El Supremo confirma la condena a dos etarras por tres asesinatos
El alto tribunal mantiene las penas de 85 a?os por el asesinado de dos polic¨ªas y una embarazada
La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la penas de 85 a?os de prisi¨®n impuesta a F¨¦lix Ignacio Esparza Luri y de 39 a?os a Juan Manuel Inciarte Gallardo, miembros del comando Bizkaia de ETA, por los asesinatos de un teniente de la Polic¨ªa Nacional y de un cabo y su mujer embarazada, en un garaje de Santuchu, en Bilbao, el 4 de mayo de 1983.
En los asesinatos, que se cuentan entre los m¨¢s crueles de la historia de ETA, particip¨® directamente F¨¦lix Ignacio Esparza, junto a los miembros del comando ya juzgados, Enrique Letona y Jos¨¦ F¨¦lix Zabarte, mientras Iniciarte y otro miembro del talde se quedaban a cargo del propietario del veh¨ªculo utilizado para el atentado, al que hab¨ªan secuestrado previamente los otros.
Letona, Zabarte, Esparza y un cuarto integrante del comando se trasladaron con el coche robado al garaje donde guardaba su veh¨ªculo el teniente de la Polic¨ªa Nacional Julio Segarra, y cuando ¨¦ste entr¨®, se abalanzaron sobre ¨¦l y lo maniataron, con intenci¨®n de llev¨¢rselo secuestrado para intercambiarlo por presos de ETA.
En ese momento entraron en el garaje el cabo de la Polic¨ªa Pedro Barquero y su esposa, Mar¨ªa Dolores Ledo, que se encontraba en avanzado estado de gestaci¨®n. Al percatarse del intento de secuestro, el cabo hizo frente a los miembros del comando utilizando su pistola reglamentaria. Al iniciarse el tiroteo, Letona dispar¨® a quemarropa en la cabeza al teniente Segarra, que se encontraba atado de pies y manos, produci¨¦ndole la muerte. El cabo Barquero falleci¨® al recibir cuatro impactos de bala en zonas vitales, y su mujer recibi¨® tres impactos, dos de ellos a quemarropa mientas se hallaba indefensa y con el prop¨®sito de rematarla, resultando muertos la madre y el feto.
El cabo Barquero falleci¨® al recibir cuatro impactos de bala en zonas vitales, y su mujer, embarazada, recibi¨® tres impactos, dos de ellos a quemarropa mientas se hallaba indefensa
La sentencia del Supremo no ha dado cr¨¦dito a las alegaciones de Inciarte, de que se hallaba en Nicaragua cuando se cometi¨® el atentado, y tampoco a las de Esparza, que adujo encontrarse en Biarritz, sin acreditarlo por ning¨²n medio v¨¢lido. En cambio, confirma la validez de los testimonio de los etarras Letona y Echaniz en la instrucci¨®n, sin dar cr¨¦dito a que fueran realizadas bajo tortura.
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