?Tres en uno?

En bricolaje, el tres-en-uno es muy eficaz: desatasca, pues sus componentes van en la misma direcci¨®n. En pol¨ªtica fiscal, propugnar simult¨¢neamente tres modelos incompatibles entre s¨ª suele ser indigesto. Y confunde.

Es lo que est¨¢ sucediendo en Catalu?a con el reavivado debate sobre la financiaci¨®n, en el que la federaci¨®n nacionalista dominante postula al tiempo una cosa y sus contrarias. Eso s¨ª, faltar¨ªa m¨¢s, todas ellas leg¨ªtimas. Que no significa acertadas.

Tras la mediocre sentencia del Tribunal Constitucional (TC, 28-VI-2010) que rebaj¨® el alcance del nuevo Estatut, CiU dio (m¨¢s o menos) por ¡°roto el pacto constitucional de 1978¡±, y por ¡°inservible¡± el texto estatutario. Y empez¨® a propugnar un ¡°pacto fiscal en la l¨ªnea del concierto econ¨®mico¡± vasco, como insiste todas las semanas el presidente de la Generalitat, Artur Mas.

El designio, de corte confederal (recaudaci¨®n de todos los impuestos y entrega de un cupo a la Administraci¨®n central para sufragar los gastos comunes y una cuota simb¨®lica de solidaridad) es a¨²n bastante gen¨¦rico.

No implicar¨ªa una reforma de la Constituci¨®n, sostienen sus dise?adores (con el apoyo jur¨ªdico del Institut d¡¯Estudis Auton¨°-mics, IAE), sino solo una reforma de la LOFCA y una ley ordinaria concretando sus detalles. Y se negociar¨ªa la pr¨®xima primavera. Con un Gobierno, cuyos m¨¢ximos aspirantes a presidirlo, Mariano Rajoy y Alfredo P¨¦rez Ru-balcaba, han mostrado ya, cort¨¦smente, una distancia sideral sobre el prop¨®sito. La hoja de ruta figura en el escueto manual del portavoz Francesc Homs, Dret a decidir, estaci¨® concert (Editorial Base, 2010).

En paralelo al modelo confe-deral / soberanista, CiU apuesta tambi¨¦n por el auton¨®mico / federal: ¡°Recuperar al m¨¢ximo el esp¨ªritu y contenido del Estatut debe ser uno de nuestros objetivos en esta legislatura (...) lo debemos hacer con leyes org¨¢nicas y mediante el art¨ªculo 150.2 de la Constituci¨®n¡±, que permite al Gobierno central ceder a las autonom¨ªas competencias estatales, acaba de sostener el candidato democristiano a la convocatoria de pasado ma?ana, Josep Antoni Duran i Lleida.

La idea subyacente es que la Constituci¨®n no estar¨ªa tan rota ni el Estatut habr¨ªa quedado completamente inutilizable. La hoja de ruta de este modelo es la propia actividad parlamentaria de CiU durante 34 a?os y las posiciones de Mas en su pacto estatutario con el presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Y aunque el IAE conjetura en su dictamen la cohabitaci¨®n jur¨ªdica del concierto ¡ªo r¨¦gimen especial¡ª con el Estatut ¡ªun desarrollo del r¨¦gimen com¨²n, en que se comparten impuestos y se consorcia su recaudaci¨®n¡ª su atenta lectura evidencia que los encaja retorciendo los art¨ªculos cual goma de mascar, como concluy¨® la comisi¨®n de expertos reunida a puerta cerrada en el Parlamento.

La tercera propuesta, m¨¢s que un modelo, es un gui?o. A la independencia. Lo esboz¨® Mas cuando vot¨® a su favor, al mismo tiempo en p¨²blico (verbalmente) y en secreto (sin im¨¢genes) en el remedo de refer¨¦ndum del pasado 10 de abril. O la evaluaci¨®n que a t¨ªtulo de (eminente) acad¨¦mico, su ir¨®nico consejero de Finanzas, Andreu Mas Colell, lanz¨® sobre la independencia: ¡°perfectamente viable¡±.

La doctrina actualizada del modelo se estiba en Sense Espanya, balan? econ¨°mic de la independ¨¨ncia (P¨°rtic, 2011). Sus autores, Modest Guinjoan y Xavier Cuadras, calculan que acarrear¨ªa, a los catalanes, ¡°majors nivells de benestar econ¨°mic¡±. Quienes m¨¢s defienden este esquema, los nuevos l¨ªderes de Esquerra, abrogar¨ªan toda transferencia de solidaridad.

M¨¢s all¨¢ de las incongruencias derivadas de la f¨®rmula tres-en-uno, inquieta su cuestionable oportunidad. Plantear un nuevo proyecto de Hacienda no es lanzar una colecci¨®n de moda de temporada, debiera aspirar a una trayectoria m¨¢s duradera.

Si la urgencia pol¨ªtico-electoral admite las premuras, a la l¨®gica econ¨®mica de largo plazo le horroriza la precipitaci¨®n y la frivolidad. ?Resulta sensato enterrar un modelo de financiaci¨®n sin haber cotejado su resultado real en, al menos, dos o tres ejercicios normales? ?Ser¨¢ cre¨ªble una alternativa carente de densos trabajos previos, en formato de Libro Verde, como los que fabrica la UE antes de abordar la oportunidad de una nueva gran iniciativa legislativa?

Pero es que, adem¨¢s, la sentencia del TC anul¨® estrictamente una sola frase del cap¨ªtulo financiero del Estatut: la que condiciona las transferencias de cohesi¨®n a que las autonom¨ªas receptoras ¡°lleven a cabo un esfuerzo fiscal tambi¨¦n similar¡±. Si bien no invalida ese criterio por injusto, sino porque corresponder¨ªa al Estado decidirlo, opci¨®n nada imposible de lograr. Aunque el TC interpreta limitativamente otras disposiciones, bendice su cuerpo sustancial: la ampliaci¨®n de la lista de tributos cedidos y de la capacidad normativa; la nueva Agencia tributaria consorciada; el principio de que la cohesi¨®n debe concentrarse en educaci¨®n, sanidad y servicios sociales; los compromisos de inversi¨®n del Estado...

Si ese modelo fue el votado por la ciudadan¨ªa catalana, ?con qu¨¦ legitimidad se le secuestra, en favor de otro, el concierto, que no ha pasado ninguna prueba de universalidad? Y que en su versi¨®n conocida, vasco / navarra, es un privilegio injusto, discriminatorio, insolidario y opaco. ?Es que para corregir un error hay que multiplicarlo?