Virtudes privadas, vicios p¨²blicos
Las estrecheces presupuestarias hacen m¨¢s probables reducciones que aumentos de plazas en las Administraciones p¨²blicas
Existen pa¨ªses europeos donde apenas hay dos o tres parados por cada puesto de trabajo vacante, pero en el nuestro son casi 30. La probabilidad de encontrar empleo en Espa?a es muy baja desde hace demasiado tiempo y durante los ¨²ltimos cuatro a?os los asalariados del sector privado han ca¨ªdo m¨¢s de 2,2 millones. En esta era de incertidumbre es, por tanto, perfectamente racional que la vista se vuelva hacia las opciones consideradas m¨¢s seguras. ?Y qu¨¦ mejor que el sector p¨²blico? En cuatro a?os, sus asalariados han crecido en m¨¢s de 200.000.
Ser funcionario siempre ha tenido mucho tir¨®n en Espa?a y ahora cobra a¨²n m¨¢s fuerza como opci¨®n a nivel individual. Preparar una oposici¨®n tiene sentido y puede compensar el esfuerzo: al final, trabajos quiz¨¢ algo m¨¢s aburridos, pero seguros, a salvo de futuras crisis y razonablemente retribuidos. Muchas ventajas frente a la alternativa de convertirse en emprendedor, por ejemplo. Adem¨¢s, el riesgo de emprender en plena crisis es a¨²n m¨¢s grande que en otras ¨¦pocas. Desde finales de 2007 los empresarios con trabajadores a su cargo han ca¨ªdo un 20% y los trabajadores independientes un 13%.
Y sin embargo es complicado pensar que durante los pr¨®ximos a?os el empleo p¨²blico vaya a ser una panacea para los posibles opositores. ?Probabilidad de empleo? Las estrecheces presupuestarias hacen m¨¢s probables reducciones que aumentos de plazas en el sector. ?Seguridad? El 23,8% de los asalariados p¨²blicos tienen un contrato temporal, un porcentaje no muy distinto del 25,3% del sector privado. Adem¨¢s, cuantas m¨¢s personas decidan opositar, m¨¢s se reduce la probabilidad para cada una de obtener la tan ansiada plaza presuntamente ¡°segura¡±.
?El resultado agregado? La concentraci¨®n (y despilfarro parcial) de una mayor parte del talento de nuestra poblaci¨®n en una carrera cada vez m¨¢s ardua en la que la meta se va alejando conforme aumentan y mejoran los participantes. Desde luego, emprender no es f¨¢cil, no se ense?a ni se aprende como el temario de una oposici¨®n y no es seguro para el individuo. Ahora todav¨ªa menos, y los costes del (reconozc¨¢moslo) muy probable fracaso son grandes para el individuo. Pero a nivel agregado concentrar en esa actividad una mayor parte del talento de nuestra sociedad har¨ªa m¨¢s ancha la pista para m¨¢s corredores, acercar¨ªa la meta y permitir¨ªa m¨¢s asalariados privados y tambi¨¦n p¨²blicos.
Lorenzo Serrano es investigador del IVIE y profesor de la Universidad de Valencia.
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