No bajar la guardia

El n¨²mero de accidentes de tr¨¢fico ha vuelto a descender en 2011 por octavo a?o consecutivo. La cifra de muertos ha quedado por debajo de los 1.500, lo que no ocurr¨ªa desde hace medio siglo, y 7.069 personas han resultado heridas gravemente; menos de la mitad de los que sufr¨ªan severas secuelas hace 10 a?os (19.000). El principal ahorro que las pol¨ªticas p¨²blicas y privadas han logrado con su amplia bater¨ªa de medidas ¡ªcarn¨¦ por puntos, mejora de las infraestructuras, veh¨ªculos m¨¢s seguros, m¨¢s radares, mayor vigilancia y penalizaci¨®n, campa?as de sensibilizaci¨®n, etc¨¦tera¡ª se contabiliza en un menor n¨²mero de dramas personales y familiares; pero tambi¨¦n en un menor coste sanitario. Se mire por donde se mire, la batalla contra la siniestralidad vial solo ofrece ventajas.

El Gobierno no ha tenido empacho en reconocer el ¨¦xito del Ejecutivo socialista en esta materia, pero ha alertado de la dificultad de obtener tan sustanciales mejoras en el futuro, una vez imitadas ya las medidas m¨¢s exitosas de otros pa¨ªses y haber logrado situar a Espa?a entre los de mayor seguridad vial. La nueva cultura ha calado en la ciudadan¨ªa, que conduce con creciente prudencia y usa cada vez m¨¢s medidas tan importantes y sencillas como el cintur¨®n de seguridad.

Esa misma ciudadan¨ªa respet¨® mayoritariamente la reducci¨®n del l¨ªmite de velocidad a los 110 kil¨®metros por hora durante el primer semestre de 2011. Es posible que esta medida influyera en el buen dato del ejercicio. Sin embargo, se aboli¨® para el segundo semestre, de forma un tanto irresponsable. Quiz¨¢ queda poco margen para mejorar los datos, pero hay que seguir en la senda marcada y, en ning¨²n caso, bajar la guardia. Ser¨ªa una temeridad. La menor inversi¨®n en infraestructuras y el envejecimiento del parque m¨®vil, dos realidades debidas a la crisis econ¨®mica, podr¨ªan pasar factura en cualquier momento e invertir una tendencia tan positiva.