"Nunca he llegado a ser '1000eurista"

No puedo decir, ni siquiera, que sea mileurista o, como reza el nuevo t¨¦rmino acertadamente acu?ado, nimileurista.

Con casi 32 a?os, trabajaba en Espa?a de profesor de educaci¨®n f¨ªsica con una jornada laboral precaria, por la idiosincrasia del colegio y de la educaci¨®n madrile?a, que tantos recortes recibe, m¨¢s a¨²n si cabe hacia la educaci¨®n f¨ªsica, una parte fundamental en la educaci¨®n global de una persona (a mi modo de verlo). Tambi¨¦n ten¨ªa que entrenar a mil equipos por otros cuatro duros, con lo que consegu¨ªa llegar a tres cifras en mi salario, eso si, nunca cuatro, ya que nunca he llegado a ser 1000eurista.

Despu¨¦s de ver a mis padres sacrificar mucho por mi educaci¨®n y la de mi hermano (sumamos tres carreras, un doctorado y una tesis entre los dos), no me ha quedado m¨¢s remedio que alejarme de los m¨ªos, de mi familia y mis amigos para buscarme la vida lejos de casa. Tan lejos como que me ha tocado venir hasta Londres en busca de un futuro mejor, o, al menos, en busca de una mejora del idioma que tanto se prima en la Consejer¨ªa de Educaci¨®n madrile?a. Ahora me encuentro con un buen nivel de ingl¨¦s, dos carreras y un doctorado, y enfrent¨¢ndome a un abismo enorme en vistas a mi vuelta a Espa?a.

La situaci¨®n, como se sabe, no es muy halag¨¹e?a, pero a¨²n creo que se puede encontrar un trabajo digno y reconfortante. Lo mismo, al estar lejos de Madrid, veo las cosas con demasiada esperanza, pues no las vivo en primera persona. A¨²n as¨ª, ya se sabe que los recortes que estamos sufriendo, y m¨¢s concretamente en mi campo, son brutales, y no me quedar¨¢ m¨¢s remedio que abocarme al paro, como tantos otros y sobradamente preparados.

La sensaci¨®n ahora mismo es de vac¨ªo, de duda y de saber que no hay nada bueno en un futuro pr¨®ximo. Como ya he dicho, sigo creyendo que Espa?a necesita de nosotros, los j¨®venes perfecta y sobradamente preparados para afrontar un futuro incierto pero a sabiendas que podemos conseguir mejorar una situaci¨®n nada f¨¢cil para nadie, o al menos, espero que lo sea.

Pablo Carbajo