¡°La gente nos dir¨¢ si asume con resignaci¨®n la reforma y los recortes¡±
Los secretarios generales de los dos sindicatos mayoritarios afirman que nunca hubo tantos motivos para convocar una huelga general. No solo por la reforma laboral; tambi¨¦n por la falta de di¨¢logo y los recortes
Desde que convocaron la huelga general, Ignacio Fern¨¢ndez Toxo y C¨¢ndido M¨¦ndez, secretarios generales de CC OO y UGT, respectivamente, apenas han parado. Las centrales que dirigen convocaron el paro el pasado 10 de marzo. Diecinueve d¨ªas es muy poco tiempo para preparar una movilizaci¨®n de ese calibre, pero ambos defienden que ten¨ªa que ser as¨ª: r¨¢pido, coincidiendo con el tr¨¢mite parlamentario. Para que en el Congreso y en el Senado se rectifique un decreto ¡°radical¡±, que rebaja el coste del despido o permite a los empresarios reducir salarios de forma unilateral. Por esto, y por los cambios en la negociaci¨®n colectiva, Toxo y M¨¦ndez defienden que nunca como ahora ha habido tantos motivos para convocar una huelga general.
Pregunta. ?Qu¨¦ motivos hay para hacer huelga el jueves?
Fern¨¢ndez Toxo. Pues una reforma que toca todas las piezas del ordenamiento laboral, y lo hace en un sentido desequilibrante, radical. Adem¨¢s, tiene un sesgo en relaci¨®n con la negociaci¨®n colectiva preocupante. Es una apuesta indisimulada por la individualizaci¨®n de las relaciones de trabajo y, fundamentalmente, lo que indica es que hay una apuesta muy clara para que la econom¨ªa espa?ola compita solo con bajos salarios.
De los siete paros convocados en democracia, es el que m¨¢s motivos tiene¡±
C¨¢ndido M¨¦ndez. De las siete huelgas generales que hemos tenido que convocar, porque no nos han dejado otra alternativa, esta es la que tiene m¨¢s motivos, con diferencia. Altera de una manera radical el modelo de convivencia en las empresas, desequilibrando la vida en ellas del lado del empresario. Y si se suman los recortes, te encuentras en un escenario de regresi¨®n social sin precedentes.
P. Pero los recortes todav¨ªa no han acabado. ?No creen que responden con un spr¨ªnt a una carrera de fondo?
F. T. No. Era la respuesta que correspond¨ªa en un escenario en el que el Gobierno ha optado por dilapidar tres d¨¦cadas de di¨¢logo social en Espa?a. Contrariamente a lo que se ha dicho por parte de la propaganda oficial, no ha habido reuniones de negociaci¨®n. No ha habido reuniones con Mariano Rajoy desde que es presidente del Gobierno, es in¨¦dito. Lo es por los contenidos y por lo que anticipa. Los tiempos se aceleran mucho en esta etapa. Por tanto, no cab¨ªa esperar a otro momento.
La situaci¨®n del pa¨ªs necesitaba m¨¢s de compromisos que de huelgas¡±
P. Est¨¢ muy seguro. ?No le sirve el precedente griego?
C. M. Ya en la legislatura anterior quer¨ªan empujarnos a los sindicatos a una din¨¢mica a la griega [en referencia al alto n¨²mero de huelgas convocadas]. Pero a nosotros nos sirve como ejemplo que se sepa c¨®mo este tipo de din¨¢mica genera un empobrecimiento general de la poblaci¨®n y un escenario de recuperaci¨®n basado en el abaratamiento permanente de costes laborales. Y eso en Espa?a ya se ha demostrado que no funciona. Si fuera as¨ª, el mayor nivel de paro ser¨ªa el de Navarra, donde los salarios est¨¢n por encima de la media nacional; y el menor, el de Murcia, donde los salarios est¨¢n por debajo. Sin embargo, es al rev¨¦s. Quien ha dado un espr¨ªn, en la direcci¨®n contraria de lo que dec¨ªa, ha sido el Gobierno, y ha generado un problema muy grave con consecuencias para toda la vida si no lo corregimos.
