Procedimientos
El PP parece manipular los poderes independientes para que se inclinen al inter¨¦s del Gobierno
Desmintiendo su pose de ab¨²lico indeciso, Rajoy lleva dos meses trepidantes al tim¨®n del Gobierno. Su ¨²ltima proeza, tras la contrarreforma pol¨ªtica y el desarme del derecho laboral, ha sido su gesto de insumisi¨®n a Bruselas y Berl¨ªn, desobedeciendo el objetivo de ajuste del d¨¦ficit al 4,4% del PIB. Un desplante soberano destinado a marcar distancias con la anterior sumisi¨®n de Zapatero al directorio europeo, demostrando as¨ª la superioridad de su liderazgo desde el primer momento. Pero es que claro, con semejante mayor¨ªa absoluta y perteneciendo a la internacional conservadora del PP europeo, Rajoy puede permitirse lujos de los que su antecesor jam¨¢s hubiera sido capaz, dada su impotencia minoritaria y socialdem¨®crata. Por lo dem¨¢s, en el numerito del viernes parece haber mucho truco teatral, tras haber sido precocinado entre bastidores. Lo que no quita para que suponga un golpe de efecto pol¨ªtico de gran impacto medi¨¢tico, permiti¨¦ndole refutar el mito de que los Gobiernos europeos estar¨ªan hoy sometidos tanto a los mercados globales como al dictado alem¨¢n.
Pero resulta prematuro iniciar ya el an¨¢lisis del primer Gobierno Rajoy. A¨²n no han pasado los cien d¨ªas de rigor desde su toma de posesi¨®n, todav¨ªa seguimos en la luna de miel que vive todo Gobierno tras su victoria en las urnas y sigue sin conocerse la medida exacta del shock presupuestario (recorte de gastos y alza de impuestos) con que se propone estabilizar la econom¨ªa espa?ola a riesgo de asfixia. Pero si no procede prejuzgar antes de hora el contenido pol¨ªtico de las medidas adoptadas, bien se puede entrar a discutir ya las formas esgrimidas: los m¨¦todos, las maneras, los procedimientos. Algo sagrado para la democracia procedimental, fundada como est¨¢ en la Rule of Law. Pues bien, en esta dimensi¨®n procedimentalista, los m¨¦todos y las formas exhibidos hasta ahora resultan m¨¢s que inquietantes, dada la precedente trayectoria del PP y la mayor¨ªa absoluta de que goza.
Con ello me refiero no s¨®lo a groseros defectos de forma que atentan contra el deportivo juego limpio (como traicionar el programa electoral, eludir responsabilidades culpando a la herencia recibida, camuflar las verdaderas intenciones ocultas o caer en el spoil system), sino sobre todo a la posible instrumentalizaci¨®n de las instituciones con fines partidistas, clientelares o personalistas. V¨¦ase como ejemplo el caso de la justicia. El ministro responsable ya anunci¨® su intenci¨®n de modificar la normativa que regula el acceso a sus ¨®rganos de direcci¨®n (Tribunal Constitucional y Consejo del Poder Judicial, del que dependen los dem¨¢s), con el peligro evidente de ponerla al servicio de la asociaci¨®n de magistrados conservadores m¨¢s af¨ªn al partido en el poder. El nuevo fiscal general no solo renunci¨® a recurrir la absoluci¨®n de Camps y Costa, sino que acaba de reabrir la patra?a conspiranoica del 11-M. Y entretanto, el triple procesamiento por prevaricaci¨®n contra el juez Garz¨®n ha terminado con un resultado aparentemente salom¨®nico (condena, archivo y absoluci¨®n) que parece destinado a justificar el cierre del caso G¨¹rtel. ?La justicia al servicio del PP?
Y si el poder judicial se inclina hacia el Ejecutivo, lo mismo podr¨ªa ocurrir con los dem¨¢s poderes independientes destinados a ejercer la funci¨®n arbitral. Me refiero a las diversas agencias reguladoras que acaban de ser refundidas y reducidas al m¨ªnimo para plegarlas quiz¨¢s al servicio del poder pol¨ªtico. Y en esta misma l¨ªnea de posible instrumentalizaci¨®n de los mecanismos de control destaca la reciente destituci¨®n de la c¨²pula de la ONIF: la alta inspecci¨®n tributaria que investig¨® el caso G¨¹rtel. De poco servir¨¢ que la vicepresidenta anuncie una ley de transparencia si las fiscal¨ªas especializadas en la lucha contra la corrupci¨®n pasan a estar instrumentalizadas por el poder. Pues cuando las instituciones independientes pierden su apariencia de imparcialidad, sus dict¨¢menes y veredictos dejan de resultar fiables.
Es lo que ahora est¨¢ ocurriendo con la Intervenci¨®n General del Estado, cuyas certificaciones sobre el volumen del d¨¦ficit p¨²blico han sido puestas en duda bajo sospecha de manipulaci¨®n tanto por el Gobierno y las CC AA como por la propia Uni¨®n Europea. Ya prob¨® en su momento Alejandro Nieto que la corrupci¨®n espa?ola se deb¨ªa a la sumisi¨®n de los interventores municipales a los alcaldes. Y siguiendo su argumentaci¨®n, no habr¨¢ saneamiento posible de la Hacienda espa?ola hasta que exista una Intervenci¨®n General verdaderamente independiente del poder en los tres niveles del Estado: el municipal, el auton¨®mico y el central. Solo as¨ª podr¨¢ evitarse que la Uni¨®n Europea siga desconfiando de las cifras de nuestra Hacienda, lo que podr¨ªa llevarnos a que la Intervenci¨®n General tenga que realizarla Bruselas.
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