Txapote, condenado a 60 a?os de c¨¢rcel por el asesinato del concejal M¨²gica
58 a?os de prisi¨®n para Juan Carlos Besance y 50 para Andoni Otegi y Oscar Celara¨ªn 500.00 euros de indeminazaci¨®n a las familias
La secci¨®n cuarta de la Audiencia Nacional ha condenado a 60 a?os de c¨¢rcel al exjefe militar de ETA Francisco Garc¨ªa Gaztelu, alias Txapote, por ordenar el asesinato de Jos¨¦ Javier M¨²gica, concejal de UPN en Leitza (Navarra). El edil muri¨® en 2001 al explotar una bomba lapa que le hab¨ªan colocado en su furgoneta. Es la primera condena a un jefe militar de ETA desde el anuncio del cese definitivo de la violencia el pasado 20 de octubre.
El tribunal ha condenado adem¨¢s a 58 a?os de prisi¨®n a otro de los acusados, Juan Carlos Besance, mientras que para Andoni Otegi y Oscar Celara¨ªn la sentencia fija una pena de 50 a?os, adem¨¢s de establecer una indemnizaci¨®n de 500.000 euros para la viuda de M¨²gica. Tambi¨¦n proh¨ªbe adem¨¢s a los terroristas residir en la localidad? de Leitza durante un per¨ªodo de 10 a?os o aproximarse a una distancia menor de 200 metros de los familiares de la v¨ªctima.?
Txapote -responsable entre otras de las muertes de Miguel ?ngel Blanco y de Gregorio Ord¨®?ez y condenado a m¨¢s de 300 a?os de c¨¢rcel- ha sido declarado culpable de los delitos de pertenencia a organizaci¨®n terrorista, en calidad de dirigente, asesinato, tenencia de explosivos y estragos terroristas. Otegi, Besance y Celarain, por asesinato terrorista, estragos, tenencia de explosivos y en dos de los casos por integraci¨®n en banda terrorista. ?
Este es el juicio en el que la que era presidenta del tribunal, ?ngela Murillo, decidi¨® abstenerse tras comentar, con el micr¨®fono abierto: ¡°Y encima, estos cabrones se r¨ªen¡±. El comentario se produjo despu¨¦s de que declarara la viuda de M¨²gica, Adoraci¨®n Zubeldia, que no pudo reprimir el llanto al recordar el atentado. "El coche estaba ardiendo y mi marido estaba dentro quem¨¢ndose", respondi¨® al fiscal entre sollozos. Tambi¨¦n cont¨® el rosario de amenazas recibidas por su esposo antes del atentado ¨Cpintadas con dianas, robos en su negocio, una furgoneta quemada...- y c¨®mo la casualidad quiso que ni ella ni su hijo fallecieran tambi¨¦n ese d¨ªa.
Murillo ya fue protagonista de un incidente similar durante el proceso al exdirigente de Batasuna Arnaldo Otegi por su participaci¨®n en el homenaje al preso de ETA Jos¨¦ Mar¨ªa Sagarduy. Ese incidente sirvi¨® al Supremo para anular la condena a dos a?os de prisi¨®n y ordenar repetir el juicio con otro tribunal. En el nuevo, el l¨ªder de Batasuna fue absuelto. Para evitar que volviera a suceder lo mismo, la magistrada se apart¨® del caso. Aunque admiti¨® que su comentario fue ¡°desafortunado¡±, no consideraba que afectara a su imparcialidad. Al t¨¦rmino del juicio Otegi asegur¨® que "nadie" hab¨ªa querido re¨ªrse "del sufrimiento de la viuda", al tiempo critic¨® la "mentira" de la juez Murillo.
La vista tuvo que repetirse con Paloma Gonz¨¢lez Pastor como presidenta y con el magistrado Jos¨¦ Ricardo de Prada como tercer integrante del tribunal en sustituci¨®n de Murillo. Al tener que repetirse el juicio, Zubeldia tuvo que volver a declarar pero esta segunda vez lo hizo sin biombo. Al acabar, mir¨® frente a frente a los asesinos de su marido.
La sentencia declara probado que Txapote era dirigente del aparato militar de ETA y que orden¨® a los miembros del comando que acabaran con la vida de M¨²gica. Otegi fabric¨® una bomba lapa que coloc¨® en los bajos de la furgoneta propiedad de la v¨ªctima, mientras los otros dos integrantes del grupo realizaban labores de vigilancia.
La bomba, compuesta por tres kilos de Tytadine, hizo explosi¨®n a las 9.45 del 14 de julio de 2001, cuando el concejal puso en marcha su veh¨ªculo. Su esposa, Adoraci¨®n Zubeldia, se asom¨® a la ventana al o¨ªr la explosi¨®n y pudo ver arder a su marido y la furgoneta, por lo que ha tenido que recibir tratamiento psiqui¨¢trico. En agosto de 2000 ya fue quemada otra furgoneta de la v¨ªctima, que hab¨ªa sido reiteradamente amenazada.
El magistrado Jos¨¦ Ricardo de Prada ha formulado un voto particular contra la sentencia en el que considera que no se han aportado pruebas suficientes para condenar a Celarain, ni est¨¢ suficientemente clara la participaci¨®n de Txapote, puesto que cuando ocurrieron los hechos el dirigente etarra llevaba ya cinco meses preso en Francia.
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