P. ?Por qu¨¦ ahora? ?No es precipitado?
C. M. Convocamos la huelga porque tenemos que conectarla con el debate parlamentario, que ahora alcanza el punto ¨¢lgido de enmiendas y debate. La huelga general no es un fin, es un medio para corregir.
F. T. El Gobierno se ha empe?ado en decir que la huelga no sirve para nada. La t¨¢ctica es desanimar. Rajoy era vicepresidente de un Gobierno que cambi¨® radicalmente despu¨¦s de una huelga.
P. 5,3 millones de parados y 2,7 millones de empleos destruidos ?no justifican una reforma laboral profunda?
El Gobierno ha despreciado ol¨ªmpicamente nuestras propuestas¡±
F. T. Con esta crisis puede haber gente de buena fe que lo crea. Pero aqu¨ª ya tenemos un precedente. Hab¨ªa 4,3 millones de parados cuando el anterior Gobierno puso en marcha una reforma laboral.
P. No era tan profunda.
F. T. Cierto, pero hay un mill¨®n m¨¢s de parados. Eso demuestra que no eran las leyes laborales, era la econom¨ªa, la ausencia de crecimiento. Ajustes para equilibrar las cuentas p¨²blicas m¨¢s reformas laborales que no van destinadas a facilitar la contrataci¨®n sino el despido, lo que van a generar es m¨¢s paro. No lo digo yo, lo afirmaba el presidente del Gobierno cuando dec¨ªa que la reforma por s¨ª sola no va a crear empleo. Las reformas que necesita la econom¨ªa espa?ola est¨¢n en la fiscalidad y en el sistema financiero.
C. M. Con esta, en Espa?a ha habido 53 reformas laborales. Al repasar la lista y sus consecuencias se demuestra que una bien orientada puede ayudar, y una mal orientada, como esta, puede perjudicar.
P. ?Est¨¢ el pa¨ªs para huelgas?
F. T. El pa¨ªs necesitaba m¨¢s de compromisos, pero sinceramente no creo que nadie pueda acusar a UGT y CC OO de que no hayamos hecho un esfuerzo considerable de propuestas, y con mucha incomprensi¨®n. En medio de la crisis m¨¢s dura y prolongada que en d¨¦cadas ha conocido la sociedad espa?ola, hemos suscrito tres acuerdos que creo que han tenido una valoraci¨®n insuficiente: el salarial de 2010, lo hemos repetido en enero corrigiendo los contenidos de aquel cuando todav¨ªa estaba vigente. Y, adem¨¢s, hicimos un acuerdo de pensiones como no hay Europa. Hemos hecho propuestas en 2011 con las elecciones enfiladas: reforma fiscal progresiva, b¨²squeda de que el cr¨¦dito vuelva a fluir¡ Todo esto ha sido despreciado ol¨ªmpicamente. Esta era la senda a seguir y no la del decretazo.
La patronal est¨¢ intentando erigirse en el mensajero del miedo¡±
C. M. Los sindicatos hemos sido las instituciones que m¨¢s hemos aportado para luchar contra la crisis econ¨®mica. Como dec¨ªa Ignacio, se refleja en tres acuerdos. Nuestra voluntad de llegar a m¨¢s acuerdos se ha visto truncada de manera permanente. Tras el pacto de pensiones, se impuso en la patronal la posici¨®n que fio a la anticipaci¨®n de las elecciones la salida de la crisis. Si no hemos llegado a m¨¢s acuerdos, es porque no nos han dejado. Llevamos tres acuerdos durante la crisis y dos huelgas: tres a dos.
