Acab¨® la guerra, comienzan las batallas

El PSOE todopoderoso que gobern¨® en Espa?a en la primera d¨¦cada del siglo XXI se desangr¨® en las elecciones municipales y auton¨®micas del pasado mes de mayo (donde perdi¨® la inmensa mayor¨ªa de su poder local y regional) y acab¨® sucumbiendo en las elecciones generales del 20-N, donde obtuvo el peor resultado electoral de toda su historia y pas¨® a la oposici¨®n con apenas 110 diputados.

La guerra por el poder del PSOE en el XXXVIII Congreso Federal abre una nueva etapa en el peor momento de la historia del partido y dar¨¢ paso en las pr¨®ximas semanas a nuevas batallas por el poder socialista en territorios clave donde la fractura interna es grande desde hace tiempo. Hay al menos media docena de feudos donde los actuales jefes pol¨ªticos del PSOE y sus equipos se la juegan en sus congresos regionales.

Madrid y su clara divisi¨®n.

Tom¨¢s G¨®mez, secretario general de los socialistas madrile?os desde que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero lo eligi¨® para sustituir a Rafael Simancas (derrotado en las elecciones auton¨®micas de 2003 y 2007) no integr¨® cuando venci¨®. Y ahora tiene a la mitad de la federaci¨®n madrile?a a la contra sin hacer ruido en p¨²blico. Tras su ¨¦xito inigualable de vencer en unas primarias a Trinidad Jim¨¦nez, la candidata del entonces presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y del aparato federal, llev¨® a cabo una purga de cargos institucionales para garantizarse un grupo s¨®lido que le apoyara. Pese a la eliminaci¨®n del adversario dentro de las instituciones (practicamente no dej¨® a ning¨²n diputado auton¨®mico que apoyara a Trinidad Jim¨¦nez en las primarias), la resistencia de los opositores a G¨®mez se mantiene intacta desde hace tiempo. En el ¨²ltimo congresillo para elegir delegados al Congreso Federal, la diferencia entre unos y otros fue escasa.

G¨®mez pondr¨¢ en marcha esta misma semana el mecanismo para la celebraci¨®n del Congreso regional en el que quiere seguir al frente del partido en Madrid pese al ¨²ltimo batacazo electoral que le situ¨®, como a casi todos los dirigentes socialistas regionales y como al propio Rubalcaba, con el peor registro de la historia del PSOE. Su porcentaje de voto, inferior al 30%, debilita al PSOE en las instituciones madrile?as. La alternativa a G¨®mez, de momento, no tiene rostro.

Todos contra Alarte en la Comunidad Valenciana

Los congresos federales del PSOE son determinantes en el PSPV-PSOE. Este, sin duda, lo ser¨¢ mucho m¨¢s que en anteriores ocasiones. Una victoria de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba apuntalar¨¢ a Jorge Alarte en la secretar¨ªa general del PSPV. Por el contrario, si Carme Chac¨®n se alza con el triunfo, las posiciones de los adversarios del actual l¨ªder de los socialistas valencianos se ver¨¢n muy reforzadas. Oficialmente ya hay tres candidatos a dirigir al PSPV: El actual secretario general, Francesc Romeu y Manuel Mata, aunque los seguidores de estos dos ¨²ltimos son claramente minoritarios dentro de la organizaci¨®n. M¨¢s influencia van a ejercer quienes se agrupan en torno a la exministra de Sanidad, Leire Paj¨ªn, y al expresidente de la Generalitat, Joan Lerma. Con Chac¨®n al frente del PSOE, el poder de Paj¨ªn puede ser determinante.

La federaci¨®n socialista valenciana, desde la derrota en las elecciones auton¨®micas de 1995, se ha caracterizado mucho m¨¢s por su capacidad de autodestrucci¨®n que por su cohesi¨®n interna. En una organizaci¨®n tan atomizada como el PSPV las alianzas a varias bandas son una constante que ha impedido siempre la consolidaci¨®n de cualquier l¨ªder. Y no cabe descartar ninguna alternativa, aunque aparentemente sea contra natura. Cualquier cosa puede ocurrir. Una coalici¨®n entre los seguidores de Paj¨ªn m¨¢s los lermistas e Izquierda Socialista no es descartable. Como tampoco un acuerdo entre Alarte y el expresidente de la Generalitat. El actual secretario general del PSPV no ha logrado desde que accedi¨® al cargo consolidar una mayor¨ªa clara en el socialismo valenciano como se comprob¨® en la elecci¨®n de delegados al congreso federal. Su futuro va depender, y mucho, de qui¨¦n sea elegido nuevo l¨ªder del PSOE. El suyo y el de todo el PSPV que, en la pr¨¢ctica, tambi¨¦n est¨¢ celebrando su congreso en Sevilla.

El futuro de Galicia

Una hipot¨¦tica victoria de Carmen Chac¨®n complicar¨ªa las aspiraciones del actual secretario general del PSdeG, Pachi V¨¢zquez, de optar a la reelecci¨®n en el congreso gallego que se celebrar¨¢ la primera semana de marzo. Ante el apoyo de V¨¢zquez a Rubalcaba, sus cr¨ªticos se han sumado al bando de Chac¨®n y establecido una alianza con el principal colaborador de la exministra de Defensa en Galicia, Francisco Caama?o, presidente del partido en A Coru?a.

Caama?o ha respaldado hasta ahora a V¨¢zquez e ignorado las invitaciones de los cr¨ªticos a este para que le dispute la secretar¨ªa general del PSdeG. Pero el proceso previo al congreso federal ha variado un tanto el panorama. Y ahora el exministro de Justicia supedita sus aspiraciones futuras en el socialismo gallego al desenlace de la pugna entre Chac¨®n y Rubalcaba. Los cr¨ªticos conf¨ªan en que si gana la dirigente catalana, Caama?o se implique en la batalla por el liderazgo del PSdeG. Por el contrario, el triunfo de Rubalcaba dejar¨ªa el camino expedito a V¨¢zquez para conseguir la reelecci¨®n y disputar la presidencia de la Xunta a Alberto N¨²?ez Feij¨®o en las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas.

Elecciones andaluzas para decidir la suerte de Gri?¨¢n

El resultado que puede dar al traste con el poder de Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n y su equipo en el PSOE andaluz no es el del Congreso Federal sino el de las elecciones auton¨®micas. Una derrota frente al PP que no le arrebate el Gobierno porque los populares no alcancen la mayor¨ªa absoluta puede consolidar el poder de Gri?¨¢n. Pero una victoria por mayor¨ªa absoluta del PP en las elecciones auton¨®micas, dejar¨ªa al presidente andaluz al borde del precipicio y a su equipo muy disminuido para afrontar con garant¨ªas de ¨¦xito el Congreso Regional del partido. El congreso regional est¨¢ previsto que se celebre en verano, despu¨¦s de las auton¨®micas.