Sin violencia, m¨¢s re?idas que nunca
El PP aprovecha la ola nacional para unirse, por primera vez en Euskadi, al grupo de favoritos y castiga al PSE La pelea con Amaiur en ?lava, clave para el PNV
En Euskadi, los partidos mayoritarios contienen la respiraci¨®n. Nadie pone la mano en el fuego por asegurar cu¨¢l ser¨¢ su resultado, ma?ana, en las elecciones m¨¢s in¨¦ditas ¡ªla violencia de ETA ya no existe¡ª y apretadas ¡ªlas combinaciones de partidos impiden la comparaci¨®n real¡ª que se recuerdan. La campa?a se cerr¨® anoche, con absoluta normalidad, y, por supuesto, sin indicio alguno que pudiera despejar la inc¨®gnita sobre el reparto de los 18 diputados que se disputan las cuatro principales fuerzas pol¨ªticas ¡ªPSE, PNV, PP y Amaiur¡ª en los tres territorios.
Las diferencias son tan exiguas en las m¨²ltiples encuestas cruzadas hasta ayer, que ninguno de los partidos con representaci¨®n asegurada en el Congreso desde Euskadi se atreven a distribuir los esca?os. Incluso, el factor participaci¨®n tambi¨¦n se antoja aleatorio en esta ocasi¨®n, aunque en los ¨²ltimos d¨ªas se augura una menor abstenci¨®n. De hecho, las dudas sobre cu¨¢l ser¨¢ la asignaci¨®n de los restos eleva la incertidumbre, que adquiere un mayor dramatismo en ?lava porque se presupone una batalla por el ¨²ltimo voto entre PNV y Amaiur.
A este novedoso reequilibrio entre las fuerzas vascas ha contribuido de manera determinante el vendaval nacional que proyecta las opciones del PP y que le sit¨²an en una horquilla de 4-5 diputados, cuando hasta ahora se ve¨ªa relegada a 3 esca?os. En paralelo, por primera vez se asistir¨¢ a la presencia de la izquierda abertzale en unas elecciones generales bajo la convicci¨®n de su apuesta por las v¨ªas pol¨ªticas y, adem¨¢s, sustentada por la ausencia del terrorismo de ETA. Con estos dos elementos tan determinantes, el tablero vasco encara una pelea desigual porque vienen condicionadas por el previsible hundimiento socialista y as¨ª ensancha las opciones del resto.
A pesar de la incertidumbre com¨²nmente admitida, existe la misma coincidencia en asignar como vencedor en cada uno de los tres territorios a quien ya lo fue en las recientes elecciones locales y forales del 22-M (Bildu, en Gipuzkoa; PNV, en Bizkaia y PP, en ?lava). Eso s¨ª, a partir de ah¨ª, las conjeturas se apoderan de los pron¨®sticos porque al detectarse diferencias tan peque?as, los resultados finales son pura especulaci¨®n. Como admit¨ªa ayer un candidato ¡°hasta el ¨²ltimo momento del escrutinio puedes pasar de ganar dos a perder dos y en tan poca diferencia de votos puedes pasar de un triunfo a verlo como derrota¡±.
En estas elecciones, el morbo habitual por predecir qui¨¦n ser¨¢ el ganador se ve, incluso, hasta suplantado por la sugesti¨®n que provoca la pelea entre PNV y Amaiur (Bildu m¨¢s Aralar), sobre todo en el marco de un nuevo escenario pol¨ªtico. La posibilidad real de que la presencia de una izquierda abertzale reconvertida democr¨¢ticamente pueda privar de grupo propio en el Congreso a los nacionalistas es asumida en el juego pol¨ªtico. De esta manera se configura otra variable hasta ahora impensable en la foto de situaci¨®n de los principales partidos.
Todo hace indicar que ?lava aflora como el exponente de esta pugna electoral entre PNV y Amaiur, que ha sido una constante hasta el ¨²ltimo grito de la campa?a. Los nacionalistas ven peligrar en exceso el esca?o ya tradicional en las cinco ¨²ltimas legislaturas de Emilio Olabarria y as¨ª podr¨ªa explicarse c¨®mo I?igo Urkullu, presidente del partido, se ha volcado con este territorio en una decidida tarea por recuperar el tono diluido por culpa de los esc¨¢ndalos del caso De Miguel, la p¨¦rdida de poder en la Diputaci¨®n de ?lava y la apuesta pol¨ªtica de la izquierda abertzale. Incluso, este pulso se podr¨ªa trasladar a Bizkaia, donde el PNV consolidar¨ªa su tercer esca?o siempre que Amaiur no llegue al segundo.
En Gipuzkoa, en cambio, los nacionalistas fijan su rival directo en el PSE y mucho m¨¢s en las posibilidades de que el PSE-EE se lleve dos diputados porque eso castigar¨ªa otra vez al PNV tras las elecciones locales, que le dejaron sin el poder foral. Eso s¨ª, Joseba Egibar da por perdida la guerra con Bildu-Amaiur porque sabe de su inferioridad y as¨ª se explica que en el ¨²ltimo d¨ªa de campa?a se centrara en hostigar a los socialistas.
Pero para hablar de incertidumbre, el PSE-EE. Los socialistas creen, de entrada, que derrotar¨¢n a las encuestas m¨¢s agoreras. Parten del convencimiento de que en Euskadi se presupone un voto m¨¢s ideologizado, donde la izquierda sabe lo que significa la derecha; pero no se atreven a predecir el porcentaje de votantes que les mantienen el castigo de las elecciones del 22-M. La prueba del nueve estar¨¢ en Gipuzkoa. Od¨®n Elorza se afana en decir a los suyos que el excesivo castigo de entonces solo ha beneficiado a Bildu.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.