La juez Murillo al p¨²blico de un juicio de ¡®kale borroka¡¯ : ¡°Esto no es un circo¡±
El procesado, I?aki Bengoa San Miguel, est¨¢ acusado de quemar un autob¨²s en Bilbao
La juez ?ngela Murillo reprendi¨® a los asistentes a un juicio, al final de la sesi¨®n de este martes, por ovacionar a I?aki Bengoa San Miguel, acusado de la quema de un autob¨²s en Bilbao el 10 de febrero de 2002. Tras conminarles a que cesaran en su actitud, se?al¨®: ¡°Esto es un tribunal de justicia que se merece un respeto. Esto no es un circo¡±.
Bengoa, para el que el fiscal solicita 10 a?os y nueve meses de prisi¨®n, es el ¨²ltimo de los acusados que quedaban por juzgar por estos hechos. En 2005 ya fueron condenados a siete a?os y nueve meses Aitor Fern¨¢ndez Trece?o y los hermanos Unai y Naiara Mallabia.
El fiscal considera que los condenados y Bengoa atacaron con artefactos incendiarios el autob¨²s, que qued¨® totalmente calcinado. Para conseguir que el conductor parase el veh¨ªculo, simularon un accidente de ciclomotor, con uno de los acusados tumbado en el suelo en posici¨®n fetal. Los condenados y Bengoa, seg¨²n el fiscal, obligaron a bajar del autob¨²s al conductor y al ¨²nico pasajero que viajaba en ese momento y lanzaron los artefactos incendiarios en el interior. Todos huyeron mientras gritaban una de las consignas de ETA. ¡°Jo ta ke, irabazi arte¡± (dale duro hasta ganar). Los da?os ascienden a 56.836 euros.
En el juicio, Bengoa asegur¨® que nunca ha atacado ning¨²n autob¨²s y explic¨® que uno de sus guantes apareci¨® en el lugar de los hechos porque lo llevaba Aitor Fern¨¢ndez Trece?o, uno de los que participaron en el incendio y ya fue condenado. Se?al¨® que la empresa en la que trabajaba era un poco desastre y se dedicaba al montaje de txosnas (casetas en las fiestas de los pueblos) y escenarios. Llevaban todo el material en el coche y cada uno cog¨ªa lo que estaba a mano. Respecto a una capucha en la que tambi¨¦n se encontr¨® un rastro de ADN suyo, se?al¨® que era para cuando hac¨ªa monta?ismo. Sobre los seis petardos, similares a los utilizados en la kale borroka, que fueron encontrados en su casa de Busturia, precis¨® que hab¨ªan sido el regalo que un primo suyo le hab¨ªa hecho a su compa?ero de piso
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