P. Dice CEOE que esta es una huelga pol¨ªtica.
F. T. Se equivoca. Y no solo por la calificaci¨®n de la huelga, que tambi¨¦n. No me parece adecuado que se incentive al empresariado a adoptar actitudes indeseadas. La huelga no es una algarada. Es la expresi¨®n del conflicto y el uso de un derecho democr¨¢tico.
C. M. La patronal viene con un guion preestablecido con estas declaraciones. Hemos repasado las circulares enviadas en huelgas anteriores, y esta vez hay m¨¢s violencia dial¨¦ctica. Intenta erigirse en el mensajero del miedo al conectar el t¨¦rmino pol¨ªtico con el de huelga ilegal.
P. El derecho de huelga es el ¨²nico derecho fundamental de la Constituci¨®n no regulado por una ley de huelga.
C. M. Eso no es cierto.
CiU quiere legalizar la figura del esquirol y el cierre patronal¡±
P. Hay jurisprudencia y sentencias del Tribunal Constitucional. Pero no una ley.
C. M. Hay confusi¨®n deliberada.
P. A ver¡
C. M. La huelga est¨¢ regulada por la Constituci¨®n. Hay juristas de mucho prestigio que dicen que en Espa?a la ley de huelga deber¨ªa tener un solo art¨ªculo que dice: ¡°Se reconoce el ejercicio del derecho de huelga¡±. En otros pa¨ªses, la huelga est¨¢ recogida en el ordenamiento legal ordinario. Otra cosa distinta es la discusi¨®n sobre qu¨¦ son servicios esenciales y qu¨¦ garant¨ªas hay que dar a esos servicios. Aqu¨ª hay una discusi¨®n grosera. Es verdad que hay que discutir del nivel de servicios m¨ªnimos para los servicios esenciales, pero si lo que quieren es recortar el ejercicio del derecho de huelga, entonces hay que reformar la Constituci¨®n.
F. T. Este debate es recurrente cada vez que hay una huelga. Hay quien lo plantea de buena fe y lo que buscan es regular los servicios m¨ªnimos. Pero es muy prudente hacerlo en ausencia de conflicto. Me preocupa la propuesta de CiU, que lo que busca es limitar el ejercicio del derecho de huelga, legalizar el cierre patronal y legalizar la figura del esquirol tanto interno como externo, y eso es lo que subyace en la propuesta:impedir el derecho legal de la huelga en sectores muy amplios de la econom¨ªa de nuestro pa¨ªs.
Para recortar el derecho de huelga hay que reformar la Constituci¨®n¡±
P. ?Y creen que la sociedad actual es un instrumento ¨²til?
C. M. Nosotros ya complementamos el escenario de huelga con otras movilizaciones: manifestaciones, marchas, nuevas tecnolog¨ªas¡ Pero creo que lo m¨¢s noble ante una situaci¨®n de esta naturaleza, es verdad que tambi¨¦n lo m¨¢s dif¨ªcil, es que un sindicato pida a los trabajadores que renuncien a un d¨ªa de salario para que no nos arrebaten el futuro.
F. T. Mientras haya relaciones de trabajo, habr¨¢ conflicto. Y mientras haya conflicto, la huelga seguir¨¢ siendo un instrumento, a utilizar con racionalidad. Es cierto que la sociedad se ha hecho m¨¢s compleja y que los servicios dominan la econom¨ªa, y adem¨¢s en un tejido de microempresas, donde la huelga es m¨¢s complicada. Por eso la huelga va acompa?ada de manifestaciones, a las que es m¨¢s f¨¢cil que la gente con dificultades pueda sumarse. Es verdad que el sindicalismo espa?ol debe buscar nuevas v¨ªas, pero no para canalizar el conflicto, sino para relacionarse con la gente tanto en el trabajo como fuera de ¨¦l.
C. M. Hay una visi¨®n supuestamente cosmopolita de la vida que plantea que hay una serie de herramientas que est¨¢n obsoletas, desfasadas. En el fondo lo que plantea es que no hay que hacer nada. Es decir, que la vida en el marco de la globalizaci¨®n hay que tom¨¢rsela como viene y no cabe la respuesta. Y yo creo que frente a esta posici¨®n hay que rebelarse.
