Recortes en el espacio p¨²blico
?Responde la reducci¨®n de 200 millones de euros a RTVE a cuestiones ¡°contables¡± derivadas de la pol¨ªtica de austeridad, u obedece m¨¢s bien a razones pol¨ªticas?
?Responde la reducci¨®n de 200 millones de euros a RTVE a cuestiones ¡°contables¡± derivadas de la pol¨ªtica de austeridad, u obedece m¨¢s bien a razones pol¨ªticas? Supongamos que es lo primero. En ese caso la pregunta que tenemos que hacernos es si est¨¢ justificado proceder a tal hachazo poniendo en peligro el funcionamiento efectivo de un servicio p¨²blico que en los ¨²ltimos a?os ha llevado a cabo una tarea impecable. Las medidas de Zapatero destinadas a liberar al ente de su ya conocida propensi¨®n a favorecer al gobierno de turno y dotarle de una independencia pol¨ªtica envidiable son seguramente de lo mejor que hizo el ya ex presidente. Ahogarlo ahora econ¨®micamente equivale en la pr¨¢ctica a dejar la reforma en papel mojado. Es obvio que la radio y televisi¨®n p¨²blicas deben verse afectadas tambi¨¦n por alg¨²n tipo de recorte, pero no en una cuant¨ªa que obliga a replantearse todo el modelo.
En un contexto, adem¨¢s, en el que el resto de los medios p¨²blicos pecan de descarado partidismo, como ocurre en casi todas las televisiones auton¨®micas, y/o de un obsoleto parroquialismo, donde todo se enjuicia en funci¨®n del terru?o (recomiendo que vean programas inefables como Asturianos o Castellano-manchegos por el mundo). RTVE es el ¨²nico espacio de titularidad p¨²blica en el que de verdad podemos encontrarnos como pa¨ªs y debatir, desde nuestra pluralidad, la pol¨ªtica com¨²n. Sin una televisi¨®n estatal libre de hipotecas pol¨ªticas sectarias el enfoque sobre lo que nos une se torna en el cl¨¢sico ¡°y eso que se ha decidido en Madrid c¨®mo nos afecta a nosotros¡±. Si cambiamos Madrid por Bruselas, ?no era esto lo que siempre hemos echado de menos en la UE, la ausencia de un espacio p¨²blico com¨²n en vez de tantos cuantos Estados la integran?
Otro dato del contexto. El recorte de RTVE coincide en el tiempo con la suspensi¨®n de pagos del diario P¨²blico, que saca a la luz los grandes apuros econ¨®micos por los que est¨¢ pasando casi toda la prensa escrita. Aqu¨ª, en las dificultades de la prensa, las causas no solo tienen que ver con la crisis econ¨®mica; derivan tambi¨¦n de su necesaria adaptaci¨®n a las nuevas tecnolog¨ªas de comunicaci¨®n. Pero el problema revierte sobre la misma herida, el debilitamiento ¡ªen algunos casos la asfixia¡ª econ¨®mica de las instancias encargadas de reflejar cr¨ªticamente la realidad pol¨ªtica y social, de promover la transparencia de lo pol¨ªtico, y de instituir el referente deliberativo imprescindible a partir del cual los ciudadanos construimos nuestro juicio pol¨ªtico. Que se amortig¨¹en los medios de comunicaci¨®n libres y plurales, amenazados ahora por la necesidad de subordinarse a los nuevos poderes econ¨®micos que los sustentan, es un lujo que como sociedad democr¨¢tica no nos podemos permitir. Una cosa es que seamos m¨¢s pobres, pero otra distinta es que se nos empuje tambi¨¦n a ser menos democr¨¢ticos.
Por todo lo anterior, o bien el Gobierno ha aplicado esta poda de RTVE por mera insensatez o ignorancia, como con los recortes a la ciencia, o hay algo m¨¢s detr¨¢s. De ah¨ª que inmediatamente tengamos que pasar a la segunda parte de la pregunta inicial y suscitar la famosa cuesti¨®n del qui prodest, ?a qui¨¦n beneficia? Obviamente, y en primer lugar, a las televisiones generalistas, las m¨¢s despolitizadas y tambi¨¦n las m¨¢s propensas a reducir la realidad a mero entretenimiento, donde todo lo serio se desvanece en el aire del fomento de la distracci¨®n y la banalizaci¨®n. A esto no habr¨ªa nada que objetar si pudieran competir tambi¨¦n con otras cuya oferta est¨¢ guiada por consideraciones de servicio p¨²blico, donde el destinatario principal sea el ciudadano y no la persona privada que ¡ªleg¨ªtimamente, claro¡ª desea ¡°desconectar¡±; donde aquello que se estimule sea la reflexi¨®n conjunta sobre lo que nos es com¨²n y tengamos la posibilidad de acceder a nuevas fuentes de formaci¨®n. ?Es eso lo que se busca, adocenarnos y amputarnos el sentido cr¨ªtico?
En segundo lugar est¨¢n las televisiones auton¨®micas. Fuera de las Comunidades con lengua propia, y en una situaci¨®n de crisis como la actual, no se entiende su pervivencia si no es como instrumento al servicio de la clase pol¨ªtica auton¨®mica dominante. No solo como reflejo, en positivo, de su gesti¨®n, sino tambi¨¦n como fuente de pr¨¢cticas clientelares. En ellas hay, desde luego, tambi¨¦n profesionales de primera fila que merecen todos nuestros respetos y no quisiera subestimarles en absoluto. A donde quiero llegar es a que se planteen la ya ¨²ltima pregunta: ?cu¨¢ntas de ellas est¨¢n en manos del mismo partido del Gobierno de los recortes a RTVE?
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