El tesoro en riesgo del PP
No es ning¨²n secreto. El PP gan¨® sencillamente porque el PSOE perdi¨®. Los votantes socialistas dejaron caer el Gobierno de Zapatero, huyeron convencidos de su mala gesti¨®n de la crisis. N¨®tese que si quienes votaron por su segundo mandato, en 2008, hubiesen vuelto a respaldar la opci¨®n socialista, Mariano Rajoy hubiera seguido siendo el l¨ªder de la oposici¨®n - o, quiz¨¢s como ¨¦l mismo sospecha, esa silla habr¨ªa sido ocupada ya por otra persona -. Pero la fuga del PSOE fue masiva, un 40% de su electorado, y la clave de la victoria de Mariano Rajoy. El PP ha recibido algo m¨¢s de 1.800.000 votos nuevos, como analizamos en este diario una semana despu¨¦s de las elecciones en "Fidelidad y fuga".
?Qui¨¦nes son estos nuevos votantes populares? Provienen de sectores m¨¢s pr¨®ximos al centro que quienes tambi¨¦n votaron por Rajoy en 2008 (5.6 frente a 6.2, respectivamente, en una escala de autoposicionamiento ideol¨®gico de 0 a 10). Tambi¨¦n su perfil de religiosidad se acerca m¨¢s al de la media espa?ola. Sin embargo, su percepci¨®n de la crisis econ¨®mica es algo distinta. En concreto, los nuevos votantes est¨¢n m¨¢s preocupados por su econom¨ªa familiar y la influencia negativa que pueda tener sobre ella la situaci¨®n general. Entre ellos, la econom¨ªa dom¨¦stica es peor (o se percibe algo peor), especialmente entre el mill¨®n largo que proven¨ªa de las filas socialistas. Ante todo, la apuesta por el partido de Rajoy presenta una motivaci¨®n pragm¨¢tica, vinculada a la creencia de que se trata de la formaci¨®n m¨¢s capacitada para gestionar la crisis econ¨®mica (opini¨®n expresada por ocho de cada diez nuevos votantes populares).
La prioridad que hoy los ciudadanos dan a la econom¨ªa es m¨¢xima. Todo el mundo espera un a?o de medidas dif¨ªciles. Rajoy es consciente de que las reformas econ¨®micas implicar¨¢n protestas sociales, as¨ª lo confesaba a su colega finland¨¦s, y parece dispuesto a asumirlo. El panorama de los pr¨®ximos meses no es sencillo, pero el PP tiene un gran r¨¦dito para llevar a cabo sus pol¨ªticas: acaba de ganar unas elecciones generales por mayor¨ªa absoluta. Y hoy las volver¨ªa a ganar. Esa es una gran ventaja que ya querr¨ªan, por ejemplo, Monti y Papademos para ellos; un tesoro pol¨ªtico que, bien dosificado, puede hacer transitar al Gobierno por una senda que solamente sea dif¨ªcil.
Sin embargo, la estrategia que parece estar siguiendo el Consejo de Ministros pone las bases para que esa s¨®lida ventaja empiece a agrietarse: incluir medidas que pocos reclaman y que son percibidas como innecesarias por la mayor¨ªa - v¨¦ase las modificaciones de temarios en educaci¨®n o el retroceso en derecho al aborto -. La polvareda que levantan tiene una doble virtud: alejar al votante de centro y unir al electorado del PSOE. Justamente la ant¨ªtesis de las dos claves que permitieron la victoria de Rajoy el 20-N.
El electorado espa?ol no es como el de hace diez a?os, ni siquiera como el de antes de la crisis. Tiene puesta su prioridad en buscar alternativas pol¨ªticas que le saquen de la crisis y, seg¨²n su orientaci¨®n ideol¨®gica, busca recetas a derecha o a izquierda. La gran mayor¨ªa da por buenas las innovaciones sociales del Gobierno de Zapatero, no as¨ª su pol¨ªtica econ¨®mica. Reformar las reformas sociales de los ¨²ltimos a?os, ya asentadas en la sociedad, adem¨¢s de colocar el foco en asuntos no percibidos como prioritarios por la poblaci¨®n general puede provocar el rechazo de una parte del centro y la izquierda que los considera necesarios. Una estrategia dudosa en un a?o de duros recortes y recesi¨®n econ¨®mica.
Josep Lobera y Jos¨¦ Pablo Ferr¨¢ndiz son director de investigaci¨®n y vicepresidente de Metroscopia, respectivamente.
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