Del nirvana al calabozo
Diez meses de c¨¢rcel para un marido por no alejarse de su exmujer cuando ella le o¨ªa tocar la guitarra en el parque
No recuerdo qui¨¦n comentaba que hay d¨ªas que dan ganas de suicidarse muy de ma?ana y no resucitar hasta el d¨ªa siguiente. Y eso mismo debi¨® pensar el tipo que fue detenido en el Parque de C¨¢novas, de C¨¢ceres, cuando tocaba pac¨ªficamente la guitarra. Resulta que entre el nutrido auditorio que escuchaba su actuaci¨®n se encontraba su antigua compa?era sentimental, de la que ten¨ªa una orden de alejamiento.
Y llegaron dos polic¨ªas y, tras comprobar que el guitarrista no se pod¨ªa acercar a su ex a menos de 200 metros, se lo llevaron detenido. De nada sirvi¨® que alegara que ¨¦l estaba tocando la guitarra y que fue ella la que se acerc¨®, tal y como reconocieron los testigos, o incluso que le hab¨ªa dicho a la mujer que se marchara, pero que ella no le hab¨ªa hecho caso. El m¨²sico ten¨ªa una herida en una pierna que le dificultaba la deambulaci¨®n, pero tampoco eso se tuvo en consideraci¨®n. Continuar con el concierto le ha supuesto al artista una condena de 10 meses de prisi¨®n por delito de quebrantamiento de medida cautelar, que acaba de ser confirmada por la Audiencia de C¨¢ceres.
?Quiz¨¢ le parezca que se trata de un caso excepcional? Pues no, es relativamente frecuente, salvo por la cuesti¨®n de la guitarra. Estos d¨ªas, la Audiencia de Castell¨®n ha confirmado tambi¨¦n la condena de seis meses de c¨¢rcel impuesta a un ciudadano rumano que fue ¡°pillado¡± por la Guardia Civil en el Jard¨ªn del Beso, de Burriana ¡ªlocalidad costera de Castell¨®n de 35.000 habitantes¡ª, cuando paseaba con su esposa y con su beb¨¦ en un cochecito. El marido, que estaba pendiente de juicio por presuntos malos tratos y no pod¨ªa acercarse a menos de 300 metros de su c¨®nyuge, fue detenido. Tampoco en este caso sirvi¨® de nada que la mujer explicara a los agentes, y luego en el juzgado, que el matrimonio ya se hab¨ªa reconciliado y que ella hab¨ªa acudido hac¨ªa tiempo a la sede judicial para retirar la denuncia e instar la revocaci¨®n de la orden de alejamiento.
Usted podr¨ªa pensar que con todas las facilidades que se dan a los presos condenados por otros delitos para su reinserci¨®n en la sociedad, la retirada de la denuncia o el perd¨®n de la esposa al marido en los casos en que hay orden de alejamiento deber¨ªan ser considerados al menos como atenuantes a los efectos de que las parejas puedan rehacer sus vidas. Sin embargo, no es as¨ª.
El art¨ªculo 468 del C¨®digo Penal no contempla excepciones y castiga indiscriminadamente con penas de seis meses a un a?o de prisi¨®n a todos los que "quebrantaren su condena, medida de seguridad, prisi¨®n, medida cautelar, conducci¨®n o custodia". Los jueces est¨¢n obligados a imponer la medida de alejamiento del agresor en los casos de malos tratos cuando se trata de una pena, en lugar de aplicarla en funci¨®n de las circunstancias, como era antes de 2003.
Del ¡°Vive la vida peligrosamente¡± con que nos inundaba la publicidad hace unos a?os hemos pasado a la sobreprotecci¨®n, porque la seguridad se ha convertido en uno de los valores m¨¢s importantes en la sociedad del siglo XXI. As¨ª, los padres extienden su manto protector sobre sus v¨¢stagos y el Estado se encarga de protegernos de lo dem¨¢s: de fumar, de los otros conductores, del ruido, del alcohol en la calle, y a las mujeres, hasta de s¨ª mismas y, a veces, incluso a su pesar.
La Sala Penal del Supremo estableci¨® que el consentimiento de la mujer no excluye el castigo del marido cuando este haya quebrantado la condena o la medida cautelar de alejamiento.
Los jueces ¡ªcomo dice la profesora de Derecho Penal Araceli Manj¨®n-Cabeza¡ª se ven en una encrucijada diab¨®lica de la que es responsable el legislador. O cumplen la ley, lo que supone una injusticia, o no la cumplen e intentan hacer justicia, lo que incluso podr¨ªa ser una prevaricaci¨®n. Y no tienen margen de maniobra. Algunos resuelven la papeleta con una condena para la que inmediatamente solicitan el indulto, pero obviamente no es una soluci¨®n. La situaci¨®n es tan kafkiana que en ocasiones hechos id¨¦nticos en casos de violencia de g¨¦nero generan condenas contradictorias. Y es cierto que algunas mujeres fueron asesinadas tras la reconciliaci¨®n, pero otras rehicieron felizmente su vida y no se deber¨ªa cercenar de ra¨ªz esa posibilidad. Los jueces tendr¨ªan que poder valorar las circunstancias.
Es obvio que se impone una reforma legislativa y no solo por esto, pero seguro que no ser¨¢ en breve, porque con las imposiciones de los mercados parece que otras normas son prioritarias.
Dec¨ªa Nietzsche: ¡°Tener fe significa no querer saber la verdad¡±. Incluso para pasar del nirvana al calabozo por un toque de guitarra.
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