Lina Solla: ¡°Salvo las gallinas de mi madre, lo tengo todo hipotecado¡±
Al borde de la ruina tras el 'Prestige', la firma decidi¨® envasar mejill¨®n vivo
![Lina Solla.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7YX75OLXZRGPFMV64Y6D2JFIAQ.jpg?auth=dcf078a0f6f343f4eff3dd5cba35e3869e0f689b419284d72ab7d7b21f856cf4&width=414)
La crisis golpe¨® a Lina Solla con varios a?os de adelanto. Era 2002, y el hundimiento del Prestige dej¨® su empresa de venta de marisco al borde de la ruina, solo cuatro a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n. Una subvenci¨®n la salv¨® a ¨²ltima hora. Linamar emplea hoy a 50 personas y presume de facturar siete millones de euros al a?o. No ha sido sin esfuerzo. ¡°Salvo las gallinas de mi madre, lo tengo todo hipotecado¡±, explica Solla (Poio, Pontevedra, 1968).
Linamar se especializ¨® en la venta de mejill¨®n envasado en atm¨®sfera, una t¨¦cnica que permite que el molusco se conserve vivo hasta 10 d¨ªas despu¨¦s de su venta gracias a una mezcla de gases que ralentiza su degeneraci¨®n. Solla aplic¨® al molusco la misma idea que la de las lechugas listas para servir. ¡°Me dec¨ªan que estaba loca¡±, recuerda. Ahora las cadenas de distribuci¨®n se la disputan. ¡°A Mercadona le dije que no cuatro veces antes de aceptar¡±, recuerda con orgullo. La demanda crece paulatinamente, pese a que en ocasiones su producto es m¨¢s caro que el de la competencia. ¡°Tengo a tres personas dedicadas en exclusiva a controlar la calidad¡±, justifica. Linamar vende mucho en Francia y Alemania, pero tambi¨¦n empieza a ara?ar en mercados menos habituales, como Estados Unidos, Rusia o Dub¨¢i. ¡°Cuando un trabajador empieza le digo que piense en cada kilo de mejill¨®n como si lo fuese a llevar ¨¦l mismo a casa¡±.
Sin estudios superiores, ¡°ni siquiera el BUP¡±, Solla se arriesg¨® a entrar por su cuenta en un negocio que conoci¨® a trav¨¦s de su exmarido. A los 28 a?os, divorciada y con dos hijos, su primera oficina estaba en la tienda de ropa de una amiga que le ced¨ªa el local durante la temporada de invierno. Despu¨¦s lleg¨® la planta en Cambados, donde se empe?¨® para instalar su propia depuradora. Con un discurso sin tapujos trufado de expresiones vehementes, critica las maneras del jefe tradicional. ¡°Me molestan los empresarios que distinguen sus patrimonios de los de sus compa?¨ªas. Mi empresa es mi patrimonio, ?si no creo yo en ella qui¨¦n va a hacerlo?¡±, argumenta. ¡°?Los directores de Cepsa, de Telef¨®nica, del BBVA son empresarios? A lo ¨²nico que se arriesgan es a que les quiten el puesto¡±. Finalista en 2008 del Premio Estatal al Joven Empresario en 2008, Solla no olvida las ¨¦pocas en las que tuvo que tirar de la pensi¨®n de su madre para garantizarse el sustento. Sus hijos, ya veintea?eros, no se libraron de hacer turnos en la planta de envasado. ¡°Antes, todos los j¨®venes trabajaban en verano. Ahora hemos criado una generaci¨®n pasota¡±.
Ante la crisis, la empresaria no se arredra. ¡°Hemos ampliado la producci¨®n¡±, se jacta, aunque ve con preocupaci¨®n c¨®mo en su oficina se acumulan m¨¢s curr¨ªculos de bi¨®logos, economistas y abogados que de trabajadores de planta. ¡°Los pol¨ªticos deben potenciar el trabajo. Quien lleva dos a?os en el paro no se puede encontrar bien a nivel personal¡±. Pero no se hace muchas ilusiones respecto a la oferta electoral. ¡°No me gusta lo que hay. Solo dos partidos tienen acceso al poder. La mayor¨ªa votamos a unos o a otros por cambiar, no porque nos convenzan¡±.
Tambi¨¦n critica los requisitos de acceso a las subvenciones y la liberalidad con la que se concedieron en ¨¦pocas de bonanza. ¡°A m¨ª una subvenci¨®n me salv¨® la vida, pero en este sector hay quien la ha pedido para pintar las paredes de una nave. Adem¨¢s, muchas veces hay que anticipar el dinero antes de cobrarlas, por lo que se benefician quienes ya tienen el capital y no quien tiene un proyecto¡±.
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