El congreso y su manifiesto contra la corrupci¨®n
Limpiar y democratizar la pol¨ªtica es la v¨ªa para que los socialistas recuperemos la credibilidad Nuestro congreso debe defender las primarias a la francesa
He le¨ªdo ¨²ltimamente en Facebook comentarios de fuerte denuncia sobre lo que se consideran privilegios de los pol¨ªticos en materia de retribuciones, pensiones, etc¨¦tera. Y lo que se cuenta me preocupa. Porque algunas informaciones ciertas son imposibles de justificar y aceptar desde un punto de vista ¨¦tico. Porque otras denuncias no son exactas o est¨¢n manipuladas. Y porque, en definitiva, como tampoco nadie las desmiente y aclara, lo que queda ante la opini¨®n p¨²blica es una imagen muy lamentable de los pol¨ªticos y del ejercicio de la pol¨ªtica.
Sobre todo si a lo anterior unimos los casos de corrupci¨®n que demuestran que han fallado los mecanismos de control de los partidos e instituciones.
Me gustar¨ªa que alguien tuviera la osad¨ªa de presentarse como candidato a las primarias del PSOE con un programa centrado en la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica. Un programa que, reconociendo en qu¨¦ hemos fallado tiempo atr¨¢s los socialistas para que se diera tal avance de los comportamientos deshonestos, pusiera de manifiesto lo decisivo que ser¨ªa aplicar todo nuestro empe?o en erradicar la corrupci¨®n de la pol¨ªtica y promover, con la mayor imaginaci¨®n, la calidad de la democracia. Porque la ¨¦tica y la dignidad deben presidir la acci¨®n pol¨ªtica de la izquierda. As¨ª lo exigen la ciudadan¨ªa, el Movimiento 15-M y nuestras bases.
No es que no considere la lucha contra el paro como la m¨¢xima preocupaci¨®n, ni que desprecie la importancia de refundar el proyecto transformador de la socialdemocracia adaptado a los retos de la Europa del siglo XXI y al combate por la regulaci¨®n de los mercados especulativos. Pero despertar al aut¨¦ntico significado de la democracia, la honestidad de la pol¨ªtica, es la base para iniciar bien la cuesta arriba.
El acelerado proceso congresual de los socialistas ha de ser una oportunidad para provocar esta reflexi¨®n y llamar la atenci¨®n, tanto del concejal o militante m¨¢s an¨®nimo como de los m¨¢ximos dirigentes, sobre la necesidad de hacer una apuesta prioritaria y con convicci¨®n plena en favor de actuar con honradez, y prevenir y combatir la corrupci¨®n. No veo otra f¨®rmula posible para recuperar la confianza de la ciudadan¨ªa.
Conozco bien el programa electoral que present¨® Rubalcaba el 20-N. Y en el cap¨ªtulo sobre la democracia se recogen compromisos importantes en relaci¨®n con los Gobiernos abiertos y transparentes, la participaci¨®n y la reforma del sistema electoral.
Lo que desconozco es si se ha interiorizado la cuesti¨®n dentro de los aparatos del PSOE. Lo digo ante la ausencia de una autocr¨ªtica y de un an¨¢lisis que reconozca nuestra responsabilidad en el grave deterioro de la confianza de la ciudadan¨ªa en la pol¨ªtica.
Improviso al afirmar que uno de los lemas del Congreso debiera se?alar que los socialistas vascos vamos a liderar la lucha contra la corrupci¨®n en la pol¨ªtica y mejorar la calidad de la democracia. Me parece que esta bandera, este mensaje a la sociedad espa?ola es sustancial y m¨¢s en un tiempo de crisis que potencia la sensibilidad cr¨ªtica de la ciudadan¨ªa.
Por tanto, es la premisa para luego acertar en la definici¨®n de la estrategia por hacer una oposici¨®n doblemente responsable que sirva al pa¨ªs. De un lado a los intereses generales y de otro que resulte coherente con los compromisos defendidos en nuestro programa a los votantes socialistas. Lo que no significa actuar de modo acomplejado y seguidista hacia el Partido Popular para combatir la crisis, ni guardar silencio ante sus falsas promesas.
Es, tambi¨¦n, la base para construir desde una izquierda consciente de los nuevos fen¨®menos sociales, un buen proyecto para la sociedad espa?ola y europea del siglo XXI. Porque solo si limpiamos y democratizamos a fondo la pol¨ªtica, si actuamos desde los valores sobre los que se fund¨® la izquierda, podremos recuperar la credibilidad en la pol¨ªtica.
La regeneraci¨®n de la pol¨ªtica significa la apertura de cauces reales en las instituciones a la participaci¨®n ciudadana, posibilitar una elecci¨®n directa de candidatos, rendir cuentas peri¨®dicamente de la gesti¨®n a la ciudadan¨ªa y a los militantes, acabar con los casos de corrupci¨®n e incorporar nuevos m¨¦todos de debate y apertura en la vida del Partido Socialista.
Un candidato ¡°sin padrinos¡± quiz¨¢ no pasar¨ªa ni el primer corte, el de los avales del 10% de firmas del Comit¨¦ Federal. Pero lograr¨ªa, con esta propuesta, apelar a la conciencia de la familia socialista, difundir este mensaje hacia el interior del PSOE y hacia la ciudadan¨ªa, para conseguir de verdad que esta preocupaci¨®n compartida quedara incorporada en los programas de todos los candidatos que compitan en el congreso por la secretar¨ªa general.
Nuestro congreso tiene que aprobar un manifiesto por la regeneraci¨®n de la pol¨ªtica y la profundizaci¨®n de la democracia.
Pedir¨ªa perd¨®n por la proliferaci¨®n de la corrupci¨®n y del clientelismo. Expresar¨ªa el significado de la transparencia en las instituciones para proyectarla en la sociedad y en las redes sociales. Hablar¨ªa de las consecuencias negativas de la acumulaci¨®n de cargos p¨²blicos u org¨¢nicos, de la importancia del papel del comit¨¦ de ?tica en el Partido Socialista y de la apuesta por recuperar la conexi¨®n con la calle. Defender¨ªa la celebraci¨®n de primarias a la francesa y se comprometer¨ªa a abordar la reforma de la Ley Electoral, incluyendo la elecci¨®n directa de los alcaldes. Adem¨¢s, recordar¨ªa que el cumplimiento del C¨®digo ?tico y de buenas pr¨¢cticas en el desempe?o de un cargo p¨²blico sirven para impedir la corrupci¨®n, el clientelismo y el nepotismo. Defender¨ªa la regulaci¨®n de los sueldos y de todo tipo de retribuciones, eliminando los privilegios especialmente en materia de pensiones.
Esta obsesi¨®n, resumida en ese manifiesto, trat¨® de formar parte de mi comportamiento como alcalde de San Sebasti¨¢n. Ahora lo decisivo es que seamos colectivamente, y de verdad, ambiciosos con la calidad de la democracia. Solo depende de nosotros.
Podemos devolver con nuestra pr¨¢ctica la dignidad a la pol¨ªtica. Bastar¨ªa con empe?arnos en ello para que dej¨¢ramos de ser vistos como unos apestados, como sospechosos de no jugar limpio.
Od¨®n Elorza es diputado socialista por Gipuzkoa.
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