleo. Insisti¨® en lo que de antemano era su fortaleza: las cifras. Rubalcaba las eludi¨® y hasta las rechaz¨® con aspavientos y expresiones como ¡°cifras, cifras, cifras¡± y ¡°datillos¡±.
¡°Yo no soy como usted, que hace cosas que no estaban en su programa¡±, respondi¨® el candidato del PP con menci¨®n expresa a la supresi¨®n del cheque beb¨¦, los 400 euros, la deducci¨®n por vivienda, la subida del IVA, la congelaci¨®n de pensiones, para concluir: ¡°Lo que no llevo en mi programa no lo hago¡±. Rajoy reiter¨® sus propuestas sobre el retraso en el pago del IVA y las bonificaciones en el impuesto de sociedades para las empresas que inviertan en crear puestos de trabajo.
¡°De los ricos solo se acuerdan en campa?a electoral, pero han bajado el sueldo de los funcionarios y congelado las pensiones¡±, le dijo para descalificar el impuesto sobre grandes fortunas que propone Rubalcaba. El socialista utiliz¨® los recortes en sanidad y educaci¨®n en comunidades en las que gobierna el PP y el candidato popular le respondi¨® achac¨¢ndole que ¡°por primera vez en la historia se hayan congelado las pensiones, enga?ando a los pensionistas¡±. Ah¨ª se atascaron, cuando decay¨® en gran parte el debate.
En el tramo final, el candidato socialista intent¨® sin ¨¦xito sacar a su oponente un compromiso concreto sobre la ley de matrimonios homosexuales. Solo al segundo intento logr¨® que Rajoy explicara que cuestiona que se llame matrimonio y defendi¨® su recurso al Constitucional, pero no aclar¨® qu¨¦ har¨¢ si la sentencia ratifica la ley. El del PP se enred¨® en el jard¨ªn de la frase ¡°las mujeres que llevan su casa¡± al hablar de igualdad. Rubalcaba sac¨® a relucir el terrorismo, con referencia al final de ETA. Rajoy pas¨® muy por encima, y hubo un compromiso mutuo de di¨¢logo y consenso.
En las ¨²ltimas intervenciones, las preparadas y guionizadas, el candidato del PSOE hizo un discurso m¨¢s basado en el sentimiento y el del PP, sin arriesgar, en el pragmatismo de la oferta para salir de la crisis.
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