Un gesto oportuno
La importancia de Marruecos justifica el estreno de la agenda internacional de Rajoy
Que Mariano Rajoy haya decidido hacer de Marruecos su primera cita internacional como jefe de Gobierno es una decisi¨®n acertada. No hay motivo de peso para romper una tradici¨®n iniciada por Felipe Gonz¨¢lez, continuada por Aznar y Zapatero y que est¨¢ anclada en la mejor defensa de los intereses espa?oles. Antes al contrario, y pese a contenciosos evidentes, Marruecos sigue siendo una referencia fundamental de la pol¨ªtica exterior espa?ola; y en temas como el terrorismo islamista o la inmigraci¨®n, para el conjunto de la Uni¨®n Europea.
Madrid y Rabat han escenificado recientemente alg¨²n gesto amistoso; el m¨¢s significativo, la decisi¨®n marroqu¨ª de incrementar sus fuerzas en la frontera con Ceuta para contener la presi¨®n inmigratoria subsahariana, creciente tanto en Ceuta como en Melilla. Gesto que es m¨¢s relevante por cuanto la aplastante victoria electoral de Rajoy no ha sido precisamente jaleada en Marruecos, donde hace poco m¨¢s de un a?o, con el obvio benepl¨¢cito del r¨¦gimen, decenas de miles de manifestantes vituperaban en Casablanca al PP y su jefe tras la condena por el partido conservador espa?ol del violento desmantelamiento de un campamento de protesta saharaui en El Aai¨²n. Incluso el flamante primer ministro marroqu¨ª, el islamista Abdellil¨¢ Benkiran, no ocultaba a finales del a?o pasado su desconfianza inicial hacia su hom¨®logo espa?ol. Rabat no olvida el desalojo militar del islote de Perejil, ordenado por Aznar en 2003; pero tampoco circunstancias tan pr¨®ximas como la defensa de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n para el S¨¢hara occidental, que el PP incluy¨® en el programa con el que ha llegado al poder.
Es bueno que Rajoy y Mohamed VI estrenen con buenas maneras la discusi¨®n de una agenda bilateral en la que, dejando de lado los grandes contenciosos (S¨¢hara, Ceuta y Melilla), figuran temas tan calientes como la cooperaci¨®n antiterrorista, la inmigraci¨®n ilegal o el cerrojazo europeo a la pr¨®rroga del acuerdo de pesca entre la UE y Marruecos, tan lesivo para andaluces y canarios. Con todo su d¨¦ficit democr¨¢tico, el Marruecos de hoy, tras el triunfo electoral islamista, la aprobaci¨®n de una nueva Constituci¨®n y la renuncia por el rey a algunas de sus exorbitantes prerrogativas, es pol¨ªticamente m¨¢s real. En ese modernizado escenario, Madrid y Rabat deben hacer todos los esfuerzos necesarios por encontrarse.
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