Una villa asolada por el eur¨ªbor

Jos¨¦ Luis Blanco, de 42 a?os, dirigi¨® durante la fiebre de la construcci¨®n siete inmobiliarias, que empleaban a m¨¢s de 60 trabajadores y facturaban ¡°much¨ªsimo dinero¡±. Ahora es churrero. ¡°La vida da muchas vueltas y hay que adaptarse¡±, admite tras la barra de su establecimiento, donde, entre caf¨¦s y porras, sigue la evoluci¨®n de los tipos de inter¨¦s.

Como Blanco, los 6.580 vecinos de Villanueva de la Torre (Guadalajara) permanecen atentos a las convulsiones del precio del dinero, que refleja el eur¨ªbor, el ¨ªndice de referencia de la mayor¨ªa de los cr¨¦ditos. El municipio pasa por ser el m¨¢s hipotecado de Espa?a ¡ªel 80% de su poblaci¨®n tiene pr¨¦stamos inmobiliarios¡ª y tambi¨¦n el m¨¢s joven. Ocho de cada diez vecinos tiene menos de 44 a?os, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).

¡°Llegu¨¦ al pueblo hace 10 a?os atra¨ªda por su tranquilidad y los bajos precios de la vivienda¡±, recuerda la esposa de Blanco, Ruth Cuadrado (de 39 a?os), desempleada, con dos hijas y una hipoteca de 125.000 euros. ¡°Lo hemos pasado fatal¡±, asiente la pareja, que reside en un pareado de 200 metros con 150 de parcela.

Jos¨¦ Luis Blanco pas¨® de dirigir siete inmobiliarias a hacer churros

Villanueva de la Torre es una maqueta de la Espa?a espoleada por la crisis. Alentada por el desarrollo urban¨ªstico y la Ley del Suelo de 1998, la localidad se erigi¨® durante a?os en el sue?o posible de la clase media. Sus exiguos 11 kil¨®metros de t¨¦rmino municipal sedujeron durante una d¨¦cada a centenares de familias j¨®venes que hu¨ªan de los prohibitivos precios de la vivienda de la capital. Frente a los 4.000 euros del metro cuadrado de un piso en Madrid en 2006, los 1.200 de una unifamiliar en Villanueva.

La euforia del ladrillo obr¨® el milagro. La ciudad, situada a poco m¨¢s de media hora en coche de Madrid y a 12 kil¨®metros de Guadalajara, se inund¨® de gr¨²as y carritos de beb¨¦s. Entre 2006 y 2010 nacieron 563 ni?os. El parque de viviendas se dispar¨®. Se construyeron 3.500 unifamiliares en cinco a?os, y su poblaci¨®n, embriagada por una econom¨ªa que crec¨ªa al 3%, se multiplic¨® por 18 en 15 a?os. ¡°Crecimos sobre el ladrillo y sin industria, y ahora lo pagamos¡±, admite la alcaldesa, Marta Valdenebro (PP), que sue?a con levantar un pol¨ªgono industrial de 700.000 metros en pleno p¨¢ramo.

Tras la euforia, la resaca. Los efluvios de la crisis, a finales de 2008, activaron las alarmas. El paro se dispar¨® un 235% en tres a?os y la construcci¨®n entr¨® en barrena. El Ayuntamiento no ha dado ninguna licencia este a?o y los carteles de se vende cuelgan de una de cada diez viviendas. ¡°En mi entorno m¨¢s cercano, ya conozco dos embargos¡±, reconoce Pablo Sebasti¨¢n, teniente de alcalde.

Los precios de residir en Villanueva siguen siendo atractivos. Una unifamiliar de tres dormitorios, garaje y trastero se vende por 132.000 euros. Sin embargo, el cr¨¦dito, como en el resto de la Espa?a en crisis, no fluye. ¡°Este a?o no hemos concedido ni una hipoteca¡±, admite Mar¨ªa Roca, directora de la sucursal local de Caja Guadalajara, donde se llegaron a firmar 10 pr¨¦stamos mensuales durante el boom y ahora se dedican a ¡°solucionar problemas¡±, que viene a significar estirar pr¨¦stamos para evitar desahucios.

Ver¨®nica Bellido, administrativa de 25 a?os, esboza la nueva fisonom¨ªa del municipio. Recal¨® en junio con su pareja tras adquirir una unifamiliar por 175.000 euros procedente de un embargo. ¡°Sabemos que es una se?al de lo que nos puede pasar, pero nos arriesgamos¡±, a?ade tras salir de un des¨¦rtico supermercado, donde dos todoterrenos de alta gama recuerdan la d¨¦cada del dinero f¨¢cil.

Villanueva es una ciudad desangelada, sin tiendas. Sus habitantes hacen vida social en la vecina Azuqueca de Henares (33.733 personas) y compran en el centro comercial de la propia localidad, un edificio modular concebido para absorber a la clientela de una ciudad dormitorio que, antes del desplome del ladrillo, so?aba con rozar los 20.000 habitantes en 2015. ¡°Esto va de pena¡±, se queja Alfonso Mart¨ªnez, de 50 a?os, propietario de una franquicia de inform¨¢tica en el complejo comercial. Con dos hijas y una esposa desempleada, desconoce c¨®mo pagar¨¢ durante los pr¨®ximos 16 a?os los 800 euros mensuales de su hipoteca. ¡°Prefiero no pensarlo¡±, confiesa.