Lo m¨¢s noble ante la reforma es que pidamos renunciar a un d¨ªa de sueldo¡±
P. ?Qu¨¦ seguimiento esperan?
F. T. Muy amplio, a pesar de que se est¨¢ usando el miedo. Se usa a la gente en paro, j¨®venes, mujeres, para someter a un chantaje al conjunto de la sociedad. Se abunda en la idea de que nada va a cambiar para llevar a la sociedad a la resignaci¨®n. Y all¨ª donde las relaciones laborales son desiguales, porque son muy pocas las personas que trabajan (en el bar, el peque?o taller), se pretende que la gente no participe. Por eso tenemos que ayudarles a superar esa situaci¨®n. Esa es la funci¨®n de los piquetes informativos. A estas alturas no tengo ninguna duda de la participaci¨®n en la industria, la construcci¨®n, la Administraci¨®n, en el transporte. Creo que hay m¨¢s ambiente de participaci¨®n que en la huelga de 2010.
P. Tambi¨¦n contra el PP hay sectores muy amplios de la sociedad que protestan o lo hacen sin vivir una contradicci¨®n interna.
F. T. O el calado de la reforma es muy mucho m¨¢s profundo que en septiembre de 2010.
C. M. Yo creo que lo que ha ocurrido es que ya se est¨¢ notando la reforma. Proliferan episodios de todo tipo: reducci¨®n unilateral de salarios, despidos en los que se regatea la indemnizaci¨®n¡ y eso es un elemento de movilizaci¨®n importante.
P. Y si el Gobierno no rectifica, ?qu¨¦?
F. T. El d¨ªa 30 el Gobierno presenta los Presupuestos. No hay que ser un lince para saber por d¨®nde vienen. Hay en juego cosas muy importantes, no solo en las relaciones laborales, tambi¨¦n en el modelo social. Es imposible que la sociedad espa?ola absorba el impacto de un recorte de 60.000 millones de euros en 21 meses, que es lo que queda hasta finales de 2013, sin un grave quebranto econ¨®mico y social. Espero que el d¨ªa 30, al mismo tiempo que aprueban los Presupuestos, anuncien la apertura de un proceso de negociaci¨®n, el que no han querido hacer hasta ahora.
Si no rectifica, ser¨ªa la primera vez que el Gobierno hace lo que dice¡±
P. ?Y si no lo hace?
F. T. Si no es as¨ª, desgraciadamente el conflicto seguir¨¢ abierto. Con las expresiones que sean convenientes, aquellas que quiera tambi¨¦n la sociedad espa?ola, que nos tiene que decir el d¨ªa 29 si asume resignadamente esta din¨¢mica de cambio de modelo, de ajuste y deterioro en la educaci¨®n, sanidad, servicios sociales¡ O, sabiendo que hay alternativas est¨¢ dispuesta a defenderlo.
C. M. El Gobierno probablemente tenga la tentaci¨®n de atrincherarse. Tendr¨ªa que ver que el tiempo pasa muy deprisa. Los plazos de 100 d¨ªas, el ecuador de la legislatura, no tienen vigencia. El tiempo real corre mucho m¨¢s acelerado. La gente ten¨ªa fuertes expectativas y se est¨¢n diluyendo. Y el Gobierno corre el riesgo de marchitarse en la primavera temprana. Adem¨¢s, el Gobierno dice que no va a cambiar nada. Usted lo ha reflejado en alguna cr¨®nica, haci¨¦ndolo suyo. Ser¨ªa la primera vez que el Gobierno no hace lo contrario de lo que dice. Dijo que no iba a subir los impuestos y los sube, dijo que no iba a rebajar el despido y lo ha hecho¡ Ahora que dice que no va a cambiar nada, ?lo va a cumplir? A m¨ª me extra?a.
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